¿Cuáles son las bacterias buenas en el ser humano?

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Nuestro organismo alberga diversas bacterias beneficiosas, como Escherichia coli, Eubacterium, Bacteroides, Lactobacillus, Streptococcus, Bifidobacterium (incluyendo B. animalis), Lactococcus, y los probióticos, contribuyendo a la salud intestinal y general. Existen muchas otras aún por descubrir.

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El Microcosmos Interior: Explorando las Bacterias “Buenas” que Nos Mantienen Sanos

Nuestro cuerpo es un ecosistema complejo, un microcosmos vibrante donde conviven millones de microorganismos. Si bien la idea de bacterias suele asociarse con enfermedades, la realidad es mucho más fascinante y matizada. Una gran parte de estas bacterias, lejos de ser perjudiciales, son aliadas imprescindibles para nuestra salud, contribuyendo a su mantenimiento y bienestar de formas sorprendentes. Se les conoce como bacterias comensales o, más familiarmente, como “bacterias buenas”.

A menudo se centra la atención en el microbioma intestinal, pero la realidad es que estas bacterias beneficiosas se distribuyen por todo el organismo, aunque su mayor concentración reside en nuestro tracto digestivo. Algunos géneros bacterianos destacan por su papel crucial en el equilibrio de este complejo ecosistema interno. Entre ellos, encontramos:

  • Escherichia coli (algunas cepas): Si bien algunas cepas de E. coli son patógenas, otras son residentes benignas e incluso beneficiosas de nuestro intestino. Participan en la síntesis de vitamina K y algunas vitaminas del grupo B, además de contribuir a la competencia contra bacterias dañinas. Es fundamental destacar que solo ciertas cepas de E. coli son benéficas; otras pueden causar enfermedades graves.

  • Eubacterium, Bacteroides, y Bifidobacterium (incluyendo B. animalis): Estas bacterias son componentes fundamentales de la flora intestinal. Colaboran en la digestión de nutrientes complejos, como los carbohidratos, producen ácidos grasos de cadena corta (AGCC), como el butirato, que nutren las células del colon y fortalecen la barrera intestinal, previniendo la entrada de sustancias nocivas. Bifidobacterium animalis, en particular, ha sido ampliamente estudiado por sus efectos probióticos.

  • Lactobacillus y Lactococcus: Estos géneros bacterianos son conocidos productores de ácido láctico, contribuyendo a la acidificación del intestino y dificultando el crecimiento de bacterias patógenas. Su presencia está asociada con una mejor salud digestiva y un sistema inmune más robusto. Son componentes clave de muchos productos probióticos.

  • Streptococcus (algunas cepas): Similar a E. coli, algunas cepas de Streptococcus son parte de la microbiota normal y contribuyen al equilibrio intestinal. Sin embargo, otras cepas son responsables de diversas infecciones. La especificidad de la cepa es fundamental para determinar su efecto en la salud.

Es importante destacar que esta lista no es exhaustiva. El universo bacteriano que habita en nuestro cuerpo es inmenso, y la investigación científica continúa desentrañando el rol de nuevas especies y cepas en la salud humana. Se estima que existen miles de especies bacterianas en nuestro intestino, muchas de las cuales aún permanecen sin identificar o con funciones poco comprendidas.

La composición de nuestra microbiota es dinámica y se ve influenciada por factores como la dieta, el estilo de vida, el uso de antibióticos y otros medicamentos. Mantener una microbiota intestinal diversa y equilibrada es clave para la salud general, y se puede contribuir a ello mediante una alimentación rica en fibra, el consumo de probióticos, y evitando el abuso de antibióticos. La investigación en este campo continúa avanzando a pasos agigantados, revelando constantemente la importancia fundamental de este microcosmos interior en nuestro bienestar.