¿Cómo son los lunares de cáncer a la piel?
Los lunares cancerosos, a menudo precancerosos, se presentan como manchas ásperas y escamosas, de color marrón a rosa oscuro. Suelen aparecer en rostro, cabeza y manos de personas de piel clara con daño solar. La detección temprana es crucial. Consulta a un dermatólogo ante cualquier cambio sospechoso.
¿Cómo identificar lunares de cáncer de piel?
¡Uf, hablar de lunares cancerígenos da un poco de cosa! Pero es súper importante estar atentos a nuestra piel.
Recuerdo que mi abuela siempre me decía: “¡Ojo con esas manchas, hija!”. Ella, que pasó años trabajando al sol en el campo (Cusco, Perú), siempre estaba pendiente de cualquier cosa rara en su piel. ¡Y tenía razón!
Lo que he visto y me han explicado los dermatólogos es que esos lunares “malos” a menudo empiezan como manchas medio ásperas, como si tuvieran escamitas.
Suelen ser de un tono marrón oscuro o incluso rosado. Y, ¡ojo!, que les encanta aparecer en la cara, la cabeza y las manos, sobre todo si tienes la piel clarita y te has pasado horas bajo el sol. ¡A cuidarse!
¿Cómo se ve un lunar con cáncer de piel?
Melanomas: un vistazo rápido.
Un lunar sospechoso? Más de un color. Desigual. Tostados, marrones, negros. O blanco, rojo, azul. ¡Alerta!
Piel oscura, distinta alerta. En pieles morenas o negras, la presentación cambia. Menos evidente. Más difícil de detectar. Atención al cambio. Revisa.
Mi experiencia: la dermatóloga detectó un cambio en un lunar. Pequeño, irrelevante. Hasta que cambió. Un punto rojo. Luego, azul. Biopsia. Quiste. Afortunadamente benigno. Pero la lección… invaluable.
- Asimetría: Una mitad no se parece a la otra.
- Bordes irregulares: No es definido, ni liso.
- Color: Variaciones de color. No uniforme.
- Diámetro: Mayor a 6 milímetros.
- Evolución: Cambios en tamaño, forma o color.
Consulta inmediata. Prevención. La clave. No te arriesgues. Yo lo aprendí a las malas. 2023 fue un año de aprendizaje. Revisa tus lunares cada mes. Fotografías. Comparación. No lo ignores.
¿Cómo empieza un cáncer de piel?
Empieza así.
- Una mancha roja, como un arañazo que nunca termina de curarse. Rasposa, molesta, te recuerda que está ahí todo el tiempo. A veces sangra, sin más.
- Un bulto. Algo que crece sin permiso, como una mala hierba en el jardín. A veces, tiene un agujero en medio, una especie de boca pequeña.
- Una herida que no cierra. Supura, forma costra, parece que mejora, pero vuelve. Siempre vuelve.
Me acuerdo de mi abuelo. Él siempre decía que era solo del sol. Que no pasaba nada. Trabajaba en el campo, sol a sol. No le importaba. A él le salió en la nariz, una cosa pequeña al principio. Después… después ya era demasiado tarde. Era fuerte, eh. Pero el cáncer… el cáncer es otra cosa.
- Ignorar, creo. Eso es como empieza de verdad.
A veces pienso que si le hubiéramos insistido más… pero quién sabe. Ya no está.
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