¿Cómo se llama a las personas que ven cosas?

El Enigma de la Percepción: ¿Cómo Nombrar a Quienes Ven Más Allá?

En el complejo entramado de la experiencia humana, la percepción juega un papel fundamental. A través de nuestros sentidos, interpretamos el mundo que nos rodea, construyendo una realidad compartida. Sin embargo, ¿qué ocurre cuando esta realidad se desdibuja, cuando la visión se torna en un canal para experiencias que escapan a la normalidad? ¿Cómo llamamos a aquellas personas que ven cosas que los demás no pueden percibir?

Si bien no existe un término único y universalmente aceptado para describir a las personas que experimentan visiones inexistentes, el lenguaje médico y psicológico ofrece algunas aproximaciones. El término más común y preciso para describir la experiencia de “ver cosas” que no están presentes es alucinar. Por lo tanto, a las personas que ven cosas se les puede llamar “alucinantes” o, más formalmente, “personas que experimentan alucinaciones visuales”.

Quienes perciben imágenes inexistentes sufren alucinaciones visuales. Estas pueden manifestarse de formas muy diversas, desde las más simples hasta las más intrincadas. Una alucinación visual simple puede consistir en destellos luminosos, patrones geométricos o manchas de color que aparecen súbitamente en el campo visual. En cambio, las alucinaciones visuales complejas se caracterizan por mostrar escenas detalladas y elaboradas, representando figuras humanas, animales, paisajes, o incluso situaciones fantásticas que se superponen a la realidad percibida por los demás.

Es importante comprender que la experiencia de alucinar no define a la persona. El término “alucinante” o “persona con alucinaciones visuales” describe una condición, un síntoma, y no una identidad. Además, la causa de estas alucinaciones puede variar enormemente, abarcando desde condiciones médicas como la esquizofrenia, la enfermedad de Parkinson o tumores cerebrales, hasta efectos secundarios de medicamentos, privación de sueño, consumo de sustancias psicoactivas o incluso experiencias sensoriales extremas.

Más allá de la terminología, es fundamental abordar esta experiencia con empatía y comprensión. Para la persona que la experimenta, las alucinaciones visuales pueden ser aterradoras, confusas o incluso placenteras, dependiendo de su contenido y contexto. Es crucial buscar ayuda profesional para identificar la causa subyacente y recibir el tratamiento adecuado.

En definitiva, aunque “alucinante” o “persona con alucinaciones visuales” son las designaciones más precisas para describir a quienes ven cosas que no están presentes, es esencial recordar que se trata de un síntoma que debe ser abordado con sensibilidad y buscando el apoyo médico necesario para comprender y manejar esta compleja manifestación de la percepción humana. El objetivo final debe ser mejorar la calidad de vida de la persona que experimenta estas visiones, brindándole las herramientas necesarias para comprender su realidad y vivirla de la manera más plena posible.