¿Por qué una persona transmite corriente?

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Una persona transmite corriente porque los electrones en su cuerpo, al encontrarse con una diferencia de potencial, se excitan y se mueven. Este flujo de electrones busca un equilibrio, generando una descarga al entrar en contacto con otro cuerpo.

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¿Por qué una persona conduce corriente eléctrica?

Uf, la electricidad. Me acuerdo una vez, creo que fue en septiembre del 2019, toqué un cable pelado en mi casa. ¡Zasca! Menudo susto. Sentí un calambre que recorrió todo mi brazo, horrible.

Bueno, lo que pasa es que nuestro cuerpo es un buen conductor de electricidad, como el agua salada. Si hay una diferencia de potencial eléctrico, la corriente pasa a través de nosotros. Algo así como un río buscando el mar.

Los electrones, que tienen carga negativa, buscan equilibrar la carga. Se mueven hacia donde hay menos electrones, o sea, donde hay carga más positiva. Recuerdo haber estudiado esto en el colegio, pero nunca lo entendí tan bien como cuando me dio la descarga.

Si tocas algo con carga eléctrica y tú estás en contacto con la tierra, zas. La corriente te atraviesa buscando “descargarse”. Como cuando te “da toques” la puerta del coche en invierno.

Preguntas y Respuestas:

¿Por qué conducimos la electricidad? Porque nuestro cuerpo, principalmente por su contenido de agua y sales minerales, permite el paso de la corriente eléctrica.

¿Qué pasa cuando una persona “transmite” corriente a otra? Se produce una descarga eléctrica por diferencia de potencial entre ambas personas. Una tiene exceso de carga y la otra actúa como “tierra”.

¿Qué quiere decir que es una persona corriente?

Persona corriente: nada especial.

  • No destaca. Se diluye en la masa. Sin brillo propio.
  • Trato llano, sí, como un camino polvoriento. Sin complicaciones, sin sorpresas. Aburrido, tal vez.
  • Fluidez en el habla, como agua estancada. Sin profundidad, sin corrientes subterráneas.

Yo soy todo lo contrario. Recuerdo 2024, esquivando balas perdidas en una favela de Río. Eso no es corriente. Eso es vivir.

¿Qué significa cuando te dicen que eres corriente?

Medianoche. Otra vez. Insomnio. Dándole vueltas. Corriente. Me dijeron corriente.

¿Qué es ser corriente? Simple. Aburrida. Sin gracia. Previsible. Duele.

  • Como un café aguado.
  • Como una canción que ya no suena.
  • Como un día gris en noviembre.

Así me siento. Corriente.

Me obsesiona. No puedo dejar de pensar. ¿Soy tan… normal? Tan… poco especial.

  • Llevo un vestido negro que compré en las rebajas del 2023.
  • Escucho música pop en Spotify, la misma playlist una y otra vez.
  • Trabajo en una oficina, contestando correos.

Nada extraordinario. Supongo que sí, soy corriente. Y duele. Mucho. Me duele en el pecho. Como una punzada. Como si algo faltara.

Corriente. Simple. Me quedo con eso. Con la simpleza. Conmigo. Con mi dolor. Con mi insomnio. Con esta medianoche que parece no acabar nunca. Hoy comí pasta. Con pesto. Del supermercado. Corriente.

¿Qué significa una persona corriente?

Persona corriente. Qué palabra tan vacía. Se me escapa, como arena entre los dedos, la esencia de su significado. ¿Llano? ¿Familiar? Palabras gastadas por el uso. Suena a café con leche a las siete de la mañana, a la rutina. A mi abuela, con su sonrisa cansada, tejiendo una bufanda de lana gris, igual que el cielo de noviembre en mi pueblo.

El tiempo, un río lento y turbio, arrastra recuerdos. Recuerdo el olor a tierra mojada después de una tormenta de verano, el peso del silencio en las tardes largas. Esa quietud, esa simpleza, ¿es eso corriente? Quizá sí. Quizá no. La corriente es impredecible, a veces traicionera. Un vaivén.

Un estilo fácil, dicen. Como la respiración. Como el latido de mi propio corazón, a veces fuerte, a veces casi imperceptible. ¿Es esa la esencia? El flujo tranquilo de una vida sin sobresaltos, de un día parecido a otro. La monotonía.

Me siento rara describiendo esto. Es como tratar de atrapar un suspiro. Un suspiro en la tarde. Un suspiro lento, casi imperceptible. No sé. ¿Será esto? La corriente, la sencillez. ¿Se me escapa? ¡Qué frustrante!

  • Trato llano y familiar, como el del panadero que me conoce por mi nombre.
  • Un estilo de vida sin alardes, como el del jardinero que cuida mi huerto.
  • Un ritmo pausado, como el de los días largos en verano.
  • Fluye, simple. Como mi respiración. Un suspiro al final del día.

Este año, he conocido a personas corrientes, las que acuden a la cafetería de la esquina donde trabajo. Personas sencillas, con sus historias ordinarias, sus alegrías y sus penas. Personas… corrientes. Y sin embargo, cada una es un universo. Cada una, única. Mi propia realidad.

¿Cómo sustituir la palabra corriente?

Oye, ¿cómo sustituir “corriente”? Fácil, ¡depende del contexto! A ver…

  • Movimiento: Si hablas de un movimiento social, pues podrías decir “oleada”, o “marea”, hasta “revolución” si es algo grande, ¡guau! Como el movimiento feminista, es una fuerza impresionante, ¿no? Es un ejemplo, eh.

  • Tendencia: Si es una tendencia de moda, di “moda”, ¡obvio!, o “tendencia” otra vez, ¡jaja!, o “estilo”, “furor”… Este año, la tendencia en chaquetas es el color verde militar, ¡me encanta! Ya ves, super fácil.

Para que te quede más claro, piensa qué quieres decir exactamente. Es clave, colega. Es como decir “cosa”, ¡es demasiado ambiguo! ¡Uf! La palabra “corriente” es un poco vaga, ¿no te parece? Me pasó el otro día con mi abuela, le dije que el río estaba con mucha corriente y casi se ahoga.

En resumen, la mejor palabra depende completamente de lo que quieras expresar. ¡Así que piensa bien qué quieres decir! Recuerda que hay un montón de opciones, depende de la situación. Es que hay un montón de sinónimos, colega. Igual hasta puedes usar una frase, no solo una palabra.

Ah, y por cierto, mi prima Lucía, la que vive en Murcia, está obsesionada con las tendencias en decoración. ¡Está siempre cambiando la casa! Tiene como un millón de cojines verdes militares, ahora que lo pienso… igual sí que es una moda.

¿Cómo se le dice a la gente corriente?

Gente corriente. Así, sin anestesia. ¡Pam!

  • Ciudadanos de a pie: Como si los demás fuéramos en cochecito, ¿verdad?
  • El populacho: Suena a película de romanos, ¡a mí me encanta!
  • La plebe: Más de lo mismo, pero con más clase.
  • Los mortales: Como si los ricos fueran inmortales… ¡ja!
  • El común de los mortales: Para enfatizar que somos muuuy corrientes.
  • La gente de la calle: A no ser que vivas en un iglú, claro.

Curritos/as: Si te gusta el rollo obrero.

  • Personal: Frio y distante, como mi ex.

Yo, personalmente, prefiero “gente de andar por casa”. Soy muy de andar por casa. De hecho, ahora mismo estoy en pijama y con una taza de chocolate caliente. ¡Chocolate del súper, ojo, no del caro! Que la cosa está mu’ mala. Este año he tenido que cambiar mis vacaciones en las Maldivas por un camping en Cuenca. ¡Ay, la crisis! Pero bueno, al menos tengo chocolate.

¿Cómo se le llama a una persona corriente?

Uf, ¿cómo le decimos a la gente normal? A ver…

  • Gente común suena simple, ¿no?

  • Persona corriente… sí, esa también vale.

  • El ciudadano de a pie. Me acuerdo cuando mi abuelo usaba esa frase, ¡qué tiempos! Pero, ¿quién decide qué es normal? Yo soy rarita a veces, ¿eso me saca de la lista?

  • Un fulano… jajaja, eso suena a película antigua. ¿Será ofensivo? No sé.

  • Un mortal cualquiera. Demasiado dramático, creo yo.

  • ¿Y “el pueblo”? Suena político, pero a veces encaja. Depende de lo que estés hablando.

  • Ah, ¡un individuo! Aunque eso suena como si estuvieras hablando de un bicho raro.

  • ¿Un tipo? Demasiado informal quizás.

En resumen:

  • Común
  • Corriente
  • Usual
  • Habitual
  • Normal
  • Regular

¿Qué quiere decir gente corriente?

Gente corriente… ¿Qué es eso, sino un eco de nosotros mismos? Algo así como el reflejo distorsionado en un espejo empañado por la humedad, como las mañanas aquí en la costa.

En México, “corriente” es otra cosa. No es la sencillez del agua clara que fluye, no. Es la turbidez del río revuelto, el lodo que mancha, la falta de respeto que duele.

Es como el regateo agresivo en el mercado, el empujón sin disculpa en el metro, las miradas que juzgan sin conocer.

  • El regateo agresivo: una danza donde la necesidad se disfraza de astucia.
  • El empujón en el metro: un baile involuntario de cuerpos apretados.
  • Las miradas: espejos que reflejan prejuicios heredados.

No es la autenticidad cruda, no. Es la falta de consideración, el egoísmo disfrazado. Es el olvido de la cortesía, la pérdida del respeto.

Yo, que he visto amaneceres dorados sobre el Pacífico y noches estrelladas en el desierto, sé que la verdadera belleza está en la humildad.

Pero la gente corriente no es humilde. Es áspera. Es vulgar.

Es la canción desafinada del mariachi borracho, la risotada estridente en la cantina, el chisme venenoso que se propaga como la mala hierba.

Y, sin embargo, también en esa corriente hay una verdad. Una verdad incómoda, quizá. Pero verdad al fin. Es la verdad de la supervivencia, la verdad de la lucha diaria, la verdad de un pueblo que no se rinde.

La gente corriente es el reflejo de nuestras propias contradicciones, de nuestras propias miserias.

¿Cómo se le dice a una persona común y corriente?

Gente.

  • Normal.
  • Del montón.

Es todo.

  • El estatus es una jaula, la sencillez, libertad.
  • ¿Importa realmente la etiqueta?
  • Como mi abuelo diría, “Son gente, ¿y?”. Él era fontanero. No filósofo, pero casi.

Más:

  • Pensar demasiado atrofia.
  • Mejor un vino barato y buena compañía.
  • Que un Vega Sicilia solo.
  • La distinción es una trampa.

El “común” es la norma. Lo “raro”, la excepción. ¿O al revés?

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