¿Cómo empieza el cuerpo a perder peso?

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Al iniciar una dieta, la pérdida inicial se centra en el agua retenida. La reducción de carbohidratos provoca la descomposición del glucógeno, una molécula que retiene agua, liberándola del organismo. Este proceso explica la rápida pérdida de peso al comienzo.

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El misterio de los primeros kilos: ¿Por qué perdemos peso tan rápido al empezar una dieta?

Iniciar un plan para perder peso suele venir acompañado de una gratificante sorpresa: la rápida disminución de los números en la báscula durante los primeros días. Esta pérdida inicial, aunque ilusionante, no se debe a una milagrosa quema de grasa, sino a un proceso fisiológico relacionado con la gestión del agua corporal. Entender este mecanismo es clave para mantener la motivación y las expectativas realistas a largo plazo.

Cuando modificamos nuestra alimentación, especialmente reduciendo la ingesta de carbohidratos, el cuerpo reacciona de una manera particular. Los carbohidratos son la principal fuente de energía del organismo, y se almacenan en forma de glucógeno, principalmente en el hígado y los músculos. Este glucógeno tiene una peculiaridad: retiene agua. De hecho, cada gramo de glucógeno puede retener hasta tres gramos de agua.

Al restringir el consumo de carbohidratos, el cuerpo, al no tener su fuente primaria de energía readily disponible, comienza a utilizar las reservas de glucógeno. Al descomponer el glucógeno para obtener energía, el agua que estaba retenida se libera, produciendo una notable pérdida de peso en los primeros días o semanas de la dieta. Esta es la razón por la que se experimenta una pérdida de peso rápida, que puede ser incluso de varios kilos, al inicio de un régimen alimenticio bajo en carbohidratos.

Es crucial comprender que esta pérdida inicial no se traduce en una disminución real de grasa corporal. Se trata principalmente de la eliminación del exceso de agua. Por lo tanto, no debemos caer en la trampa de pensar que este ritmo de pérdida se mantendrá a lo largo del tiempo. A medida que el cuerpo se adapta a la nueva dieta, la pérdida de peso se ralentizará y se centrará en la quema de grasa, que es un proceso más lento y gradual.

En resumen, la rápida pérdida de peso inicial al empezar una dieta es un fenómeno normal relacionado con la liberación de agua retenida debido a la descomposición del glucógeno. Reconocer esta realidad nos permite abordar el proceso de pérdida de peso con una perspectiva más informada y sostenible, evitando la frustración y manteniendo el foco en la meta final: una salud óptima a largo plazo.