¿Cómo se llama la herramienta para sacar sangre?

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Existen diversos instrumentos para la extracción sanguínea, entre ellos la monovette, basada en aspiración, y el Vacutainer, que emplea presión negativa. Ambos sistemas garantizan una extracción eficiente y segura, adaptándose a pacientes de todas las edades.
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Instrumentos para la Extracción de Sangre: Monovette y Vacutainer

La extracción de sangre es un procedimiento esencial en el ámbito sanitario para diagnosticar y monitorizar diversas afecciones. Existen varios instrumentos especializados diseñados para este propósito, como la Monovette y el Vacutainer.

Monovette

La Monovette es un sistema de extracción sanguínea basado en aspiración. Consiste en un tubo de vidrio o plástico con un tapón de goma en un extremo y una jeringa en el otro.

El procedimiento de extracción con Monovette implica:

  • Insertar una aguja en la vena del paciente.
  • Crear un vacío en la jeringa aspirando aire.
  • Llenar el tubo de Monovette con sangre.

La Monovette permite recolectar muestras de sangre en volúmenes específicos, lo que la hace ideal para pruebas de laboratorio que requieren cantidades exactas de sangre.

Vacutainer

El Vacutainer es un sistema de extracción sanguínea que utiliza presión negativa. Consiste en un tubo de vidrio o plástico con un tapón de goma en un extremo y un portaagujas con una tapa de seguridad en el otro.

El procedimiento de extracción con Vacutainer implica:

  • Insertar una aguja en la vena del paciente.
  • Retirar la tapa de seguridad del portaagujas.
  • Insertar el tubo Vacutainer en el portaagujas, creando un vacío dentro del tubo.
  • La sangre fluye hacia el tubo debido a la presión negativa.

El Vacutainer permite recolectar muestras de sangre en múltiples tubos simultáneamente, lo que lo hace eficiente para pruebas de laboratorio que requieren diferentes tipos de muestras.

Tanto la Monovette como el Vacutainer son sistemas seguros y efectivos para la extracción sanguínea. Su elección depende de las necesidades específicas de la prueba y las preferencias del profesional sanitario. Ambos sistemas se adaptan a pacientes de todas las edades, desde recién nacidos hasta adultos mayores.