¿Dónde se adquiere el hongo Candida?

El Misterio de la Candida: ¿Dónde la encontramos y por qué prolifera?

La pregunta “¿Dónde se adquiere la Candida?” no tiene una respuesta tan simple como un lugar específico. A diferencia de una infección bacteriana contraída por contacto con una persona o superficie contaminada, la Candida albicans, la especie de Candida más comúnmente asociada con las infecciones, es un habitante natural de nuestro cuerpo. De hecho, la gran mayoría de las personas la albergan como parte de su microbiota normal, principalmente en la piel, el tracto digestivo y la vagina.

En lugar de preguntarse dónde se adquiere, es más preciso preguntarse bajo qué circunstancias esta levadura, normalmente inofensiva, se convierte en un problema. La clave reside en el equilibrio, o más bien, en su desequilibrio. El concepto de “adquirir” Candida implica una infección externa, cuando en realidad la candidiasis, la infección causada por una proliferación excesiva de Candida, es una enfermedad oportunista.

Se encuentra en nuestro entorno, en el aire y en las superficies, pero no la “contraemos” en el sentido tradicional. Está presente en la flora de nuestra piel, en nuestros intestinos, y su presencia en la vagina es igualmente común. Lo que sí “adquirimos” son los factores que predisponen a su proliferación descontrolada.

Entonces, ¿qué factores rompen este equilibrio y permiten que la Candida se convierta en un patógeno? El texto inicial menciona correctamente la higiene íntima deficiente como un factor importante en el desarrollo de la candidiasis vaginal. Un pH vaginal alterado, por ejemplo, debido al uso excesivo de jabones perfumados, duchas vaginales o incluso el uso de ropa interior sintética, crea un ambiente propicio para el crecimiento de Candida. Esto se debe a que otras bacterias beneficiosas que ayudan a mantener el pH equilibrado son eliminadas, dejando espacio para la proliferación de la levadura.

Pero la higiene inadecuada no es la única causa. Otros factores que contribuyen a la proliferación de Candida incluyen:

• Sistema inmunitario debilitado: Personas con sistemas inmunitarios comprometidos, como pacientes con VIH o aquellos que reciben quimioterapia, son más susceptibles a las infecciones por Candida.
• Antibióticos: El uso prolongado de antibióticos puede alterar la microbiota intestinal y vaginal, eliminando bacterias beneficiosas y permitiendo el crecimiento excesivo de Candida.
• Diabetes: Los altos niveles de glucosa en sangre proporcionan un ambiente favorable para el crecimiento de la levadura.
• Embarazo: Los cambios hormonales durante el embarazo pueden alterar el pH vaginal y aumentar el riesgo de candidiasis.
• Obesidad: Se ha asociado la obesidad con un mayor riesgo de candidiasis.

En resumen, la Candida es un compañero silencioso en nuestro cuerpo. No se “adquiere” de un lugar específico, sino que su proliferación es consecuencia de un desequilibrio en nuestro ecosistema interno, provocado por una variedad de factores que debilitan nuestras defensas naturales o alteran el equilibrio de nuestra microbiota. Por lo tanto, en lugar de buscar un lugar de adquisición, debemos enfocarnos en mantener un estilo de vida saludable que promueva un equilibrio microbiano adecuado.

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