¿Cómo alcalinizar el cuerpo de manera natural?

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¡Ay, alcalinizar el cuerpo naturalmente! Me da la impresión de que esa lista es demasiado general. Si bien algunas de esas cosas, como las espinacas o las ciruelas pasas, sí ayudan, meter ahí carne y arroz blanco me parece un poco… engañoso. Para mí, alcalinizar significa priorizar frutas y verduras frescas, ¡muchas! Dejar de lado los procesados y carnes rojas. No se trata solo de una lista, es un cambio de estilo de vida, ¡uno que me llena de energía positiva al pensar en cómo me siento después!

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¿Cómo alcalinizar el cuerpo de manera natural? Uf, ¿de verdad? A ver, no me malinterpreten, comer sano siempre es bueno, pero es que a veces me da la sensación de que se complica demasiado la cosa. Vi una lista por ahí que incluía carne y arroz blanco… ¿en serio? ¿Arroz blanco alcalinizante? No sé, Rick… Me suena a cuento chino.

Para mí, y ojo, que esto es mi experiencia personal, alcalinizar es mucho más que una lista de alimentos mágicos. Es más bien como… ¿cómo lo diría?… una limpieza, un reset. Imaginen despertar con ganas de comerse el mundo después de un buen plato de fruta fresca con yogur y miel. ¿A que sí se siente diferente? Yo, por ejemplo, antes me atiborraba de café y tostadas por la mañana, y me sentía pesada, lenta… como un zombi. Ahora, en cambio, intercalo días de zumos verdes, batidos con espinacas, piña… ¡una bomba de vitaminas! Y la diferencia es abismal. Me siento más ligera, con más energía, hasta el humor me cambia, ¿no les pasa?

Claro, no digo que sea fácil. Hay días que me muero por una hamburguesa con queso, ¡qué le voy a hacer! Pero intento compensarlo. Si un día me doy un capricho, al siguiente me preparo una ensalada gigante con quinoa, aguacate, frutos secos… ¡de todo!

He leído por ahí que el 70% de nuestro cuerpo es agua, y si esa agua está llena de toxinas por la comida procesada, pues imagínense el desastre. No es que me crea a pies juntillas todas las estadísticas que veo, pero… algo de razón tendrán, ¿no?

En fin, que para mí, alcalinizar no se trata de seguir una lista al pie de la letra, sino de escuchar a mi cuerpo, de darle lo que necesita. Frutas, verduras, agua… ¡mucha agua! Y sobre todo, disfrutar del proceso. Porque si no lo disfrutas, ¿para qué? ¿Ustedes qué opinan?

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