¿Cómo se debe aplicar el suero fisiológico?

Aplicación del Suero Fisiológico: Procedimiento e Indicaciones

El suero fisiológico, también conocido como solución salina normal, es una solución estéril que contiene cloruro de sodio (NaCl) en una concentración de 0,9%. Se utiliza en una amplia gama de aplicaciones médicas, incluyendo:

• Reposición de líquidos y electrolitos
• Lavado de heridas
• Irrigación de cavidades corporales
• Tratamiento de la deshidratación
• Dilución de medicamentos

Procedimiento de Aplicación

La aplicación del suero fisiológico puede realizarse por vía intravenosa (IV) o intraperitoneal (IP).

Aplicación Intravenosa (IV)

• Calcular la dosis de suero fisiológico necesaria según el peso corporal del paciente y el estado de hidratación.
• Preparar el equipo de infusión IV y conectar el suero fisiológico.
• Iniciar la infusión lentamente, a una velocidad no superior a 20 ml/kg de peso corporal por hora.
• Monitorizar los electrolitos séricos y el estado de hidratación del paciente durante la infusión.

Aplicación Intraperitoneal (IP)

• Preparar el suero fisiológico en una bolsa de infusión o jeringa grande.
• Localizar el punto de inserción intraperitoneal, generalmente en el cuadrante inferior izquierdo del abdomen.
• Insertar la aguja o el catéter en el punto de inserción y aspirar para asegurarse de que no hay contenido intestinal.
• Inyectar lentamente el suero fisiológico en la cavidad peritoneal.
• Retirar la aguja o el catéter una vez completada la infusión.

Indicaciones

El suero fisiológico está indicado en las siguientes situaciones:

• Deshidratación isotónica causada por pérdida de líquidos y electrolitos.
• Hiponatremia (niveles bajos de sodio en sangre).
• Hipovolemia (volumen sanguíneo bajo).
• Lavado de heridas para eliminar bacterias y otros contaminantes.
• Irrigación de cavidades corporales, como el abdomen y la vejiga.
• Dilución de medicamentos para inyección intravenosa.

Precauciones

• Administrar el suero fisiológico lentamente para evitar sobrecarga de líquidos y edema.
• Monitorizar regularmente los electrolitos séricos y el estado de hidratación del paciente durante la infusión.
• Utilizar suero fisiológico estéril para evitar infecciones.
• Evitar administrar suero fisiológico a pacientes con insuficiencia cardíaca, renal o hepática grave.