¿Por qué sube el pH en las piscinas?

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Un pH elevado en piscinas suele deberse a un desequilibrio químico. Factores comunes incluyen baja alcalinidad, productos químicos incorrectos o exceso de calcio. Esto dificulta la correcta desinfección, pudiendo causar irritación en piel y ojos, y formación de sarro.
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El Misterioso Ascenso del pH en las Piscinas: Un Desequilibrio Químico

Mantener un pH equilibrado en una piscina es fundamental para su correcto funcionamiento y la salud de quienes la utilizan. Un pH elevado, sin embargo, es un problema común que puede tener varias causas. No se trata simplemente de una molestia estética, sino de un desequilibrio químico que afecta directamente la eficiencia de los productos de desinfección y la experiencia del baño.

A diferencia de la creencia popular, un pH alto no surge simplemente de la nada. Su incremento suele ser consecuencia de un desajuste en la compleja interacción química que se produce dentro del agua de la piscina. Los factores desencadenantes son, a menudo, interconectados y difíciles de aislar, pero podemos identificar algunas causas principales:

  • Baja Alcalinidad: La alcalinidad actúa como un amortiguador, evitando fluctuaciones bruscas del pH. Cuando los niveles de alcalinidad son bajos, el agua pierde su capacidad de resistir la acidificación o la alcalinización, lo que se traduce en un ascenso del pH. Es como si tuviéramos un amortiguador roto en un sistema químico, dejando que las reacciones se descontrolen. Esta situación puede resultar de la pérdida gradual de compuestos alcalinos a través del uso y las depuraciones regulares.

  • Productos Químicos Incorrectos o Mal Utilizados: Un error frecuente es la dosificación o elección de productos químicos incompatibles. Por ejemplo, introducir demasiada cantidad de productos alcalinizantes, o incluso una dosificación imprecisa de los productos de cloro, puede resultar en un aumento del pH. También, un desajuste en la proporción de los diferentes productos químicos, o la utilización de productos caducados o de baja calidad, puede ser determinante. La lectura de las instrucciones del fabricante y el uso de un kit de prueba para monitorizar los niveles son cruciales para prevenir estos desajustes.

  • Exceso de Calcio: El calcio, un mineral presente en algunos productos químicos de la piscina, puede contribuir al aumento del pH, especialmente si se utilizan cantidades excesivas o si el agua tiene una alta dureza natural. Un exceso de calcio puede manifestarse en la formación de depósitos calcáreos o “sarro” en las paredes, tuberías y superficies de la piscina.

  • La Naturaleza del Agua: En algunas zonas geográficas, el agua de la piscina puede presentar una composición natural con niveles elevados de minerales que aumentan la alcalinidad y, consecuentemente, el pH. Este factor puede requerir ajustes especiales en el mantenimiento y el uso de productos químicos.

Las consecuencias de un pH elevado en la piscina van más allá de la simple incomodidad. La disminución de la eficacia de los desinfectantes hace que sea más difícil controlar las bacterias, virus y algas, lo que puede generar problemas de salud. La irritación en la piel y los ojos es común, y la acumulación de sarro dificulta el buen funcionamiento de la piscina y requiere un mantenimiento más costoso.

En resumen, el aumento del pH en la piscina es un problema que surge de un desequilibrio químico. Reconocer las causas potenciales, como la baja alcalinidad, los productos químicos incorrectos o el exceso de calcio, es el primer paso para resolver el problema. La monitorización regular del pH y la alcalinidad, así como la dosificación precisa de los productos químicos, son esenciales para mantener una piscina saludable y segura.