¿Cuál es la edad fértil de un hombre?

La fertilidad masculina: ¿Existe una fecha de caducidad?

A diferencia de la mujer, cuya fertilidad tiene un límite más definido marcado por la menopausia, la capacidad reproductiva del hombre se extiende por un periodo mucho más prolongado. Si bien es cierto que los hombres pueden, en teoría, engendrar hijos hasta edades muy avanzadas, la realidad es que la fertilidad masculina no es inmune al paso del tiempo. A partir de los 45 años, se inicia un declive gradual, aunque menos abrupto que en las mujeres, que afecta la calidad del esperma y, por ende, la probabilidad de concebir.

Aunque la edad no representa una “fecha de caducidad” tajante para la fertilidad masculina, la eficiencia reproductiva comienza a disminuir a partir de la mediana edad. Este descenso no implica una imposibilidad absoluta de tener hijos, sino una reducción progresiva en las posibilidades de concebir de forma natural.

El factor clave reside en la calidad seminal. El esperma de hombres jóvenes presenta, generalmente, mayor movilidad, mejor morfología (forma) y una menor cantidad de anomalías cromosómicas. Estos factores son cruciales para una fecundación exitosa. Con el avance de la edad, la producción de espermatozoides puede disminuir, su movilidad se reduce y aumenta la probabilidad de defectos en su estructura y material genético.

Este deterioro en la calidad seminal se traduce en:

• Mayor dificultad para concebir: Se requiere más tiempo para lograr un embarazo.
• Aumento del riesgo de aborto espontáneo: Las anomalías cromosómicas en el esperma pueden contribuir a la interrupción del embarazo.
• Mayor probabilidad de complicaciones en el embarazo: Aunque menos estudiado que el impacto en la fertilidad, algunos estudios sugieren una posible relación entre la edad paterna avanzada y ciertas complicaciones en el embarazo.
• Posible incremento del riesgo de ciertas condiciones en la descendencia: Aunque la evidencia aún es objeto de debate científico, se investiga la posible asociación entre la edad paterna avanzada y un mayor riesgo de algunas condiciones genéticas en los hijos.

Es importante destacar que este declive es gradual y variable entre individuos. Factores como el estilo de vida, la alimentación, el estrés y la presencia de enfermedades crónicas pueden influir en la fertilidad masculina a cualquier edad. Por ello, mantener un estilo de vida saludable es fundamental para preservar la salud reproductiva.

En resumen, si bien la fertilidad masculina se extiende más allá que la femenina, no es inmune al envejecimiento. La calidad seminal, crucial para la concepción, se ve afectada a partir de los 45 años, reduciendo progresivamente las posibilidades de tener hijos. Si se planea tener descendencia a una edad más avanzada, es recomendable consultar con un especialista para evaluar la salud reproductiva y considerar las opciones disponibles.