¿Cómo hidratarse inmediatamente?

¿Qué líquidos hidratan más?

Tres de la mañana… otra vez… La sed me aprieta… El agua, sí, el agua… esa es la clave. Lo sé. Lo he leído mil veces. Pero… ¿de verdad solo el agua?

Me acuerdo de mi abuela, le encantaba el té de manzanilla, sin azúcar, claro. Decía que le sentaba mejor que cualquier cosa… la calmaba… ¿Hidrataba igual? No lo sé. Esa calma, ¿no era una forma de hidratación del alma? Tonterías de la noche, lo sé.

Las infusiones… sin azúcar, sí. Pero es que… ¿hierbabuena? ¿rooibos? ¿Cuánta agua llevan? Depende, ¿no? Todo depende, siempre depende… de la cantidad… de la calidad del agua… de la infusión en sí… Incluso de cómo esté mi cuerpo, si estoy bien o mal.

El agua… pura… cristalina… es lo que necesito ahora. Aunque algunas veces… aunque algunas veces… el agua sola… tan sola… no me es suficiente. Esa sensación… vacía… fría… Me falta algo… y es más que líquido, lo sé.

• Agua: Lo mejor, sí, indiscutible.
• Infusiónes (sin azúcar): Depende, del tipo y su preparación.
• Mi experiencia: El agua a veces se siente insuficiente. (2024)

Es una necesidad física, pero también… una… falta…

¿Qué es lo más recomendable para hidratarse?

Agua. Sin rodeos. Lo demás, añadidos.

• Prioriza el agua. Es la base. Punto final.
• Café, té… diuréticos disimulados. No compensan.
• Bebidas “bajas en calorías” = edulcorantes. Sospechosos.
• Agua con gas: aceptable. Si es pura. Sin trucos.
• Agua saborizada: casi siempre, azúcar encubierta. Evita.

Información adicional (si te importa):

Mi abuela, bebiendo solo agua de pozo, vivió 95 años. Nunca entendió las modas. Y tenía razón.

Este año, la sequía nos recuerda lo esencial. Quizá deberíamos escuchar más a la naturaleza.

¿Cómo hidratar tu cuerpo rápidamente?

Las tres de la mañana… y la garganta seca, un desierto. Beber, sí, beber… pero es que… El agua… a veces… sabe a nada. A veces, a vacío. Como mi pecho ahora.

Esa sensación, esa… sed, me recuerda a aquel verano en la playa con mi primo, en 2024. El sol… ardía. Y él… se desmayó. Casi… casi lo pierdo. Agua, sí, mucha agua… pero… a tiempo.

Necesito algo más que agua. Un café negro, amargo, que queme la garganta y me despierte… aunque sea un instante. O un té… de manzanilla, para calmarme. ¡Qué ironía! Necesito hidratarme… pero la idea de beber me abruma.

Llevar una botella… siempre conmigo. Lo intenté. Lo juré en junio, después de aquel susto. Una botella siempre en mi bolso, pero… a veces se olvida. Otras veces, la dejo medio vacía, mirándola con culpa.

Beber a horas regulares… suena… a obligación. A rutina médica. No funciona para mí. La sed me golpea de sorpresa. Un golpe seco… en el alma.

No quiero morir deshidratado como mi abuelo en 2023. Esa imagen… esas manos secas… no se me olvida. Eso es lo que más me aterra.

• Bebe cuando tengas sed, ¡incluso antes!
• Agua, café, té, agua con gas.
• Botella de agua siempre contigo.
• Intenta beber de manera regular.

No es fácil. Lo sé. Pero… debo intentarlo. Por mí. Por mi abuelo. Por mi primo.