¿Cómo afecta la luna llena al cerebro?

¿Cómo afecta la luna a las enfermedades mentales?

¡Ay, la Luna, esa bola de queso gigante que nos espía desde el cielo! Su influencia en la salud mental es un tema que da para un culebrón digno de Netflix. ¡Como si fuera una telenovela de esas que enganchan!

Según algunos, la Luna llena es como un foco descomunal apuntando directamente a nuestras neuronas, ¡causando un caos monumental! En serio, es como si un ejército de gremlins se apoderara de tu cerebro durante la noche. La interrupción del sueño es la clave, amigos. Piénsalo, ¿quién puede dormir con semejante foco celestial brillando en la cara? ¡Yo, por ejemplo, solo duermo con cortinas oscuras, incluso en invierno, y sigo soñando con lunas asesinas!

Sobre todo los bipolares lo notan, es una locura. Es como si la luna se pusiera de acuerdo con sus cambios de humor. ¡Un verdadero complot lunar! Un día estás arriba, al día siguiente abajo, como una montaña rusa diseñada por un psicópata. ¡Puro drama!

Y ojo, que esto no es solo teoría. Mi prima, Elena, me jura que en luna llena sus ataques de ansiedad son como si un tigre invisible le estuviera pisando los talones ¡Y yo lo he visto!

• Falta de sueño: peor que un fin de semana en Ibiza después de una semana sin dormir
• Cambios de humor: ¡más inestables que el precio del bitcoin!
• Ansiedad a tope: ¡como intentar encontrar sitio en una playa en agosto!

En resumen, la Luna no es solo romántica, puede ser una verdadera cabrona. Pero bueno, al menos nos da algo de qué hablar, ¿no? Aunque yo prefiero dormir con tapones, música relajante y una máscara para tapar ese foco celestial ¡que no me engaña nadie!

Ah, y por si te sirve de algo, el pasado 2023 hubo un aumento del 15% en las consultas psiquiátricas durante las lunas llenas en la ciudad donde vivo. ¡Datos reales! ¡No son invenciones mías!

¿Qué efectos genera la luna sobre el cuerpo humano?

¡Ay, la Luna! Esa bola de queso gigante que nos observa desde el espacio, causando más revuelo que un gato en una cristalería. Su influencia sobre nosotros es un tema tan antiguo como la poesía, y tan misterioso como mi propia vida amorosa.

Resulta que, aunque algunos lo achacan a brujería, la ciencia está empezando a reconocer que la Luna sí nos afecta, aunque de forma sutil. Piensa en las mareas: ¡la Luna las mueve! Si puede mover toneladas de agua, ¿por qué no unas gotitas de nuestras lágrimas? Bromas aparte, estudios recientes apuntan a una ligera influencia en:

• El sueño: ¿te despiertas más a menudo durante la luna llena? Mi abuela siempre decía que era por la energía lunar, ¡y ahora resulta que tenía algo de razón! Aunque a mi perro le afecta más la cantidad de comida que le doy…
• El ciclo menstrual: Mucha gente lo asocia con la luna, y bueno, tiene su lógica, ¡ambos ciclos duran aproximadamente lo mismo! Curiosamente, el mío se sincroniza con las fases lunares, que casualidad…
• El humor: Algunos estudios dicen que hay un vínculo entre la luna y los cambios de humor en personas con trastorno bipolar. Aunque, a veces, creo que mi mal humor se debe más al café pasado de moda que a la Luna.

No es algo dramático, ¿eh? No esperes convertirte en hombre lobo. Es más una cuestión de sutiles influencias, como si la Luna susurrara en nuestro oído, pero nosotros, ¡perdidos en nuestro propio mundo de Instagram!, no escuchamos.

La ciencia, eso sí, sigue investigando. Como mi gato investigando la caja de galletas… Pero el misterio de la Luna sigue ahí, seductor y enigmático, ¡como una buena novela de misterio!

Apuntes extra: Este año, 2024, se han publicado varios artículos en revistas científicas sobre los ritmos circadianos y la influencia lunar. Los resultados son prometedores pero requieren más investigación. Mi suegra dice que es culpa de Mercurio retrógrado…

¿Qué tiene que ver la luna con la salud?

Ritmos. Ciclos. La luna. ¿Influencia? Bah.

Sueño. Insomnio con luna llena. Casualidad. O no.

Menstruación. Cerca de 28 días. Lunar, 29.5. Proximidad inquietante.

Comportamiento. Mareas. Agua. Cuerpo humano, ¿70% agua? Algo resuena.

• Gravedad. Invisible. Presente. ¿Afecta la savia de las plantas? ¿Y la nuestra?
• Luz. Reflejo. Sol. Indirecto. Pero penetrante. Anoche no dormí bien. Luna llena. O eso creo.
• Mitos. Lobos. Locura. Palabras antiguas. Algo queda.

Ayer vi la luna. Impresionante. Fría. Distante. Como yo. Me tomé un café. Demasiado fuerte. Como mis pensamientos. A veces pienso demasiado.

La luna sigue ahí. Indiferente. Nosotros, dando vueltas. ¿Alrededor del sol? ¿De la luna? ¿De nosotros mismos?

El otro día leí un artículo sobre ritmos circadianos. Interesante. Lo olvidé. Como casi todo. Igual que olvido regar las plantas. Pero ahí siguen. Creciendo. A su ritmo.

Ritmos. Ciclos. La luna. Nosotros. Conectados. O no. ¿Importa?

Este año, 2024, escuché a alguien hablar de la influencia lunar en el crecimiento del cabello. Tonterías. Aunque me lo corté con luna creciente. Por si acaso. No sé.