¿Cómo cepillarse para no tener sarro?

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"Previene el sarro cepillándote dos veces al día, idealmente con cepillo eléctrico, durante al menos dos minutos. Limpia en todas direcciones para eliminar placa y restos de comida. No olvides el hilo dental diario para una limpieza completa."

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¿Cómo cepillarse los dientes para evitar el sarro?

A ver, cepillarse los dientes para evitar el sarro… ¡Uf!, tema importante. Lo que a mí me funciona, y ojo, no soy dentista, es cepillarme concienzudamente.

Dos veces al día, mínimo. Mi dentista, la Dra. Pérez en la clínica de la calle Alcalá, me recomendó uno eléctrico. Al principio me resistí, pero ahora no puedo vivir sin él. ¡Se nota la diferencia!.

Intento dedicarle al menos dos minutos. No sé, pongo una canción cortita y sigo el ritmo con el cepillo. Importante, no ir siempre en la misma dirección, ¿sabes? Ir variando, arriba, abajo, en círculos… como si estuvieras pintando una obra de arte en tu boca.

Y el hilo dental… ¡ay, el hilo dental!. Confieso que a veces se me olvida, pero intento usarlo al menos una vez al día, sobre todo antes de dormir. Es que si no, al día siguiente la boca se siente como… como un campo de batalla.

Información breve sobre cómo cepillarse para evitar el sarro:

  • Frecuencia: Cepillar 2 veces al día.
  • Duración: Mínimo 2 minutos por cepillado.
  • Técnica: Cepillar en varias direcciones para eliminar placa y restos de comida.
  • Complemento: Usar hilo dental diariamente.

¿Cómo mantener la boca sin sarro?

A ver… sarro… ¿Cómo evito esa cosa dura en mis dientes? Siempre me pregunto lo mismo.

  • Cepillado, obvio. Pero ¿lo hago bien? Mi dentista siempre me regaña.
  • Encías también, ¿no? ¡Ay, qué pereza! Siempre me las salto… mal yo.

Pasta con flúor, sí, de cajón. ¿Será que compro la más cara a ver si funciona mejor? 🤔

  • Hilo dental… ¡Qué horror! Lo odio. Pero mi hermana es higienista dental y me dice que no me salvo, así que… a usarlo, supongo. Quizá si lo pongo al lado del cepillo lo recuerde más, o no.
  • Lengua. ¿La lengua también da sarro? Juraría que no. Creía que era solo por el aliento… que asco, igual a cepillarla.

Creo que me voy a comprar un raspador de lengua de esos que vi en el super, ¡a ver si así me motivo! Y un cepillo eléctrico nuevo. ¡Ah! Y empezar a usar un enjuague bucal de esos fuertes, a ver si así mato a todas las bacterias malas. Igual pruebo uno con flúor.

Mi hermana me contó que lo mejor es ir al dentista cada seis meses para una limpieza profesional, pero siempre se me olvida agendar la cita. Y luego sale caro.

¿Qué cepillo es mejor para el sarro?

¡Ah, el sarro! Esa molesta “condecoración” que adorna nuestras dentaduras.

Para combatir el sarro, los cepillos interproximales son como pequeños ninjas, colándose entre los dientes donde los cepillos convencionales fracasan miserablemente. Son como el amigo que siempre llega tarde pero, ¡vaya!, hace el trabajo pesado.

Aquí te dejo algunas reflexiones, como quien pela ajos filosofando sobre la vida:

  • El sarro es como ese invitado inesperado que se queda a vivir en tu casa. ¡Qué lata! La solución no es ignorarlo (como harías con un cuñado pesado), sino atacarlo con la artillería adecuada: hilo dental, cepillos interproximales, y visitas regulares al dentista. ¡Que no se te escape!

  • A veces pienso que el sarro es la venganza de los azúcares. ¡Dulce venganza! Pero ojo, no dejemos que se salgan con la suya.

  • Recuerda que el mejor cepillo es aquel que usas con constancia. De nada sirve tener la “Ferrari” de los cepillos si la dejas cogiendo polvo en el baño. ¡Es como comprar un libro y no leerlo!

  • Los cepillos interproximales son geniales, pero no son la panacea. Imagina que quieres arreglar un coche con un martillo. ¿Te serviría? ¡Pues lo mismo con el sarro! A veces, necesitas un buen mecánico… ¡digo, dentista!

Bonus: ¡No te olvides de la lengua! Ahí se esconden bacterias que contribuyen a la formación de sarro. Rascar la lengua es como darle una patada al aburrimiento. ¡Adiós bacterias!

Personalmente, después de mi último intento fallido de hacerme un tinte fantasía en casa este 2024, he aprendido que a veces es mejor dejar ciertas cosas en manos de los profesionales. Lo mismo aplica con el sarro. ¡No te arriesgues a una catástrofe dental!

¿Cómo mantener la boca limpia y fresca?

Para una boca que haga sonreír hasta a un cactus:

  • Cepillado post-comida: ¡Como cenicienta, pero con el cepillo! No dejes que pasen ni 20 minutos, o el banquete de bacterias se convertirá en baile de gala.

  • Dos minutos de cepillado: Menos que una canción pop, pero cruciales. Imagina que esculpes una obra de arte minúscula, ¡pero en tus dientes!

  • Hilo dental diario: El James Bond de la higiene bucal, infiltrándose donde el cepillo no llega. Yo uso uno con sabor a menta, porque mi aliento ya huele bastante a mis cafés de la mañana.

  • Cepillo nuevo cada 3 meses: Piensa que tu cepillo es como una esponja de baño, pero para tu boca. ¿Usarías la misma esponja durante un año? ¡Ni hablar!

  • Visitas al dentista: El mecánico de tu sonrisa. Yo voy cada seis meses, aunque confieso que siempre me da un poco de repelús el ruido del torno… Me recuerda a cuando intenté arreglar la tostadora con un taladro, ¡qué desastre!

Bonus track: ¡No olvides cepillar la lengua! ¿Sabías que ahí se esconde un batallón de bacterias esperando su oportunidad?

Datos curiosos (más o menos):

  • En 2024, se estima que el 70% de la población usa cepillo eléctrico. Yo sigo con el manual, ¡soy un romántico!
  • El primer cepillo de dientes, si la historia es cierta, ¡era una ramita masticada! ¡Imagínate el cepillado!

¡Ah! Y no uses enjuague bucal justo después de cepillarte. Es como echarle perfume a una obra de arte recién pintada. Mejor después de comer, para refrescar el aliento y espantar a los vampiros bucales.

¿Cuál es la mejor técnica de cepillado dental?

Bass modificada. Punto. Eficacia comprobada. Lo demás, marketing.

  • Cepillo suave. Obvio.
  • Vibración. Luego barrido. Así. Simple.

La abrasión dental es un problema real. Mi dentista, el Dr. Álvarez, me lo dijo. 2023. Ya lo sabes.

Presión mínima. Lo repito: mínima. La encía, sensible. Recuerda. El esmalte se va. Irreversible. No es broma.

Técnica Bass modificada. Ya está dicho.

  • No hace falta más.
  • No hay secretos.

El cepillo, perpendicular a los dientes. Una vez al día, basta. A veces, dos. Depende. De cada uno. De la genética. De la dieta.

Mi abuela, siempre con problemas de encías. No lo hizo bien. Ahora lo sé.

Conclusión: La técnica Bass modificada es eficiente. Pero la constancia, fundamental. La vida, frágil. Cuida lo que tienes.

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