¿Por qué no se puede beber agua para una inyección?

Okay, vamos a ver… ¿Por qué demonios no puedes inyectarte agua para inyección? A ver si entiendo.

Pues mira, resulta que no es tan simple como pincharse y ya. Me explico, el agua para inyección, que suena súper pura y todo, tiene un problemilla: su osmolaridad, que suena a ciencia ficción pero básicamente significa que no tiene la misma “concentración” que nuestra sangre. ¿Y qué pasa con eso?

Pues que nuestra sangre, el plasma, es mucho más “concentrada” que esa agua. Si te inyectas agua para inyección directamente, es como si de repente metieras muchísima agua en un globo lleno de, no sé, canicas. ¿Qué pasa? ¡El globo explota! Bueno, no exactamente, pero algo parecido.

Lo que ocurre, según entiendo, es que esa agua “diluye” los glóbulos rojos, que son las células que llevan el oxígeno por todo tu cuerpo. Y al diluirse, se rompen. ¿Te imaginas? Rotura de glóbulos rojos, ¡hemólisis! Suena fatal. Me acuerdo una vez que me mareé mucho y el médico me dijo que podía ser por falta de hierro… y me mandó pastillas para los glóbulos rojos. ¡Imagínate ahora romperlos adrede!

Por eso, te dicen que si se inyecta en grandes cantidades puede ser… fatal. Uf. Menos mal que existen las soluciones isotónicas, que tienen la misma “concentración” que la sangre y, por tanto, no hacen ese desastre. O sea, algo que sea como un suero, ¿no? Que te ponen cuando estás deshidratado.

Así que ya sabes, nada de experimentos raros con el agua para inyección. A veces lo más puro, no siempre es lo mejor. A veces, lo natural, como un buen vaso de agua con sales minerales, es mucho más seguro. ¿No te parece?

#Agua Inyectable #Agua Potable #Inyecciones