¿Cuál es la hora más adecuada para hacer ejercicio?

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El mejor momento para hacer ejercicio es por la tarde o al atardecer, ya que los niveles de energía suelen estar en su máximo durante este tiempo.

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El Reloj Biológico y el Deporte: Encontrar tu Hora Óptima para Entrenar

La pregunta “¿Cuál es la mejor hora para hacer ejercicio?” no tiene una respuesta única y universal. Si bien muchos recomiendan la tarde o el atardecer, la realidad es mucho más compleja y depende de una intrincada interacción entre nuestro reloj biológico, nuestro estilo de vida y nuestros objetivos individuales. Desentrañar este enigma requiere considerar varios factores, más allá de la simple disponibilidad de tiempo.

La afirmación de que la tarde es la mejor hora, basada en los niveles máximos de energía, tiene cierta validez. Nuestro ritmo circadiano, el reloj interno que regula nuestros procesos fisiológicos, influye en la temperatura corporal, la hormona del crecimiento y la producción de cortisol. Estos factores suelen alcanzar su pico en la tarde, favoreciendo el rendimiento físico y la fuerza muscular. La temperatura corporal ligeramente elevada, por ejemplo, mejora la eficiencia muscular y disminuye el riesgo de lesiones.

Sin embargo, ignorar las peculiaridades individuales sería un grave error. Algunas personas son “madrugadores” (alondras), mientras que otras son “noctámbulos” (búhos). Forzar el cuerpo a entrenar contra su ritmo natural puede resultar contraproducente, generando fatiga, menor rendimiento y, a largo plazo, incluso desánimo y abandono de la actividad física.

Consideraciones clave para determinar tu mejor hora:

  • Ritmo circadiano: Observa tu nivel de energía a lo largo del día. ¿Te sientes más enérgico por la mañana, por la tarde o por la noche? Tu cuerpo te indicará cuál es su momento óptimo.
  • Objetivos de entrenamiento: Si te enfocas en la fuerza, la tarde podría ser ideal. Si priorizas la resistencia cardiovascular, la hora del día puede ser menos crucial, aunque un buen descanso previo es siempre fundamental.
  • Disponibilidad y consistencia: La mejor hora para entrenar es aquella en la que puedas ser consistente. Es preferible un entrenamiento regular a una hora menos ideal que uno esporádico en la hora supuestamente “perfecta”.
  • Hábitos de sueño: El entrenamiento intenso cerca de la hora de dormir puede interferir con el descanso. Ajusta tu horario de entrenamiento para evitar este conflicto.
  • Factores externos: El clima, las obligaciones laborales o familiares también pueden influir en la elección del horario.

En conclusión, no existe una hora mágica para entrenar. La clave está en la autoobservación y la consistencia. Experimenta con diferentes horarios, presta atención a tu cuerpo y ajusta tu rutina hasta encontrar el momento que te permita entrenar de manera eficiente, segura y, sobre todo, sostenible a largo plazo. Escucha a tu reloj biológico y encuentra la armonía entre tu cuerpo y tu actividad física.