¿Cómo saber si un vinculo es tóxico?

¿Cómo saber si un vínculo es tóxico? Ay, esa pregunta… me la he hecho tantas veces. Recuerdo a mi abuela, Dios la tenga en gloria, siempre decía que “el amor no duele”, y aunque suena a cliché, tiene mucha verdad. Pero, ¿cómo distinguir entre un amor que te desafía a crecer y uno que te destroza poco a poco?

Un vínculo es tóxico, ¿sabes?, si sientes… ese agotamiento constante, como una pesada mochila que nunca te quitas. Esa sensación de estar vacía, a pesar de darlo todo. Yo misma lo viví, con una amistad que creía inquebrantable. Pasaba horas, días, esquivando discusiones, tragándome mis opiniones, hasta que me sentía… invisible. Como si mi voz no importara. ¿Te suena familiar?

No es sólo eso. Es la alerta permanente. Esa tensión, esa sensación de estar esperando la próxima explosión, la próxima crítica, la próxima decepción. Te sientes como un gato caminando por encima de un montón de vasos… con los nervios a flor de piel. No puedes relajarte, ni siquiera un segundo. Recuerdo que, en esa época, dormía fatal, tenía pesadillas constantes. Es una auténtica tortura, de verdad.

Y luego está la autoestima… ay, la autoestima. Se va desmoronando, como un castillo de arena ante la marea. Te empiezan a cuestionar tus propias decisiones, tus opiniones, hasta tu propia valía. Te sientes… pequeña, insignificante. Como si no merecieras nada bueno. He leído estudios, sí, que dicen que la violencia psicológica deja secuelas parecidas a las físicas. No es una exageración, créeme. A mí, personalmente, me costó años recuperarme.

En resumen, si sientes que te estás consumiendo, si la relación te roba energía en lugar de darte, si te sientes constantemente a la defensiva… quizás sea el momento de preguntarte si ese vínculo realmente te está haciendo bien. Porque amiga, la vida es demasiado corta para invertirla en relaciones tóxicas. Merecemos algo mejor, ¿verdad?