¿Cómo es el dolor de las adherencias?

Uf, el dolor de las adherencias… ¿cómo explicarlo? Es una cosa tan rara, ¿no? A veces, ni te enteras de que están ahí, como si fueran fantasmas dentro de ti. Pero otras… otras veces te acuerdas de ellas, vaya si te acuerdas. Dicen que muchas personas las tienen y ni lo saben, asintomáticas, lo llaman. Pero si te toca la china, como a mí me tocó una vez…

Recuerdo un dolor en la barriga, ¡qué dolor! Intenso, como un retortijón que no se va, que te retuerce por dentro. Cólico, le dicen los médicos, pero ¿quién se acuerda de los nombres en esos momentos? Sólo piensas en que pare, por favor que pare. Y luego… ¡los vómitos! Una sensación horrible, de verdad. Como si tu cuerpo quisiera expulsar algo que no puede.

Me acuerdo que en urgencias me explicaron que la intensidad del dolor depende de lo obstruido que esté el intestino. Algo así como si se te atasca una tubería, ¿sabes? Cuanto más atascada, peor sale el agua… bueno, o peor no sale, en este caso. A mí, por suerte, no fue de las peores, me dijeron. Imagino que los que tienen una obstrucción grave… buff, no quiero ni pensarlo. Yo con el dolor que tuve ya fue suficiente. Me tuvieron que medicar fuerte, y tardé unos días en recuperarme. Desde entonces, le tengo un respeto enorme al tema de las adherencias. Es algo que no se ve, pero que puede darte un susto de muerte.

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