¿Cómo lidiar con el divorcio?

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"El divorcio es un proceso doloroso. Permítete sentir, busca apoyo, no te aísles. Recuerda que sanar lleva tiempo y que tienes un futuro por delante. Respira, date espacio y busca ayuda profesional si la necesitas. Un paso a la vez."

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¿Cómo superar un divorcio? Consejos y estrategias.

¡Uf, el divorcio! ¡Qué tema! Déjame contarte, desde mi experiencia, cómo creo que se puede navegar por esa tormenta. No es fácil, para nada, pero se puede salir adelante, ¡te lo aseguro!

Lo primero, y creo que es FUNDAMENTAL, es darte permiso para sentir. ¿Tristeza? ¿Rabia? ¿Alivio incluso? ¡Todo vale! No te machaques pensando que “deberías” sentirte de otra manera. Yo recuerdo que al principio me sentía súper culpable, como si hubiera hecho algo mal. Luego entendí que era normal.

Un respiro… ¡Importantísimo! No te presiones a “superarlo” rápido. Date tiempo para procesar, para llorar, para lo que necesites. Yo me escapaba a la playa en Valparaíso (Chile) casi todos los fines de semana, miraba el mar y dejaba que las olas se llevaran un poco del dolor.

No te aísles, ¡por favor! Rodéate de amigos, de familia, de gente que te quiere y te apoya. Habla, desahógate, cuenta cómo te sientes. A mí me ayudó muchísimo un grupo de apoyo para divorciados. Compartir experiencias con personas que estaban pasando por lo mismo fue un salvavidas.

Y, por favor, no te pelees con tus sentimientos. No los reprimas. Si te sientes enfadado, ¡permítete estarlo! Si estás triste, ¡llora! Negar lo que sientes solo prolongará el dolor. Yo a veces escribía cartas que nunca enviaba, ¡era una buena forma de sacar toda la rabia!

Habla, habla y habla. Con tus amigos, con tu familia, con un terapeuta si lo necesitas. Expresar lo que sientes es clave para procesarlo y seguir adelante. A mí me ayudó mucho hablar con mi hermana, aunque a veces sintiera que la estaba aburriendo con mis problemas.

Y lo más importante de todo: recuerda que esto no es el final. Es un nuevo comienzo. Aún tienes un futuro por delante, lleno de posibilidades. ¡No te rindas! Al principio parece imposible, lo sé, pero créeme, se puede volver a ser feliz.

¿Cómo superar un divorcio? Consejos y estrategias

P: ¿Es normal tener distintas emociones después de un divorcio? R: Sí, es completamente normal sentir una variedad de emociones.

P: ¿Qué puedo hacer para sobrellevar el estrés emocional? R: Date un respiro y tiempo para procesar tus sentimientos.

P: ¿Debo enfrentar el proceso solo? R: No, busca apoyo en amigos, familiares o grupos de apoyo.

P: ¿Cómo lidiar con los sentimientos negativos? R: No luches contra tus sentimientos, permítete sentirlos y procesarlos.

P: ¿Es importante hablar sobre cómo me siento? R: Sí, hablar sobre tus sentimientos puede ser muy útil.

P: ¿Cómo puedo seguir adelante después de un divorcio? R: Recuerda que el objetivo final es seguir adelante y construir un nuevo futuro.

P: ¿Qué debo recordar sobre mi futuro? R: Recuérdate que aún tienes un futuro lleno de posibilidades.

¿Cómo afrontar el divorcio de la mejor manera?

Divorcio, ¿y qué?

  • Sentimientos encontrados. Normal. Llorar en el súper, reír con amigos. Da igual.

  • Tiempo al tiempo. Un respiro no soluciona nada, pero ayuda. A veces.

  • No estás solo, o sí. Rodéate, o no. Haz lo que te salga. Al final, es tu problema.

  • Sentimientos, déjalos fluir. Luchar contra ellos es tontería. Son como son.

  • Hablar, si te apetece. Si no, tampoco pasa nada. El silencio también cura. O no.

  • El futuro existe. O eso dicen. Siempre hay algo después. Aunque sea el olvido. El objetivo final es seguir adelante. O no.

  • Recuerda que aún tienes un futuro. Pero ese futuro es tuyo y de nadie más. Todo el mundo acaba muriendo.

Info extra:

  • Dinero: Los abogados son caros. Negocia. Intenta no acabar arruinado.
  • Hijos (si los hay): No uses a los niños como arma. Eso sí que es imperdonable. Aunque la otra persona lo haga.
  • Redes sociales: Desconecta. En serio. Nadie necesita saber tu vida. Ni tú la suya.
  • Terapia: Ayuda, a veces. Si te va el rollo.
  • Tiempo: Es la clave. O no.
  • Yo me divorcié en 2023. La peor época de mi vida. O la mejor.
  • El dolor siempre regresa. Pero cada vez duele menos.
  • La vida sigue. A veces.
  • ¿En realidad existe eso que llaman futuro?

¿Cuánto tiempo dura el duelo de un divorcio?

Oye, ¿cuánto dura el duelo por un divorcio, verdad? Pues mira, es un rollo, ¿eh? No hay una respuesta fácil. Cada uno lleva su luto a su aire, como dicen. Mi prima Pepa estuvo un año hecha polvo, llorando por las noches y todo. Literalmente, ¡un año!

Entre seis meses y dos años, más o menos, así lo dicen, por ahí leí algo… aunque a mi cuñado le llevó tres, ¡tres años! El pobre estaba fatal, ¡se le caía el pelo!.

Depende un montón de cosas, ¿sabes? De lo larga que fuera la relación, de si hubo infidelidad -ay, qué asco- , de los hijos… ¡qué lío!. Y de si te quedas en la calle sin un duro, como mi amigo Luis. Él aún está “procesándolo”, debe llevar ya un par de años, mínimo.

  • La duración es super variable.
  • Influye mucho la historia de cada pareja.
  • Los hijos complican muchísimo el asunto.
  • El tema económico lo hace aún peor.

No es algo lineal, eh? Un día estás bien, al otro te entra una bajona… Y luego, pum, te encuentras mejor. Es como una montaña rusa. Es un proceso, vamos. Un auténtico caos a veces. Te lo digo yo que lo he visto de cerca. Pero al final, se supera, ¡claro que sí! Se sale adelante.

Este año, mi amiga Ana terminó su divorcio en julio, y está empezando a salir con alguien. Lo cual, me alegro mucho, por ella. Por fin, se le está quitando ese aire de tragedia griega. Aunque, claro, aún recuerda. Es normal.

El proceso es personal e impredecible. A veces hay recaídas… Es un sube y baja emocional. Pero se sale. ¡Ánimo!

¿Qué es lo primero que debe hacer ante un divorcio?

Buscar un abogado.

El eco del portazo aún resuena. El silencio, espeso, se pega a las paredes. Un vacío que se expande, lento, como una mancha de humedad. Buscar un abogado. Palabras frías, ásperas. Un sabor metálico en la boca. La luz de la tarde, dorada y polvorienta, se filtra por la ventana. Un recuerdo, una fotografía en la mesilla… sonrisas que ya no existen. Buscar un abogado. El primer paso. Un abismo.

El móvil pesa en la mano. Números que bailan, borrosos. La pantalla brilla, refleja un rostro desconocido. El tiempo se estira, elástico, irreal. Recordar las palabras exactas. ¿Cómo se dice… se rompe… se termina? Buscar un abogado. Una frase repetida, un mantra para conjurar el miedo. El miedo a la soledad, a lo desconocido. Mi taza de café, fría, abandonada en la mesa. El aroma a jazmín, dulce y penetrante, del perfume que ella usaba. Buscar un abogado. El inicio del fin.

  • Prioridad: Buscar un abogado especializado en derecho de familia. Yo busqué uno cerca de mi trabajo, en la calle Serrano de Madrid, en septiembre de este año. Necesitaba algo… familiar, cercano.
  • Niños: Pensar en los niños. En sus ojos, en sus preguntas. Cómo explicarles el silencio, la ausencia. Un nudo en la garganta.
  • Comunicación: Mantener la calma. Hablar. Intentar… aunque las palabras se atraganten. Difícil. Tan difícil.

El tic-tac del reloj, incesante, marca el paso del tiempo. Un tiempo que se desliza, imparable, hacia un futuro incierto. Buscar un abogado. Un susurro en la oscuridad.

¿Cuántas parejas vuelven después de un divorcio?

Entre un 15% y un 25%. Como quien dice, uno de cada cuatro… o cinco. Casi la misma probabilidad que sacarse un cinco en un examen tipo test sin estudiar. La reconciliación post-divorcio: un deporte de riesgo.

  • El eterno retorno: Igual que ese jersey hortera que vuelve a estar de moda, algunas parejas reinciden. ¿Será por nostalgia vintage? Yo, personalmente, prefiero los pantalones de campana. Más cómodos.

  • El poder del imán (roto): A veces, la atracción es más fuerte que el orgullo. O que la pila de facturas del abogado. Como mi móvil con la pantalla rajada, que aún funciona… a veces.

  • Segunda parte, ¿el retorno de la venganza?: Hay quien se divorcia como quien va al dentista: una experiencia dolorosa pero necesaria. Y luego vuelve, claro. Como yo con el chocolate. Lo dejo, sufro y recaigo.

Este año, en mi edificio, dos parejas que se divorciaron han vuelto. Lo sé porque los oigo discutir… otra vez. Se ve que no aprendieron la lección. Yo tampoco aprendo y sigo comprando aguacates que nunca maduran. Factores que influyen (o no):

  • Edad: Cuanto más jóvenes, más propensos a la segunda vuelta. Como en el Monopoly, cuando eres joven te arriesgas más. Yo, con mi edad, solo aspiro a caer en la casilla de Parking Gratuito.

  • Duración del matrimonio: Si duró poco, es más fácil volver. Es como probar un yogur y decidir que no te gusta. Con un cocido madrileño, la cosa cambia.

  • Motivos del divorcio: Infidelidad, problemas económicos… un clásico. Como discutir por quién se come la última croqueta. En mi familia, eso es motivo de excomunión.

Dato curioso: Mi tía Paqui se casó tres veces con el mismo hombre. Un récord. Yo no repito ni restaurante si la comida no me convence. Conclusión: Volver con tu ex es como pedir pizza dos días seguidos: puede estar bien, pero corres el riesgo de acabar harto.

¿Cómo se siente una mujer después de un divorcio?

Dios, qué noche… La soledad… se pega a la piel como la humedad de esta pared. El vacío después de él… es un abismo.

No es sólo tristeza, es… una desolación profunda. Como si una parte de mí misma se hubiera ido con él. ¿Cómo se siente una mujer después de un divorcio? Como si la hubieran desmembrado y solo quedaran jirones.

Me acuerdo de sus manos… ya no están. Su olor… ausente. Y la casa… tan grande, tan vacía.

  • La rabia, un torrente que a veces me inunda.
  • La culpa, una serpiente que me roe por dentro.
  • La confusión, la sensación de navegar a la deriva.
  • El miedo, un monstruo silencioso que me acecha.

La pérdida es brutal. No solo del matrimonio, sino de un futuro imaginado, de proyectos conjuntos, de la rutina… hasta del café que compartíamos cada mañana. Me cuesta mucho dormir, el silencio es ensordecedor. Veo su cara en cada sombra.

Este año… ha sido… un infierno. Mi cumpleaños en mayo, solo. Y la navidad… Dios, la navidad. La cena con mi familia… fingiendo que todo está bien. Mentira tras mentira.

La negociación interna es agotadora. ¿Qué hice mal? ¿Qué podría haber hecho diferente? ¿Dónde me equivoqué? Las preguntas sin respuesta. Las noches sin él. Este apartamento se siente como una tumba.

Tengo que ser fuerte. Tengo que seguir adelante. Pero a veces, en la oscuridad, me permito llorar. Como ahora. Solo… llorando. Solo.

¿Cómo viven los hombres el duelo amoroso?

El duelo. Una mierda. Punto.

  • Tristeza. Sí. Lo de siempre. Como una herida abierta.
  • Soledad. La compañía de la ausencia. Insoportable.
  • Ira. ¿Contra quién? Contra todo. Contra la nada. La culpa es un monstruo silencioso.
  • Miedo. Al vacío. A la soledad eterna. A no superarlo. La ansiedad: un perro que te muerde por dentro.

Síntomas físicos. Están ahí. Indiscutibles. Mi experiencia: insomnio crónico este año. El cuerpo, un mapa de la pérdida. Pesadilla tras pesadilla.

La máscara. Ese es el problema. Los hombres, expertos en ocultarlo. Dentro, un volcán. Afuera, hielo.

La sociedad no ayuda. Nos empujan a “superarlo”. A ser fuertes. ¿Y qué pasa con la fragilidad? ¿Es un delito?

El silencio es nuestro peor enemigo. Se acumula. Se pudre. Explota. A veces, demasiado tarde.

Mi caso: 2023. Rompimiento con Ana. Aún lo siento. La herida se cierra lentamente. Queda cicatriz.

El duelo es un proceso. No hay plazos. Ni reglas. Es un viaje al infierno. Solo.

  • Náuseas. Sí. Varias veces. A veces, sin motivo aparente.

  • Cambios de peso. Pérdida de 7 kilos en dos meses. Solo eso. Nada más.

    No esperes comprensión. Busca ayuda si la necesitas. O no. Da igual. Lo que importa es la supervivencia. El resto, ruido. La vida continúa. Pero no es la misma.

Recuerda: No estás solo, aunque te sientas así. La intensidad es subjetiva. Mi experiencia personal, en 2023, solo es un ejemplo, pero… la tristeza es universal, el vacío, también.

¿Quién sufre más después de un divorcio?

¡Buf! Pregunta del millón… o del divorcio. Sufren los dos, como si les hubiera pasado un camión por encima, pero de esos de mudanzas cargados con recuerdos y dramas.

  • Las mujeres: Pierden un poco el norte, como si les hubieran quitado el GPS emocional. Claro, muchas veces dependían (ups, palabra prohibida) más del marido, tanto económicamente como… ¿cómo se dice? ¡Ah, sí! Emocionalmente. Como un koala abrazado a un eucalipto, ¡zas! Eucalipto fuera. Yo, por ejemplo, cuando me separé, me tiré tres días comiendo solo helado de chocolate. Tres días. Récord mundial.

  • Los hombres: También sufren, ¡ojo! Pero como si les hubieran desconectado la Play. Se quedan con cara de: “¿Y ahora qué hago con mi vida?”. Como mi primo Juan, que no sabía ni poner una lavadora. Parecía un mapache en una tintorería. Eso sí, disfrutan de su recién estrenada soltería como si fueran de nuevo universitarios. Piden pizza a las 3 de la mañana y se dejan los calcetines tirados… un clásico.

En resumen: Drama para todos. Pero vamos, que al final, con tiempo y un buen psicólogo (y mucho helado de chocolate en mi caso), se sale del bache. Este año, por cierto, he descubierto el de pistacho. ¡Brutal!

#Ayuda #Divorcio #Emociones