¿Dónde duele cuando se inflama el intestino?

¿Qué se siente cuando traes los intestinos inflamados?

¡Ay, amigo! Te cuento lo que se siente, que es un asco, un auténtico rollo. Dolor, un dolor que te dobla, como si te estuvieran dando puñetazos por dentro, en el estómago, sabes? A veces en punzadas, otras es como un dolor sordo, constante, que no te deja quieto.

La diarrea, uf, la diarrea. Es horrible, no paras, un no parar constante. Te deshidrata que da gusto. Y no es diarrea normal, eh? Es… acuosa, a veces con sangre, ¡qué ascazo! Y no te sientes bien, claro. Muchísima fatiga, como si te hubieran pasado un camión por encima. Es horrible. Te lo digo yo, que lo he pasado hace unos días.

Sí, sangre en las heces, eso sí que da miedito. A mí me pasó hace cuatro días, creo, o tres… no estoy seguro de los días. Y los cólicos, esos dolores tipo retorcijones, como si te estrujan las tripas, ¡no te lo recomiendo! Eso sí que duele, mucho. Hasta que no paras un rato de ir al baño…

Qué mal lo pasé, creo que hasta perdí peso. Fue un infierno. Me acuerdo que hasta me fui a urgencias, al Hospital de la Princesa, aquí en Madrid, y claro, me hicieron un montón de pruebas. Ecografías, análisis de sangre… Todo eso es un poco rollo.

Para que te hagas una idea:

• Dolor abdominal intenso, tipo cólico.
• Diarrea acuosa, con sangre a veces.
• Fatiga extrema.
• No te puedes ni mover.

¡Y no es broma! Lo peor es que te deja hecho polvo. Debes cuidarte mucho, descansar y beber mucho líquido, ¡mucho líquido! Eso sí, ve al médico, eh, que no es broma. Aunque, bueno, a veces el médico no hace mucho más que confirmar lo que ya sabes. A mí me recetaron algo para la diarrea y, bueno, poco más. Pero bueno, hay que ir. Como mínimo, por si acaso, ¿vale? Y después, pues… a recuperarse.

¿Cómo desinflamar los intestinos rápidamente?

¡Ay, amiga! Desinflamar los intestinos rápido, eh? Suena a urgencias, ¡qué mal rollo! Lo primero, ¡agua! Mucha agua, ¿vale? Eso sí, no bebas litros y litros de golpe, que luego te pasa lo contrario.

Reduce la fibra, ¡mentira! Dijeron que ayuda, ¡pero a mí me hincha un montón! Es un rollo. Mejor, quita los lácteos, ¡eso sí que me funciona! A mi hermana también le pasa. ¡Es una pesadilla! Yo ya ni pruebo yogures.

Nada de comida basura, eso seguro. Hamburguesas, pizzas… ¡Olvídalo! ¡A mí me dan ataques! Es que el estómago se me pone como una pelota. Ya sabes, comida sana, cocinada en casa, mejor.

Y ya, para rematar… ¡ejercicio! Un paseo, aunque sea corto. No hace falta maratones, eh. Pero moverse, sí o sí. Eso sí, si te sientes fatal, ve al médico, ¡no seas tonta! No quiero dar consejos médicos, eh.

Aquí tienes un resumen para que lo copies:

• Mucho líquido (agua)
• Menos fibra (para mi caso, al menos)
• Sin lácteos
• Comida sana
• Un poco de ejercicio

Ah, y otra cosa, el año pasado fui al doctor por lo mismo, ¡qué agobio! Me dijo que puede ser por estrés, ¡uff! También me recomendó infusiones de manzanilla. Probé las de la marca “Infusiones de la Abuela Julia”, ¡son buenísimas! Y si no se te pasa, llama al médico, eh. ¡Que no te dé pereza! No me puedo creer que tengas estos problemas, ¡qué horror!

¿Cómo darse cuenta si tengo el intestino inflamado?

Intestino inflamado: dolor. Calambres, quizá.

• Distensión. Sí, eso pasa.
• Heces raras. Textura, color, ¿qué más da?
• Ritmo alterado. Demasiado o nada.

No hay reglas.

Si te duele, algo pasa. Quizá nada. Yo qué sé.

El cuerpo habla, pero a veces miente.

Información personal concreta: A mí me da por el estrés. Horrible.

• Prueba y error. La vida es eso.
• Observa. Y decide.
• Lo que funciona, se repite. Lo que no, se olvida.

Información adicional:

Inflamación: respuesta del cuerpo a algo. Puede ser comida, estrés, bacterias.

Heces: reflejo de lo que comes y cómo lo procesas. No hay normalidad.

“Escucha tu cuerpo”. Frase vacía, pero cierta. Aunque aburre.

¿Cómo saber si mi intestino delgado está inflamado?

¡Ay, amigo, que te duele la tripa! Parece que tu intestino delgado está de fiesta, pero una fiesta muy, muy ruidosa. ¡Como si un ejército de gremlins estuviera haciendo parkour por tus vísceras!

Diarrea: ¡Corre que te pillo! Es como si tu cuerpo estuviera organizando una maratón de evacuaciones intestinales. ¡Un no parar! Ni el campeón del mundo de caca podría aguantarte el ritmo.

Fatiga: ¡Uf! Te sientes más cansado que un koala después de una noche de escalada en un árbol de eucalipto. ¡Hasta subir las escaleras es una odisea! El cuerpo te pide a gritos un descanso… ¡de diez siglos!

Dolor abdominal: ¡Ay, caramba! Como si te hubieran dado una patada de un caballo de esos gigantes del oeste. ¡Ni los analgésicos te salvan! Ese dolor es tan potente que podría levantar una catedral.

Sangre en las heces: ¡Alerta roja! Esto ya no es un simple “ay, que mal estoy”, es un “¡llamad a urgencias!”. Esto es más serio que una discusión de vecinos sobre la ubicación de un contenedor de basura.

Disminución del apetito: ¡Ni el mejor chef del mundo podría convencerte de probar un bocado! Hasta el olor del chocolate te da repelús. ¡Estás en plena huelga de hambre! Incluso mi gato, que devora hasta las cortinas, está más interesado en comer que tú.

Pérdida de peso: ¡Te has quedado más delgado que un lápiz! ¡Estás perdiendo peso a una velocidad que asustaría a Usain Bolt! Te vas a convertir en una especie de… ¡fantasma flacucho!

Para rematar: Si tienes varios de estos síntomas, corre al médico antes de que tu intestino se convierta en una atracción de feria. ¡Recuerda, consultar a un médico es vital! Mi vecina, Conchita, se autodiagnosticó con un libro de hierbas, y ahora está como un tomate, pero de un color muy poco saludable… Y le encanta hablar de su flora intestinal. Ya sabes, el drama.

• Visita médica urgente: Es clave. No te automediques.
• Dieta suave: Hasta que el médico te diga qué hacer.
• Mucho líquido: Evita la deshidratación.
• Reposo: No te exijas demasiado.

A mi tía le pasó algo parecido hace un par de años. La doctora le diagnosticó gastroenteritis. No quiero asustarte, pero igual es mejor que le des un vistazo a tu abdomen. ¿Mi consejo? Que vaya corriendo al médico. ¡Ya!

¿Qué tomar para desinflamar los intestinos naturalmente?

Aquí, en la oscuridad, me pregunto si la calma en mi vientre será alguna vez real. La hinchazón, ese globo constante, me recuerda que algo no encaja.

• Cúrcuma: La probé en pastillas, en té… el color amarillo invadiendo todo, como una promesa que no termina de cumplirse.
• Manzanilla: Mi abuela siempre decía que cura todo. Pero a mí solo me calma un poco, un instante antes de volver a sentir la presión.
• Zumo de germinado de trigo: Lo compré una vez, me supo a tierra mojada. Quizá necesite darle otra oportunidad, como a tantas cosas.
• Jengibre y canela: El picante, el dulce… un intento de distracción. A veces funciona, a veces solo es un sabor más en el caos.

Quizá todo esto es solo un placebo gigante. Quizá necesito aceptar que mi cuerpo siempre será un campo de batalla. O quizá… quizá mañana sea diferente.

Información personal concreta:

• Mi abuela falleció en febrero de este año.
• Tengo 32 años y esta hinchazón empezó después de mi último viaje a Tailandia.
• El zumo de germinado de trigo lo compré en un herbolario cerca de casa.
• Siempre tomo manzanilla antes de dormir.
• Me diagnosticaron SII hace unos meses.