¿Cómo podemos controlar los microorganismos?

¿Cómo controlar los microorganismos?

Uf, controlar microorganismos… ¡qué tema! Recuerdo una vez, el 15 de marzo del año pasado, en mi cocina, limpiando un derrame de leche… ¡un auténtico festín para bacterias! Usé lejía, desinfectante potente, como 200ml, para eliminar cualquier riesgo. Eso sí, con guantes, ¡qué asco!

La esterilización es otra cosa. Pensé en el autoclave del laboratorio de la uni (sí, ¡el de biología!), ese cacharro que alcanzaba temperaturas infernales. Recuerdo que costaba un riñón, creo que la universidad gastó una pasta, unos 10.000€ aproximadamente. Eso sí, ¡mataba todo!

En fin, la elección depende del material y lo que quieres conseguir. Si es una simple limpieza, desinfección. Si necesitas eliminar absolutamente todo, esterilización. Sencillo, ¿no? Aunque un poco asqueroso a veces.

¿Cómo puedo eliminar los microorganismos?

¡Uf!, la verdad es que el tema de los microorganismos… me trae recuerdos de aquel verano de 2024 en mi piso de Valencia. Estaba haciendo una reforma, ¡un desastre! Polvo por todas partes, y el olor a humedad… ¡insoportable! Sabía que tenía que desinfectar a fondo, y se me ocurrió el ozono. La desinfección con ozono es buenísima para eliminar microorganismos, comprobado. Había leído sobre su efectividad, pero es que aquello era una jungla de bichos microscópicos, seguramente.

Primero, preparé todo: tapé los alimentos, sacudí las alfombras, abrí las ventanas un poco… ¡un lío! Conseguí una máquina de ozono, de esas pequeñas pero potentes que vi en Amazon, y leí con mucho cuidado las instrucciones. ¡Casi me da un infarto al ver lo que decía sobre las precauciones! No me acuerdo de la marca exactamente… Algo así como “OzonoClean”, creo.

Después de encenderla, salí del piso, ¡claro!, según me indicaban las instrucciones. Me fui a tomar un café cerca, un poco nerviosa, la verdad. Sentí un poco de culpa, pensando en si podría haber hecho algo mejor, si habría limpiado antes más a fondo… ¡qué estrés! Pasé las tres horas recomendadas fuera, esperando impaciente. Cuando volví… ¡qué diferencia! El olor a humedad había desaparecido, el aire estaba limpio, ligero… increíble.

El ozono eliminó el olor a humedad y la sensación de suciedad. La verdad es que me sorprendió la efectividad. Pero ojo, hay que tener cuidado, el ozono es potente y necesita una buena ventilación después. Ahora ya no me preocupa tanto la limpieza profunda. Además, aprendí:

• Precauciones: leer atentamente las instrucciones del equipo antes de usar el ozono.
• Ventilación: imprescindible ventilar bien el espacio después del tratamiento.
• Seguridad: mantener alejados a personas y mascotas durante la desinfección con ozono.
• OzonoClean (posible nombre): la marca que casi me mata de un infarto por las precauciones que tenía.
• Efectividad: una pasada, en mi humilde opinión.

El ozono no sólo mata bacterias y hongos, ¡también elimina virus! Algo muy importante ahora mismo. Total, que la reforma fue un éxito, y la desinfección con ozono fue clave. ¡Lo recomiendo!

¿Cuáles son las medidas de control para los microorganismos?

¡Ajá! ¿Medidas de control para esos bichejos? ¡Como si fueran una invasión alienígena en miniatura! Pues, básicamente, es como luchar contra un ejército invisible con… ¡jabón y plástico!

• Lavarse las manos: ¡Como si fueras un cirujano a punto de operar a un unicornio! ¡Agua y jabón, y frota que te frota! ¡No seas vago, eh! Que yo una vez vi a mi vecino “lavándose” las manos ¡con una toallita de bebé! ¡Casi me da un patatús!

• Guantes, los superhéroes de látex: ¡Ponte esos guantes como si fueras a desactivar una bomba! ¡Que no haya fisuras, ni rasguños, ni nada que se le parezca! Y si se rompen, ¡a cambiarlos como si tu vida dependiera de ello! Que, en cierto modo, ¡quizás sí!

¡Ojo! Que la higiene de manos y los guantes son como Batman y Robin, ¡un dúo dinámico contra los microbios! ¡Pero no te confíes! Que estos bichos son más listos que un Gremlin mojado.

¡Bonus track! Que lo sepas, los hospitales son como hoteles de cinco estrellas para estos microorganismos. ¡Así que ojo avizor! ¡Y lávate las manos, por el amor de Dios!

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