¿Cuándo hay que dejar la progesterona?

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La suspensión de la progesterona tras una concepción exitosa varía según el criterio médico. Mientras algunos la retiran al confirmar el embarazo, la práctica más común es mantenerla hasta la semana 6 o 12, garantizando así una gestación temprana estable.

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¿Cuándo es el momento de dejar la progesterona? Un viaje por la complejidad hormonal del embarazo

La progesterona, la hormona del embarazo por excelencia, juega un papel crucial en la implantación del embrión y el desarrollo temprano del feto. Su administración, a menudo prescrita en tratamientos de fertilidad o en casos de riesgo de aborto, genera una pregunta fundamental: ¿cuándo es el momento adecuado para suspender su uso? No existe una respuesta única y sencilla, ya que la decisión depende de una compleja interacción de factores individuales y del criterio del profesional médico.

Si bien la idea de “dejar” la progesterona evoca una interrupción brusca, la realidad es más matizada. La disminución de la dosis, un proceso gradual, suele ser la norma, minimizando posibles efectos secundarios. La retirada abrupta podría, en algunos casos, desencadenar complicaciones.

La práctica común entre los ginecólogos y especialistas en fertilidad implica una evaluación continua del embarazo. Si bien algunos médicos pueden optar por suspender la progesterona inmediatamente después de confirmar la concepción mediante una prueba de embarazo positiva y la visualización del saco gestacional en una ecografía, esta práctica no es universal. La mayoría prefiere mantener un soporte progestacional durante un periodo más prolongado, usualmente entre la semana 6 y la semana 12 de gestación.

¿Por qué esta variación en los plazos? La respuesta se encuentra en la capacidad del cuerpo de la mujer para producir suficiente progesterona de forma natural. Durante las primeras semanas del embarazo, el cuerpo aún no ha establecido una producción eficiente de esta hormona vital. La suplementación con progesterona, en forma de comprimidos, óvulos o inyecciones, ayuda a estabilizar el embarazo y reduce el riesgo de aborto espontáneo, particularmente en casos de antecedentes de abortos recurrentes o problemas de implantación. Alrededor de la semana 6 a 12, el cuerpo de la madre suele asumir la producción suficiente de progesterona, haciendo innecesaria la suplementación externa.

Sin embargo, la decisión de suspender la progesterona no se basa únicamente en la semana de gestación. Otros factores cruciales influyen en el criterio médico:

  • Antecedentes médicos de la paciente: Historial de abortos espontáneos, problemas de implantación o condiciones médicas preexistentes pueden requerir un soporte progestacional más prolongado.
  • Respuesta individual al tratamiento: Algunas mujeres responden mejor a la terapia hormonal que otras. El monitoreo regular mediante ecografías y análisis de sangre permite evaluar la progresión del embarazo y la necesidad de continuar con la progesterona.
  • Evolución del embarazo: Cualquier complicación durante el embarazo, como hemorragias o amenaza de aborto, puede requerir un ajuste en la dosis o la prolongación del tratamiento.

En resumen, la suspensión de la progesterona es una decisión médica individualizada y no debe tomarse a la ligera. La comunicación constante con el ginecólogo o especialista en fertilidad es fundamental para un seguimiento adecuado del embarazo y para determinar el momento óptimo para disminuir y finalmente suspender el tratamiento con progesterona. La meta final es asegurar una gestación sana y un parto exitoso. Nunca se debe interrumpir el tratamiento sin la supervisión y aprobación del médico tratante.