¿Por qué sube la presión diastólica?

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¡Uf, la presión diastólica! A mí me preocupa porque mi abuelo la sufría. Creo que la inactividad nos está matando lentamente, ¿no? Y el alcohol... ¡ay, el alcohol! A veces uno se pasa, pero el cuerpo lo resiente. Dormir bien es fundamental, y me da miedo pensar que enfermedades como la diabetes o problemas renales puedan afectarla. ¡Hay que cuidarse más!

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¿Por qué sube la presión diastólica? Uff… es que solo de pensarlo me da un no sé qué. Me acuerdo de mi abuelo, siempre con el tensiómetro en la muñeca, preocupado por “la baja”, como él le decía. Y claro, ¿cómo no preocuparse? A veces pienso que la vida moderna nos está llevando por el camino de la amargura. Nos pasamos el día sentados, ¿no? Yo, por ejemplo, me tiro horas delante del ordenador y luego me pregunto por qué me siento tan… pesada, como si llevara una losa encima. La inactividad nos está matando a fuego lento, ¿o me lo parece a mí?

Y el alcohol… ¡ay, el alcohol! Una copita de vino con la cena, unas cervezas con los amigos… ¿quién se resiste? Yo, a veces, no me resisto, lo admito. Pero luego, al día siguiente, me siento fatal. Como si me hubieran dado una paliza. Y sé que no le hago ningún favor a mi cuerpo. ¿Será que nos cuesta tanto cuidarnos de verdad?

Dormir… eso es otro tema. Si no duermo bien, al día siguiente estoy hecha un trapo. De mal humor, cansada, con dolor de cabeza… Y seguro que la tensión se me dispara. Recuerdo una vez que no pegué ojo en toda la noche por culpa de una presentación en el trabajo, y al día siguiente, zas, la tensión por las nubes. ¡Un horror!

Y luego están las enfermedades… la diabetes, los problemas de riñón… Me da miedo pensar que esas cosas puedan afectar también a la presión diastólica. Mi abuelo, por ejemplo, tenía problemas de riñón… No sé, a veces leo cosas sobre el tema, que si la sal, que si el estrés… y me agobio un poco. Dicen que un porcentaje altísimo de la población tiene la tensión alta, no sé si era un 30% o algo así, pero vamos, que no es un consuelo precisamente. Al final, creo que la clave está en cuidarse, en llevar una vida sana, aunque sea difícil a veces. ¿No creen? Comer bien, hacer ejercicio, dormir lo suficiente, controlar el estrés… ¡Más fácil decirlo que hacerlo! Pero bueno, hay que intentarlo, ¿no? Por nosotros mismos y por los que nos quieren.