¿Cómo se manifiesta la diabetes en la boca?

La Boca como Espejo de la Diabetes: Manifestaciones y Signos de Advertencia

La diabetes mellitus, una enfermedad crónica que afecta la forma en que el cuerpo procesa el azúcar, no se limita a síntomas sistémicos como la sed excesiva o la fatiga. Su impacto se extiende hasta la cavidad oral, manifestándose a través de una serie de signos y síntomas que, si bien no son diagnósticos por sí solos, pueden ser indicadores importantes de la enfermedad o de un control deficiente de la misma. Por ello, prestar atención a la salud bucal es crucial para la detección temprana y el manejo efectivo de la diabetes.

Contrariamente a la idea de una “diabetes oral” como entidad separada, es más preciso hablar de las manifestaciones orales de la diabetes. Estas se originan principalmente por los efectos del exceso de glucosa en la sangre sobre la microbiota bucal, el sistema inmunológico y la vascularización de las mucosas. El resultado es una mayor susceptibilidad a infecciones y una alteración en la integridad de los tejidos.

Entre las manifestaciones más comunes encontramos:

• Xerostomía (boca seca): La reducción de la saliva, causada por la deshidratación y la alteración en la producción glandular, es uno de los síntomas más frecuentes. Esta sequedad no solo afecta a la boca, sino que puede extenderse a la garganta, provocando molestias al hablar y tragar. Los labios se resecan y agrietan, especialmente en las comisuras, formando las llamadas “boqueras” o “queilitis angular”. La sensación de pegajosidad en la boca es también común.

• Inflamación y cambios en la lengua: La lengua puede inflamarse (glositis), presentándose enrojecida, hinchada y con una textura inusual. En ocasiones, se observa una capa blanca o amarillenta sobre la superficie. Esto se debe a la proliferación de hongos, como la Candida albicans, que prosperan en el ambiente húmedo y azucarado creado por la sequedad y el exceso de glucosa.

• Gingivitis y periodontitis: La diabetes aumenta el riesgo de sufrir infecciones periodontales, como gingivitis y periodontitis. Se caracteriza por inflamación, sangrado de las encías, retracción gingival y, en casos avanzados, pérdida de hueso alveolar y dientes. El exceso de glucosa en la saliva facilita la proliferación bacteriana, exacerbando la inflamación.

• Queilitis angular (boqueras): Como se mencionó anteriormente, las comisuras de los labios se agrietan y se inflaman, generando molestias y dolor. Esto se debe a la combinación de sequedad, irritación por la saliva y proliferación de hongos y bacterias.

• Disgeusia (alteración del gusto): Algunos pacientes reportan cambios en la percepción del gusto, percibiendo sabores metálicos o alterados.

• Dificultad para hablar y deglución: La sequedad de boca y garganta puede dificultar la articulación de las palabras y el proceso de tragar.

• Infecciones recurrentes: La diabetes debilita el sistema inmunológico, aumentando la probabilidad de infecciones bucales recurrentes, como candidiasis oral, herpes labial y otras.

Es importante destacar que la presencia de estos síntomas no diagnostica diabetes, pero sí deben ser considerados como señales de alerta que requieren una consulta médica. Un diagnóstico preciso se realiza mediante análisis de sangre para medir los niveles de glucosa. Un adecuado control de la diabetes, junto con una higiene bucal meticulosa, son cruciales para prevenir y controlar las manifestaciones orales de la enfermedad, mejorando la calidad de vida del paciente. Un odontólogo, en conjunto con el médico, puede desarrollar un plan de tratamiento personalizado para abordar estas problemáticas y mantener una salud bucodental óptima.