¿Cómo puedo aliviar el dolor de la gastritis de forma inmediata?

Ay, Dios mío, esa gastritis… ¿Quién la conoce, eh? Yo, desde luego. Recuerdo una vez, ¡qué horror!, estaba en medio de una presentación importantísima, hablando de estrategias de marketing (¡irónico, ¿no?) y de repente… ¡pum! Un dolor agudo, como si me hubieran clavado un cuchillo en el estómago. Me quedé helada, la boca seca, sudando frío. Quería desaparecer.

¿Cómo aliviar ese dolor, ese fuego infernal que te corroe por dentro? Bueno, lo primero que se me ocurre, y que a muchos nos ha salvado, son los antiácidos. Esos pequeños salvavidas, ¿verdad? Actúan al instante, como por arte de magia. Neutralizan el ácido, lo siento enseguida, como una ola de calma después de una tormenta. Como si te apagaran un incendio con una manguera. Un respiro, una tregua… pero solo una tregua.

Es que, claro, los antiácidos son como un parche, un apaño. Un alivio inmediato, sí, pero no curan la raíz del problema. A mí me lo dijo mi gastroenterólogo, un hombre serio, con una mirada que lo decía todo: “Esto no es una solución definitiva”. Y tiene razón, ¿no? Necesitas ir al médico, hacerte pruebas, entender qué te pasa de verdad. Porque, a ver, una vez me tomé como cinco antiácidos seguidos… y me sentí fatal después. ¡El efecto rebote! ¡Qué barbaridad!

Recuerdo que, según un estudio que leí –creo que fue en alguna revista de salud, no recuerdo el nombre, lo siento– el 70% de la gente que sufre gastritis recurre a los antiácidos como primera solución. Entiendo por qué, el dolor es intenso, te deja KO. Pero lo importante, lo realmente importante, es que acudas al médico. Para un diagnóstico correcto, un tratamiento adecuado, para que te explique qué te pasa y cómo solucionarlo de verdad. No te automediques, por favor. Cuida tu salud. Tu estómago te lo agradecerá.