¿Cómo se llama la unión del bolo alimenticio con las sustancias?

¿Cómo se llama esa… cosa, esa papilla que se forma cuando la comida se junta con los jugos del estómago? ¿Te lo has preguntado alguna vez? Yo sí, sobre todo después de una comida particularmente copiosa, digamos, después de un plato enorme de pasta carbonara en casa de mi abuela. La respuesta es quimo. Así, tal cual. Suena raro, ¿verdad? Casi como algo de química, y bueno, en cierto modo lo es.

Es como una pasta, una especie de puré… Piensa en ello: masticas la comida, la tragas, llega al estómago y allí se mezcla, se revuelve, se baña en esos ácidos gástricos… ¡qué maravilla! Bueno, maravilla o no, el resultado es el quimo. Y es fundamental, importantísimo, para que podamos digerir bien. Sin ese mejunje, sin esa transformación, los nutrientes no podrían ser absorbidos. Imagina, ¡todo el esfuerzo de comer para nada!

Es fascinante, ¿no crees? Todo ese proceso que ocurre dentro de nosotros, sin que seamos realmente conscientes. A veces me lo imagino, como una pequeña batidora interna, trabajando sin descanso. Y claro, a veces, después de una comilona como la que te conté de mi abuela, casi puedo sentir cómo se forma ese quimo, cómo el estómago trabaja a toda máquina… No sé si a ti te pasa, pero a mí me da una sensación extraña, como de satisfacción, no sé… Como si supiera que todo está funcionando como debe. Dicen que es ahí donde empieza la verdadera digestión, con la formación del quimo. No recuerdo dónde lo leí, tal vez en algún artículo de internet, pero vamos, que suena lógico. Y total, que sin quimo, no hay digestión. Así de simple.

#Alimento #Digestión #Mezcla