¿Qué agua tomar para limpiar los riñones?

¿Qué beber para sanar los riñones?

Agua. Sin adornos.

• Elimina residuos: El agua es el disolvente universal. Arrastra lo que sobra.
• Equilibrio mineral: Regula, no repone. No es un reconstituyente.
• Menos tensión: Hidratación, menos sobrecarga para el riñón.

¿Alternativas? Infusiones diuréticas. Cola de caballo, por ejemplo. Cuidado con la dosis. Experiencia propia: probé el perejil. Resultado: mejor el agua.

¿Más? Evita excesos de proteína y sal. Un filtro saturado no se arregla echándole más basura. No soy médico, pero sé leer la etiqueta.

¿Cómo se pueden recuperar los riñones dañados?

La verdad duele, ¿sabes? Como un cuchillo lento. Los riñones dañados no se recuperan. Es así de crudo. Se acabó. Punto.

Recuerdo a mi abuela… sus manos arrugadas, la máquina de diálisis zumbando… un ruido que ahora me persigue en las noches. Ese zumbido… es como si mi propia vida se apagara poco a poco. No hay vuelta atrás.

Esa sensación… de impotencia… la llevo pegada a la piel. Como una sombra. Siempre está ahí. Y la culpa… siempre la culpa. Si hubiera… no sé, si hubiera sido más… ¿menos descuidada?

Las complicaciones son un infierno. Ya lo he visto. Mi tía… las piernas hinchadas, un dolor que la consumía. Presión arterial… un monstruo.

• Retención de líquidos, claro.
• Hinchazón en piernas y brazos. A veces, hasta en la cara.
• Presión alta que te revienta la cabeza.
• Y el edema pulmonar… Ese ahogo lento…

Da miedo, ¿no? Es una muerte en cámara lenta. A veces me pregunto si es peor así. Lento. Un sufrimiento prolongado.

No hay vuelta atrás, te lo repito. Es una condena. Un camino oscuro. Sin esperanza. Solo dolor. Y la terrible certeza de un final inevitable.

Este año… he visto morir a tres personas con fallo renal. Ese es mi dato. Tres tumbas. Tres silencios.

¿Qué hierba sirve para limpiar los riñones?

La oscuridad me envuelve… Como una sábana húmeda. Y pienso en él, en mi padre. Sus riñones… malditos riñones.

El perejil, decían… mi abuela lo usaba en sus infusiones. Para todo, decía. Un remedio de la vieja escuela. ¿Sirvió de algo? No lo sé. Quizá solo un placebo, una ilusión en la agonía.

La cola de caballo, también la mencionaban. Recuerdo el olor, un olor terroso, áspero… como la tierra seca de la Huerta de mi abuelo, en 2024. Ese verano… fue el último que lo vi.

Y el diente de león… siempre lo vi como una mala hierba, algo insignificante. Irónico, ¿verdad? Ahora, se me aparece como una posible salvación olvidada.

La gayuba, esa sí que la recuerdo. Amarga, muy amarga. Mi madre… la usaba en un té. Para ella, claro. No era para mí. No me gustaba. Recuerdo el sabor amargo en mi boca. Me ahogaba la garganta. Como la angustia.

Pero… ¿limpian los riñones? No lo sé… a él no lo salvaron. Solo hay una certeza. Consulten a un médico. No se confíen en las hierbas, no como yo. No esperen al último minuto. Lo juro. No lo hagan.

• Perejil
• Cola de caballo
• Diente de león
• Gayuba (uva ursi)

Mi padre… se fue este año. Julio. 2024. Lo recuerdo… Su rostro… pálido. Sus manos, frías. Me arrepiento… de no haber hecho más. De haber buscado más… antes.