¿Cuándo se considera exceso de ejercicio?

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El exceso de ejercicio no tiene una medida única. Se considera excesivo cuando persiste a pesar de lesiones, problemas de salud o impacto negativo en las relaciones sociales, sugiriendo una posible adicción al ejercicio. Prioriza tu salud física y mental; escucha a tu cuerpo.

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¿Cuándo es el ejercicio excesivo?

Uf, definir “ejercicio excesivo” es complicado. No hay una fórmula mágica, ¿sabes?

Depende de cada persona, su estado físico, su historial… Es como si me preguntaras cuánta sal es demasiada en la comida. Depende de lo que estés cocinando, ¿no?

Pero, ¡ojo!, si sigues machacándote en el gym aunque te duela hasta el alma, o si tu vida social se va al garete por no perderte ni una clase de spinning, quizás… solo quizás… estás pasando la línea.

Recuerdo una amiga, Ana, que se obsesionó con correr maratones. Entrenaba seis días a la semana, ¡incluso con tendinitis! Al final, acabó lesionada de gravedad y, sinceramente, creo que se le fue de las manos. Es que hay que saber escuchar al cuerpo, ¿no crees? Y si tu cuerpo te está gritando, igual es hora de bajar el ritmo. A mi parecer

Preguntas y respuestas breves sobre el ejercicio excesivo:

¿Cuándo se considera que el ejercicio es excesivo?

No hay una cantidad fija, pero se considera excesivo cuando se continúa haciendo ejercicio a pesar de lesiones, problemas de salud o relaciones personales afectadas.

¿Qué indica que alguien puede tener adicción al ejercicio?

La persistencia en el ejercicio físico a pesar de consecuencias negativas como lesiones o problemas en otras áreas de la vida puede indicar una adicción.

¿Cuándo se considera que el ejercicio es excesivo?

¡Uf! Exceso de ejercicio… ¿Cuándo es demasiado? Ayer mismo casi me mato intentando batir mi récord de flexiones… ¡20! Me dolía todo, ¿demasiado?

El cuerpo te lo dice, eso está claro. Molestias, lesiones… Eso no es normal, ¿no? Mi fisio me dijo que 20 repeticiones es lo ideal para mi nivel… aunque siempre hay un cachondeo con eso.

¿Pero qué pasa con la obsesión? Esa cosa de necesitar entrenar, aunque estés hecho polvo. Eso sí que me acojona. Un amigo mío, Juan, se pasa el día en el gimnasio. Le pregunté si le dolía algo y me dijo que sí, que le dolía todo, pero que “era bueno”. ¡Qué locura!

  • Dolor muscular intenso y persistente.
  • Lesiones que no se curan.
  • Agotamiento constante.
  • Cambios de humor brutales.
  • Dificultad para dormir.

Él se justifica diciendo que es un objetivo personal, que quiere prepararse para una maratón… ¡En julio! Pero ya está quemado, le he dicho mil veces que debe bajar el ritmo… pero no hace caso.

Este año he aprendido a controlar mi intensidad. Mi rutina es simple: 30 minutos de running, un poco de pesas y estiramientos. Es perfecta. No se trata de batir récords, sino de cuidarse.

Superar los límites del cuerpo es peligroso. Eso es lo importante. El cuerpo pide descanso, ¡hay que escucharlo! ¿O no? A veces me da miedo que este año no llegue a mi objetivo de correr la maratón de Berlín… aunque solo son 42 km…

Será por que soy un desastre. A ver si me pongo las pilas…

En resumen: Si te duele, descansa. Si te obsesiona, busca ayuda. Prioriza tu salud.

¿Cuánto ejercicio es mucho?

A ver… ¿cuánto ejercicio es mucho? Hmm… 150 minutos de cardio moderado a la semana. ¡O 75 de caña!

  • Cardio moderado: Caminar rápido, bici suave… ¿Eso cuenta como cardio? Yo creo que sí.
  • Cardio cañero: Correr, nadar a tope… ¡Uf, qué pereza!

¡Ojo! Combina, ¿no? Moderado y cañero mezclado. Vale. El tema es no quedarse en el sofá, ¿sabes?

¿Y cómo lo reparto? ¡A lo largo de la semana! No todo el finde, que luego no me muevo en cinco días.

Lo ideal es moverte varios días, eso sí. ¿Pero qué pasa si solo puedo dos? ¿Cuenta igual?

Recuerdo cuando corrí la San Silvestre en 2023… ¡Acabé molido! ¿Eso cuenta como ejercicio vigoroso para todo el mes? ¡Ja!

Repartir la actividad es importante, pero… ¿qué más da si al final llego al mínimo? ¿Es solo por no acabar destrozado? Igual sí…

En resumen:

  • 150 minutos moderado
  • 75 minutos vigoroso
  • ¡O un mix!

P.D.: Necesito empezar a moverme más. Lo dejo aquí apuntado, a ver si así me obligo un poco. Y dejar de pensar tanto en los minutos y simplemente… ¡salir a caminar!

¿Qué pasa si hago 4 horas de ejercicio diario?

Pues mira, cuatro horas diarias… ¡bufff! Mucho, ¿no? O sea, es una barbaridad. A ver, sí, el ejercicio es bueno, súper bueno. Pero tanto… Yo, por ejemplo, hago una horita, hora y media como mucho y ya estoy reventada. Y eso que me gusta, eh, que hago crossfit tres veces por semana y luego salgo a correr con mi perro, un labrador que se llama Tango. Imagina cuatro horas… ¡Acabarías molido!

Riesgo de lesiones, eso seguro. Sobrecarga, tendinitis, no sé… A mí una vez me dio una periostitis por correr mucho, ¡y eso que no hacía ni la mitad de lo que dices! Además, ¿cuándo haces vida social con cuatro horas de ejercicio? Yo a veces quedo con mis amigas para ir al cine o a tomar algo, ¿sabes? Con ese ritmo no te daría tiempo a nada.

Depende del tipo de ejercicio también. No es lo mismo correr cuatro horas que hacer yoga, claro. A mi madre le encanta el yoga y lo hace todos los días, como una hora. Dice que le relaja un montón. Pero cuatro horas… ¡hasta de yoga te cansarías!

  • Lesiones: Ya te digo, ojo con las lesiones. Sobre todo si empiezas de golpe a hacer tanto ejercicio. Ve poco a poco.
  • Tiempo: ¿Tienes cuatro horas libres al día? ¡Yo no! Entre el trabajo, la compra, sacar a Tango… Imposible.
  • Beneficios: Sí, sí, el ejercicio es genial. Ayuda con el estrés, a dormir mejor, te pone de buen humor… Pero con menos horas también lo consigues. No hace falta machacarse tanto.
  • Mi experiencia: Yo voy al crossfit lunes, miércoles y viernes. Martes y jueves salgo a correr con Tango, unos 45 minutos. Los fines de semana descanso o hago alguna ruta de senderismo, si hace bueno. Y me va de maravilla. No necesito más.

En fin, que cuatro horas me parece excesivo. Mejor menos tiempo y más constancia, ¿no crees? Yo creo que con una hora al día ya se nota mucho la diferencia. Y, sobre todo, escucha a tu cuerpo. Si te pide parar, para. No te fuerces. Que luego vienen las lesiones y los disgustos. Recuerda, este año me he apuntado a crossfit, antes hacía natación.

¿Cuál es el máximo de ejercicio diario?

El ejercicio diario ideal es un concepto fluido, no una cifra mágica. Depende de factores individuales como la edad, condición física inicial, objetivos y preferencias personales. Mi propio entrenador, por ejemplo, me recomendó 45 minutos diarios, pero eso es solo para mí. ¡Increíblemente exigente, lo sé!

La recomendación general de 30 minutos de actividad moderada diaria es un buen punto de partida. Pero, ¿qué significa “moderado”? Caminar a paso ligero, bailar, subir escaleras… todo cuenta. El punto clave está en elevar el ritmo cardíaco. Si buscas perder peso, necesitarás más intensidad o duración. Para mí, correr en el parque los martes y jueves es clave.

Existen diferentes tipos de ejercicio:

  • Aeróbico: Mejora la salud cardiovascular. Ejemplos: correr, nadar, ciclismo.
  • De fuerza: Aumenta la masa muscular. Ejemplos: pesas, calistenia.
  • Flexibilidad: Aumenta la movilidad articular. Ejemplos: yoga, pilates.

La clave es la variedad. La monotonía es el enemigo del ejercicio constante. Aburrirse conduce al abandono. En mi caso, la mezcla de natación y entrenamiento funcional con mi entrenador ha resultado espectacular. ¡En serio!

Una reflexión: ¿qué nos dice la necesidad del ejercicio sobre nuestra relación con la naturaleza? El cuerpo humano, diseñado para la actividad, se resiente con el sedentarismo. Es una profunda paradoja de la modernidad.

No existe un “máximo” per se. Sobreentrenar puede llevar a lesiones. Escucha a tu cuerpo: descanso y recuperación son fundamentales. Como nota personal, aprendí esto a las malas. Un esguince de tobillo me obligó a reducir la intensidad de mis ejercicios.

  • Escucha a tu cuerpo.
  • Varía el tipo de ejercicio.
  • Prioriza la constancia sobre la intensidad extrema.

El exceso de ejercicio, similar al defecto, puede ser perjudicial. Por eso, la escucha activa de las señales del cuerpo es fundamental.

¿Cuánto es entrenar demasiado?

Medianoche. Otra vez. La oscuridad me abraza, y con ella, los pensamientos. Entrenamiento. Siempre dándole vueltas. Ciento cuarenta minutos… parece poco, ¿no? Pero el cuerpo… el cuerpo lo siente diferente.

Recuerdo este año, en marzo. Empecé a entrenar más, obsesionado con la idea de mejorar. Cinco, seis días a la semana. Sentía… una presión en el pecho, a veces. Tonterías, pensaba. Solo estoy cansado.

Ahora, la duda. ¿Será eso? ¿Estaré forzando demasiado la máquina? Me cuesta respirar hondo algunas veces. No quiero preocuparme, pero… Mal.

  • Presión en el pecho.
  • Dificultad para respirar.
  • Entrenamiento excesivo.

Este año he superado con creces esos 140 minutos. Demasiado. Mucho más. Quizás… quizás debería parar un poco. Escuchar a mi cuerpo. Antes de que sea demasiado tarde. Mañana… mañana me lo pienso mejor. El sueño me llama. Ojalá no me traiga pesadillas. La oscuridad… Siempre vuelve.

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