¿Cómo aumentar las bacterias buenas en la boca?

¡Ay, la boca! ¿Quién iba a decir que un agujerito tan pequeño podría ser el hogar de una fauna tan… peculiar? ¡Bacterias buenas y malas guerreando día y noche! Y aquí estoy yo, intentando inclinar la balanza a favor de las buenas.

Cepillarse los dientes… ¡uf! A veces lo confieso, después de un día largo, lo único que quiero es tirarme en la cama. Pero luego pienso: “¿De verdad quiero que esos bichitos hagan una fiesta en mi boca toda la noche?” Y me levanto, resignada, a cepillarme. Porque sé que es importante. Porque, a ver, ¿quién no quiere una sonrisa sana?

Y luego está el hilo dental… ¡mi némesis! Sé que tengo que usarlo, el dentista me lo repite cada vez que voy. Pero, ¿será que soy la única que se hace un lío con el hilo y termina sintiéndose más torpe que nunca? Aún así, lo intento. Porque, como decía mi abuela, “más vale prevenir que lamentar”.

Pero no solo es cepillado e hilo dental, ¿verdad? La alimentación juega un papel crucial. Recuerdo cuando era niña y mi mamá siempre me decía: “Come frutas y verduras, que te dan vitaminas y te ayudan a estar fuerte”. Y ahora entiendo que no solo era para estar fuerte, ¡sino también para alimentar a mis bacterias buenas! ¿Quién lo diría?

Y es que al final, se trata de un equilibrio. De cuidar nuestro cuerpo, de darle lo que necesita para funcionar correctamente. Y la boca, aunque a veces la olvidemos, es una parte fundamental de ese todo. Así que, ¡a cepillarse, a usar hilo dental y a comer sano! Por una sonrisa sana y una vida feliz. ¿No creen?