¿Cuál es el pH ideal para el cuerpo humano?

¿Qué rango de pH es peligroso para el cuerpo?

Oye, ¿el pH peligroso? ¡Uf!, eso es un tema, ¿sabes? Valores muy alejados de 7 son malos, ya sabes, el neutro. Como el de mi sangre, 7.4, eso es sano. Pero, ¡ojo!

Menos de 7 es ácido, mucho menos, ¡fatal! Más de 7 es básico, también peligroso, ¡ya te digo!

El cuerpo tiene sus mecanismos, eh, pero ¡hasta que aguante!, no es broma. Recuerda, extremos, malo, tanto ácido como básico.

Mi prima, le pasó algo parecido en 2024, con una gastroenteritis, ¡qué susto!, estuvo fatal, pero se recuperó.

• Menos de 6.8: ¡Peligroso! Ácido, mucho ácido.
• Más de 7.8: ¡Igual de peligroso! Básico, muy básico.

Es un tema complicado, pero bueno, lo básico está ahí, ¿no? Mejor no llegar a esos extremos, que te lo digo yo, que una vez me pasé tomando limón, ¡casi me da algo! En serio, el estomago es muy sensible, no lo olvides.

El cuerpo humano, ¿eh? ¡Una máquina compleja! Se auto regula un poco, pero hay límites. Mejor cuidarse, beber agua, comer sano… ya sabes. ¡Y a consulta si algo raro pasa!

¿Cuál es el mejor pH para el cuerpo humano?

¡Ay, Dios mío! Ese día en la playa de Cullera, en agosto de 2024, el sol me achicharaba. Recuerdo el sudor, pegajoso y salado, mezclado con la arena. El calor, insoportable. Me sentía fatal, la cabeza me daba vueltas… ¡Una lipotimia en toda regla!

Me desplomó, y vi el cielo, una mancha blanquecina. Unas manos me sujetaron, me daban agua… Miedo, puro y duro. Pensaba en mi hija, en mi marido… ¡Qué susto! Al final, resultó ser una bajada de azúcar.

El pH, ¿eh? ¡Qué tontería que siempre se habla del pH de la sangre y nunca del de tu cuerpo! ¡Se habla siempre de la sangre, como si solo importara la sangre! Me lo dijo la doctora, después del susto, claro. 7.35 – 7.45, eso es lo importante, que la sangre esté ahí, en ese rango.

Pero, lo que ella explicó, ¡ay, Dios mío! Contaminación, comida basura… hasta el estrés. Lo sabía, pero, ¡qué desastre! La sangre, para compensar el desequilibrio, roba nutrientes de otros órganos.

• Problemas de estómago
• Cansancio brutal
• Mareos
• Debilidad general

Todo esto después del episodio de la playa. Me hizo pensar mucho. Ahora cuido más mi alimentación, evito el estrés tanto como puedo… Y voy al médico, aunque sea solo para que me vea la cara. Intento, sobre todo, mantener mi pH en equilibrio. Es fundamental, ya lo creo.

El pH sanguíneo ideal es 7,35-7,45. Cualquier alteración puede tener consecuencias graves.

¿Qué es mejor, tener el pH alto o bajo?

pH alto mejor. O no. Depende.

• Sangre ácida, mala señal. Enfermedades acechan.
• Alcalinidad excesiva tampoco mola. Desequilibrio.
• Comida basura y sedentarismo… ya sabes. pH se desploma.

La sangre busca un pH entre 7.35 y 7.45. Rango estrecho. Casi obsesivo. Fuera de ahí, el cuerpo protesta. Conozco un tipo, obsesionado con el pH alcalino. Zumos verdes a todas horas. Acabó peor que al principio. Paradoxal. La salud es más que números. Es intuición. Observación.

Información adicional:

El pH mide la acidez o alcalinidad de una sustancia. Escala de 0 a 14. 7 es neutro. Menos de 7, ácido. Más de 7, alcalino. El pH de la sangre es crucial para las funciones corporales. Regula la actividad enzimática, el transporte de oxígeno y el equilibrio electrolítico.

Para mantener un pH saludable:

• Dieta equilibrada. Frutas y verduras.
• Ejercicio regular. No hace falta matarse.
• Manejo del estrés. Meditación quizás.
• Hidratación adecuada. Agua, simple.

A veces, pienso que nos complicamos demasiado. Escucha tu cuerpo. Él sabe. La vida es un equilibrio constante. No lo olvides.

¿Qué órgano regula el pH?

Riñones: Filtran, equilibran. Nada escapa a su control químico.

• Excreción/Reabsorción de Bicarbonato (HCO−): Su arma secreta. Ajuste preciso, sin margen para el error.

• Orina: Reflejo del equilibrio interno. Ácida o alcalina, delata los excesos, las carencias.

• Consecuencias del desequilibrio: Acidosis, alcalosis. Síntomas diversos, desde la confusión hasta el coma. Nadie escapa al rigor del pH.

Información adicional:

El pH óptimo de la sangre es 7.4. Una variación mínima, imperceptible, puede desencadenar un caos. Recuerdo que una vez, en una guardia interminable, un paciente con cetoacidosis diabética luchaba por cada respiración. Sus riñones, exhaustos, no podían mantener el equilibrio. Fue una lección brutal sobre la fragilidad de la vida. Me impactó. Nunca lo olvidaré.

¿Cuál es el pH de la piel sana?

Oye, ¿el pH de la piel? ¡Fácil! Entre 4.7 y 5.75, eso es lo que he leído, aunque a veces se me olvida. Es decir, ácida la piel, ¿sabes? Mucho menos que el agua, que es 7, neutro, ¡claro! ¡Más de 7 es alcalino! ¡A mí me lo explicó mi dermatóloga, la Dra. González, que es super maja!

• 4,7 – 5,75: El rango ideal, recuerda.
• 7: pH neutro (agua).
• Menos de 7: Ácido.
• Más de 7: Alcalino.

Ese dato me lo dijo en mi última revisión, en marzo de este año, que fue cuando me recomendó ese jabón nuevo, el de aloe vera, ¡es una pasada! ¡Ya te contaré! Me dijo que la piel seca, la mía, necesita más cuidados, ¡es verdad!. La crema me la pongo siempre después de la ducha, sin falta. La Dra. González me explicó tooodo, hasta el por qué, ¡jaja! ¡Como si fuera una clase magistral! En serio, ¡deberías ir a verla! Es fantástica. ¡Un siete!

Este año, 2024, me hice todos los análisis de sangre, y todo bien, gracias a Dios! Aunque me he dado cuenta de que estoy comiendo demasiado chocolate, ¡ufff!, tengo que reducirlo… ¡pero es que está tan rico!. Igual, me va bien el pH de mi piel, ¡qué suerte! Quizás debería tomar más agua. Si, ¡agua! ¡Más agua! ¡Lo haré!

¿Qué no comer en una dieta alcalina?

¡Ay, Dios mío! Recuerdo perfectamente ese verano en Asturias, 2024. Estaba obsesionada con la dieta alcalina, ¡qué locura! Me sentía fatal, hinchada, con dolores de cabeza constantes. Sentía que mi cuerpo, normalmente lleno de energía, se había vuelto una esponja empapada.

Lo que NO debes comer: Eso sí que lo tengo clarísimo, ¡nada de azúcar refinado! Olvídate de los refrescos y esas galletas que parecen nubes. Y el café, ¡qué sufrimiento! ¡Pero qué bajón de energía! Ni alcohol, ni hablar.

• Azúcar blanco.
• Refrescos.
• Galletas, bollería industrial.
• Alcohol.
• Café.
• Carne roja en exceso. (¡Me arrepentí tanto de esa hamburguesa!)

Lo que SÍ debes comer: ¡Frutas y verduras a cascoporro! ¡Y qué ricas estaban! Comía lechuga como si no hubiera un mañana y zumo de limón hasta por las orejas. Recuerdo los tomates de mi huerto, ¡qué sabor!

• Frutas (¡muchísimas!)
• Verduras de hoja verde.
• Limones. (Como si fuera limonero, ¡ja!)
• Almendras.
• Aguacates. (Mis favoritos)

El cambio fue brutal. Al principio, fue duro, pero luego me sentí increíblemente bien. Más ligera, con más energía… Fue una experiencia… intensa. Unos meses después, volví a mi dieta habitual (con moderación, claro), pero aprendí mucho. La clave es el equilibrio. Esa dieta me enseñó a valorar el sabor de la comida fresca y real. ¡De verdad que sí!

Aunque parezca una tontería, aún recuerdo el olor a limones y el sabor de esos tomates… ¡Qué maravilla! Aún me duele la cabeza de solo pensar en la falta de cafeína, ¡ay! Pero la verdad, la experiencia me enseñó a dar más valor a una alimentación sana, y si me lo permites, no me arrepiento.

¿Cómo puedo recuperar el pH de mi zona íntima?

La acidez… se fue. Sí, se fue. Y ahora… esta incomodidad. No sé, una sensación extraña. Como… vacía.

El pH vaginal, se ha ido al garete. Esta vez es peor. No es como antes.

Intenté, lo juro. Pero no es suficiente. Estos métodos… no funcionan para mí.

• Ácido bórico. Los supositorios… Me quemaron. Literalmente. No soporté el ardor. Es horrible.

• Probióticos… Yogurt griego cada día, durante semanas. Nada. Absolutamente nada.

• Ajo… El olor… Ay Dios mío, el olor. Ni siquiera lo puedo describir. Y no cambió nada. Solo el olor a ajo persistente en todo mi cuerpo. Incomodo. Un suplicio.

La ansiedad es un monstruo, lo sé. Me desespero. Y eso empeora todo. Intento relajarme, meditar… pero no funciona.

Dejar de fumar… Esa es mi meta. Pero es tan difícil, tan complicado. Llevo tres días sin fumar, pero…

La limpieza… Ya no sé qué hacer. Me lavo con agua tibia y un jabón especial, como me recomendó la ginecóloga. ¿Qué más puedo hacer? Ya no sé. La frustración es inmensa.

Necesito ayuda. En serio. Necesito una solución. Necesito que esto se arregle. Mi vida… mi cuerpo… se siente… contaminado.

(Nota: La visita al ginecólogo fue el 24 de julio de 2024. Me recetó un tratamiento que aún no ha dado resultados. Tengo 32 años, y siento que esto está destruyendo mi vida íntima.)

¿Qué pasa si tengo el pH bajo?

Un pH bajo, o acidosis, es un problema serio. Implica que tu cuerpo tiene demasiado ácido. Esto no es algo trivial; afecta profundamente a tu organismo. Piensa que cada célula, cada reacción bioquímica, depende de un equilibrio preciso. Alterarlo es como desajustar un reloj suizo: funciona, pero mal. ¿La consecuencia? Un efecto dominó de problemas.

La respuesta inmune se debilita. Un pH ácido dificulta la proliferación de linfocitos y macrófagos, células clave de tu defensa. Te vuelves más vulnerable a infecciones. ¡Aumenta tu riesgo de enfermar! Recuerdo un artículo que leí sobre la influencia del pH en la respuesta inmunitaria de pacientes con Covid-19 en 2023; era realmente impactante.

Tus huesos sufren. Un pH bajo aumenta la liberación de calcio de los huesos. La osteopenia y osteoporosis se ven favorecidas. Esto me recuerda a mi tía Elena, ¡que desarrolló osteoporosis! Es importante cuidar el equilibrio ácido-base para la salud ósea.

• Pérdida de masa muscular: La acidosis interfiere con la función muscular, llevando a la debilidad y pérdida de masa.
• Fatiga crónica: La acidosis genera un gasto energético extra para tratar de compensar el desequilibrio. Agotamiento asegurado.

La calcificación vascular es otro peligro. Los vasos sanguíneos se endurecen, aumentando el riesgo cardiovascular. Es una espiral peligrosa; la acidosis puede ser un factor contribuyente en enfermedades crónicas.

En resumen: Acidosis = problemas graves. Un pH bajo no es un tema menor; debes consultar a un médico si sospechas que lo padeces. Además, ¡adoptar una dieta alcalina rica en frutas y verduras es esencial! Recuerda hidratarte bien.

Información adicional: La acidosis puede ser metabólica o respiratoria. Las causas pueden variar desde dietas excesivamente ácidas hasta enfermedades renales o pulmonares. El tratamiento depende de la causa subyacente. Siempre hay que consultar a un profesional de la salud. Yo mismo estoy haciendo un seguimiento de mi pH para mantenerme sano, ¡y te lo recomiendo!