¿Cómo prevenir un infarto mientras duermes?

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Consejos para reducir el riesgo de infarto durante el sueño:

  • Dieta equilibrada.
  • Ejercicio regular.
  • No fumar.
  • Limitar el alcohol.
  • Controlar presión arterial.
  • Controlar colesterol.
  • Manejar el estrés.
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Vale, vamos a darle un toque personal y cercano a este artículo sobre cómo prevenir un infarto mientras dormimos. ¡Allá vamos!

¿Cómo evitar un susto al corazón… mientras estás soñando? (Reflexiones de una persona real)

A ver, ¿a quién no le da un poco de miedo pensar en que algo malo pueda pasarte mientras duermes? A mí, desde luego, sí. Y eso de un infarto… ¡uf! Ni pensarlo. Pero, bueno, mejor ocuparse que preocuparse, ¿no? Así que me puse a investigar sobre cómo podemos cuidarnos para que nuestro corazón esté tranquilo mientras nosotros estamos en el país de los sueños.

Aquí les dejo lo que encontré, pero ojo, que esto no es la biblia, eh. Cada uno es un mundo y lo mejor es consultar con un médico. ¡Pero esto es un buen punto de partida!

Aquí van algunos consejitos que me parecen súper importantes:

  • Comida rica, sí, pero equilibrada. ¿Se acuerdan de mi abuela? Siempre decía: “Ni tanto que queme al santo, ni tan poco que no lo alumbre”. ¡Cuánta razón tenía! No se trata de privarse de todo, pero sí de comer más frutas, verduras, legumbres… Lo que viene siendo la dieta mediterránea, vamos. Y ojo con los ultraprocesados, que a veces nos hacen la vida fácil, pero le dan un susto al cuerpo.

  • Mover el esqueleto, aunque sea un poquito. A mí eso de ir al gimnasio… como que no. Pero sí me gusta caminar, dar un paseo por el parque, bailar un poco en casa mientras cocino (¡y hago el ridículo, todo sea dicho!). Lo importante es moverse, que la sangre fluya y el corazón se ponga contento.

  • Adiós al humo, por favor. Aquí no hay mucho que decir, ¿verdad? Fumar es malo, malísimo. Y si estás pensando en dejarlo, ¡ánimo! Es lo mejor que puedes hacer por ti. Recuerdo a un amigo que dejó de fumar después de años y me decía que no entendía cómo no lo había hecho antes. “Es como si me hubiera quitado una mochila llena de piedras”, me dijo. ¡Qué buena metáfora!

  • El alcohol, con moderación, por favor. Un vinito con la cena, una cervecita con los amigos… está bien, pero sin pasarse. Que luego el hígado sufre y el corazón también. ¿O es que acaso queremos darle trabajo extra al pobre?

  • La presión arterial, a raya. Aquí es donde a veces la cosa se complica, porque a veces no nos damos cuenta de que la tenemos alta. Yo me la mido de vez en cuando, solo por si las moscas. Y si te la detectan alta, ¡a seguir las indicaciones del médico!

  • Colesterol controlado. Otro de esos “enemigos silenciosos”. Igual que con la presión, mejor estar atentos y hacernos análisis periódicos. Yo, por ejemplo, descubrí que tenía el colesterol un poco alto y tuve que cambiar un poco mi dieta. ¡Y vaya si se nota!

  • El estrés… ¡Ay, el estrés! ¿Quién no vive estresado hoy en día? El trabajo, la familia, las preocupaciones… Pero es fundamental encontrar maneras de relajarnos. A mí me funciona leer un buen libro, darme un baño caliente, escuchar música… ¡Cada uno tiene que encontrar su truco! Una amiga mía practica yoga y le va de maravilla. Quizás pruebe un día de estos… ¿o será que me da pereza? Ja.

En fin, estos son algunos consejos que me parecen importantes para cuidar nuestro corazón y evitar sustos mientras dormimos. Recuerden que esto no es una consulta médica, ¡pero espero que les sirva de inspiración para cuidarse! Y sobre todo, ¡escuchen a su cuerpo! Él sabe mejor que nadie lo que necesita.

¡Y a dormir bien! Que el descanso es fundamental para la salud. 😉

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