¿Dónde se extrae la penicilina?

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Las penicilinas se obtienen de hongos, principalmente de los géneros Penicillium y Aspergillus. Estos antibióticos naturales combaten diversas bacterias Gram positivas, pero son sensibles a la acidez y pueden ser desactivados por enzimas llamadas penicilinasas.

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La Penicilina: Un Antibiótico Natural Extraído de Hongos

La penicilina, un antibiótico revolucionario que salvó millones de vidas en el siglo XX y sigue siendo crucial en la medicina moderna, no se sintetiza en un laboratorio, sino que se extrae de una fuente sorprendente: los hongos. Su obtención, aunque hoy en día se complementa con procesos de síntesis, tiene una profunda conexión con la naturaleza y el estudio de la microbiología.

A diferencia de las drogas de síntesis química, las penicilinas son antibióticos producidos de forma natural por determinados hongos. Principalmente, se obtienen de especies pertenecientes a los géneros Penicillium y Aspergillus. Estos microorganismos, relativamente comunes en el ambiente, generan la penicilina como un metabolito secundario, una sustancia que no es esencial para su supervivencia pero que puede jugar un rol crucial en la competencia con otras bacterias.

El proceso de obtención de la penicilina a partir de estos hongos, en sus inicios, fue un hallazgo fortuito. El científico Alexander Fleming observó accidentalmente cómo un moho presente en una placa de cultivo inhibía el crecimiento de bacterias, un descubrimiento que le valió el Premio Nobel. La clave para la producción a gran escala radica en la creación de cultivos específicos y optimizados para maximizar la producción del compuesto activo.

Estos antibióticos naturales, extraídos de estas fuentes fúngicas, presentan una eficacia notable contra diversas bacterias, especialmente las Gram positivas. Sin embargo, es crucial destacar su fragilidad. La acidez del medio, por ejemplo, puede afectar significativamente su estabilidad, y la presencia de enzimas bacterianas, denominadas penicilinasas, puede inactivarlas. Este conocimiento ha impulsado el desarrollo de penicilinas modificadas o de fármacos combinados para superar estas limitaciones y ampliar su espectro de acción.

En conclusión, la penicilina, uno de los descubrimientos más importantes en la historia de la medicina, tiene un origen natural en los hongos, representando un ejemplo excepcional de la interdependencia de la vida y de la aplicación de los conocimientos biológicos para el beneficio de la humanidad. Su extracción, comprensión de sus propiedades y la posterior modificación, sigue siendo un pilar fundamental en el tratamiento de infecciones bacterianas.