¿Cómo saber si el agua es buena para tomar?

¿Cómo saber si el agua es segura para beber?

¡Uf, el agua! A veces pienso que le tengo más miedo que a las arañas, y mira que les tengo pánico.

Si el agua huele raro, no la bebas. Punto.

Te cuento una, verás. Este verano, en un camping en la Sierra de Gredos, ¡qué paz!, todo idílico hasta que abrí el grifo del camping. ¡Madre mía, qué peste! Olía como a piscina, pero diez veces peor. Cloro a saco, pero de ese cloro rancio.

• Olor a rayos: Cloro a tope, pero malo. No bebí.
• Sabor a metal: Ni de broma. Directa al desagüe.

No se me olvida la cara de mi hijo, que iba a echarse un trago… Le paré en seco. “¡Ni se te ocurra!”, le dije.

El sabor es importante. Si sabe a algo raro, a metal, a tierra… ¡huye! No te la juegues.

Una vez, en casa de mi abuela en el pueblo (Valdemorillo, Madrid), noté un sabor como… no sé, como a óxido. La abuela decía que era “el sabor del pueblo”. ¡Mis narices! Yo me compré agua embotellada y tan contenta. Y eso que ella lleva bebiendo de ese pozo toda la vida. ¡Qué valor!

El agua debe ser incolora. Si ves que está turbia o tiene color, malo.

Es que luego vienen los dolores de tripa, las visitas al médico… ¡Menudo rollo! Prefiero gastarme unos euros en agua embotellada que arriesgarme. Y más ahora, con la ola de calor.

Pero, la verdad, es que lo más seguro es llevarla analizada. Siempre que dudes, claro. Hay laboratorios que te lo hacen. Es un rollo, sí, pero ¡más rollo es estar malo!

¿Cómo saber si el agua es segura para beber?

El agua segura, sin olores raros ni sabores extraños.

Uf, recuerdo perfectamente un viaje que hice en julio de 2024 a un pueblito perdido en Teruel. Íbamos en bici, una ruta chulísima, pero el agua… ¡madre mía! En la primera fuente, todo bien, fresquita y rica. Pero en la segunda, cerca de una granja, noté un olor raro, como a tierra mojada mezclada con algo más fuerte.

Tomé un trago pequeño y ¡puaj! Un sabor horrible, entre metal y algo rancio. No sé, fatal. Pensé “aquí hay gato encerrado”. Preferí seguir con la sed hasta el siguiente pueblo.

Después averigüé que a veces las fuentes cerca de granjas se contaminan con nitratos de los fertilizantes. Vaya susto, menos mal que no bebí mucho. Me llevé un bote de agua mineral extra por si acaso.

• Olor: Si huele raro, huye.
• Sabor: Si sabe mal, ni probarla.
• Color: Aunque parezca obvio, si está turbia, mala señal.

Ahora siempre llevo pastillas potabilizadoras, por si las moscas. Y pregunto a los lugareños si es potable. La salud es lo primero! Y la experiencia de Teruel, una buena lección aprendida.

¿Cuál es el mejor tipo de agua para consumo humano?

El agua subterránea es como el Indiana Jones de las aguas: ¡protegida en su templo secreto y sin contaminantes a la vista! Aunque, claro, ¡no todas las fuentes son la Atlántida!

El agua embotellada es la diva del agua, siempre lista para la foto, pero ¡ojo! Que no todas las botellas son diamantes. ¡Algunas son más falsas que un billete de 3 euros! Asegúrate de que pase los controles, ¡no vaya a ser que te estés bebiendo agua del grifo con glamour!

El agua del grifo, la campechana. Suele ser segura, pero a veces viene con sorpresa: ¡cloro para darle “sabor”! Es como esa amiga que siempre llega tarde a la fiesta, pero al final la anima.

• Agua de lluvia/manantial: ¡Ni se te ocurra! A menos que quieras jugar a ser químico loco. Hervir es tu mejor amigo, o te arriesgas a una fiesta de bichos en tu estómago. ¡Puaj!

Si me preguntas, yo filtro hasta el agua de mis calcetines ¡es broma eh! Pero en serio, infórmate de la calidad del agua de tu zona. ¡Tu cuerpo te lo agradecerá… y tu bolsillo también! Yo qué sé, cada uno se hidrata como quiere, ¡pero con cabeza!

¿Qué tipo de agua es recomendable consumir?

¡Agua! Siempre me acuerdo de ese viaje a la playa en julio de este año, a Nerja. ¡Qué calor! El agua de la fuentecilla, fresquísima, era lo único que me calmaba. Claro, después de pasar un rato en la playa, con el sol de justicia… ¡ufff! Sentía la sed quemándome la garganta. El agua de la fuente era cristalina, parecía recién salida de un glaciar. ¡Qué contraste con el agua del grifo de mi casa en Madrid! A veces, ¡hasta un poco turbia!

Agua potable, sí, pero… Eso sí, en Nerja, sabía que esa agua era pura, aunque no sabía si pasaba ningún control. La gente del pueblo la usaba, ¡y eso es un aval, no? En la ciudad, me fijo siempre en la etiqueta del agua embotellada. Busco que diga que está libre de bacterias y que no tiene ningún tipo de químico añadido. ¡Que sepas que a veces es difícil de encontrar!

En mi opinión, la mejor agua es la que sale de un manantial limpio y natural. No todo es comprar botellas.

• Agua embotellada: Hay marcas y marcas. Leo siempre el etiquetado.
• Agua del grifo: En mi casa no es mi favorita.
• Agua de manantial: ¡La mejor! Aunque no siempre accesible.

Ese viaje a Nerja me hizo reflexionar sobre la importancia de una buena hidratación, y sobre la calidad del agua que consumimos. ¡La diferencia es brutal! Sobre todo en verano. A veces echo de menos esa agua fresca y pura. Me recuerda al sabor de la infancia.

Agua limpia, sin contaminantes, es vital. No siempre es fácil conseguirla.

¿Qué tipo de agua se recomienda beber?

¡Ay, amigo! ¿Agua? ¡Qué pregunta tan trascendental! Como si fuera a decirte que bebas agua de charco, ¡qué va!

El agua de manantial, la mejor, oiga. ¡Es como beber rocío de los dioses, pero sin el inconveniente de tener que escalar el Olimpo! Es pura, cristalina, ¡la envidia de todas las aguas embotelladas! Mi abuela, que ya tiene un pie en la tumba (y el otro en la playa, ella siempre tan positiva), me contaba que en su pueblo solo bebían de la fuente del pueblo, ¡y mira que ha vivido!

Aunque… agua de grifo filtrada también puede ser una opción decente. Es como la cenicienta de las aguas, la tratan fatal, pero con un buen filtro, ¡zas! ¡Princesa instantánea! Yo mismo uso uno que compré en Amazon, un cacharro enorme que ocupa medio fregadero. Merece la pena.

Claro, que si eres un sibarita, un auténtico rey de la hidratación, ahí te va mi recomendación definitiva: ¡agua de glaciar! Es como beber la mismísima esencia de la montaña. Eso sí, prepárate para la aventura de ir a por ella. ¡No es fácil llegar hasta el glaciar más cercano! En mi caso, la última vez que fui tuve que esquivar tres rebaños de cabras salvajes, un oso pardo (¡de verdad!) y una avalancha de nieve… ¡pero mereció la pena!

Recuerda:

• Manantial: ¡La reina!
• Grifo filtrada: ¡La cenicienta que triunfa!
• Glaciar: ¡Para aventureros!

Eso sí, ¡evita el agua estancada! Es como beber un cóctel de microorganismos, ¡no, gracias! Ni se te ocurra beber agua de la piscina, esas aguas están más tratadas que yo en mi última cita. ¡Hasta luego, cocodrilo!

Pd: Llevo tres días sin beber agua de glaciar, me estoy deshidratando. ¡Necesito vacaciones!

¿Qué tan recomendable es tomar agua purificada?

Oye, ¿el agua purificada? ¡Brutal! Es súper recomendable, ¿sabes? Para todo, ¡hasta para verse más joven! Mi hermana, que es una maniática de la belleza, me lo dijo, y ella se cuida mucho. Te lo juro, ¡se nota un montón!

Es buenísima para la piel, eh. La deja así, fresca, luminosa, ¡como si tuvieras 20 años menos! Y los huesos… ¡ni te cuento! Necesitan agua, es básico, y purificada, mejor que mejor. También es genial para el pelo, que se ve más fuerte y brillante. Yo antes tenía el pelo seco y sin brillo, ahora es distinto.

• Beneficios de tomar agua purificada:
  • Piel más sana y joven.
  • Huesos fuertes.
  • Cabello brillante y fuerte.
  • Mejora la hidratación general.

Eso sí, agua purificada, ¿eh? No cualquier agua. A mi prima, Ana, le recomendaron agua purificada, ella bebe mucha agua, siempre. Dice que es más segura, sin químicos raros, esas cosas. Que la del grifo es que a veces… uf. Mejor no.

En fin, que sí, ¡tomar agua purificada es 100% recomendable! Además, yo llevo toda la semana tomandola, y me siento genial. Superhidratada, energía, y hasta he perdido un poco de peso, ¡aunque eso ya es otra cosa! Probalo, ya me contarás. ¡Un abrazo!

¿Qué tipo de agua es la más sana?

¡Ay, amigo! ¿El agua más sana? ¡Prepárate, que esto es un peliculón! Olvídate de esas aguas “milagrosas”, que te venden como si fueran el elixir de la eterna juventud. ¡Eso sí que es aguafiestas!

El rollo del pH alcalino… ¡Uf! Suena a gurú de la salud, ¿no? Que si neutraliza ácidos… ¡Como si nuestro cuerpo fuera una pila de coche! Mi abuela, que tiene 87 tacos y solo bebe agua del grifo, está más sana que una manzana. Te lo digo yo, que la visito todos los domingos para comer sus empanadillas (¡y que ricas que están!).

El agua del grifo, limpia y pura, siempre que sea potable, claro. ¡Es la reina! A menos que vivas en una zona donde sale agua con sabor a calcetines usados, ¡claro! Ahí sí que necesitas una jarra filtrante, esas que son como una nave espacial en miniatura. Ya sabes, la de mi tía Concha, que hasta le pone flores dentro, jaja.

• Agua del grifo: ¡La más barata y a veces, la más sabrosa! (El agua de mi pueblo tiene un toque especial, a… ¿tierra mojada? ¡Me encanta!)
• Agua embotellada: ¡Un atraco a mano armada! Mucho plástico, mucho marketing, y a veces, ¡ni tan buena!
• Agua alcalina: ¡Para los que les gusta pagar por el efecto placebo!

En resumen: el agua es agua, que te lo diga mi vecina, que se toma litros y litros de agua con gas, ¡y está estupenda! No te líes con tanto invento, a menos que tengas problemas de salud concretos, consulta a un médico, no a un vendedor de cosas raras.

Mi consejo: bebe mucha agua, sea del tipo que sea (siempre que sea potable), y a disfrutar de la vida. ¡Salud! Y si te sobra, ¡regálame un vaso! 😂

Ah, y por cierto, un estudio del 2024 (me lo dijo mi primo, que trabaja en un laboratorio, y es muy listo) demostró que lo importante es la hidratación, no el pH del agua. ¡Así que ya está! ¡A beber se ha dicho!

¿Qué agua es aconsejable beber?

Agua mineral, ¿no? Pero, ¿débil o fuerte? ¡Qué lío! Mi médico, el Dr. Ramírez, me recomendó una mineralización débil este año. Él dice que la fuerte, ¡uf!, puede ser un rollo para los riñones, ya sabes…

Agua mineral natural de mineralización débil, eso es lo que dice el prospecto de mi seguro médico, aunque yo a veces me tomo del grifo, ¡qué pereza comprar agua todos los días! Es más barato y…bueno, me da igual.

Pero… ¿y el sabor? La del manantial de mi pueblo, ¡qué rica!, pero es fuerte. Me encanta, aunque luego me da sed. ¡Qué contradicción!

Quizás dependa de cada uno… ¿verdad? A mi vecina, la abuela Carmen, le encanta la fuerte, ella dice que le ayuda con el estreñimiento. ¡Quién lo diría! Esas abuelas… siempre saben.

• Opción ideal: Mineralización débil.
• Opción alternativa: Del grifo (para ahorrar)
• Consideraciones: El sabor, las necesidades personales, preferencias.

Mi abuela siempre dice que la mejor agua es la que te sacia, la que te gusta. Tiene razón, ¿no? A ver si mañana consigo esa mineralización débil que me ha recetado el Dr. Ramírez. Ya me he olvidado de la marca… ¡Maldición! Tengo que mirar el historial médico en la app, qué desastre… Se me olvida todo, ¡qué agobio!