¿Qué beneficios tiene no cenar por la noche?

¿Beneficios de no cenar por la noche?

Uf, este tema me suena familiar. Recuerdo una vez, el 15 de marzo del año pasado en mi casa de Valencia, que intenté dejar de cenar. Fue por un reto personal, nada de dietas locas, solo curiosidad.

La verdad es que al principio fue duro. Sentía hambre, claro. Pero luego, como a la semana, me sentía más ligero. Dormí mejor, eso sí que lo noté.

Esa sensación de limpieza interna, sí, la experimenté. No sé si es por la desintoxicación, pero me sentía más enérgico por las mañanas.

Ahora ya no lo hago todos los días, es algo que intercaló. Pero sí, creo que evitar cenar ayuda a controlar el peso, porque esas calorías nocturnas se almacenan fácil. Hay estudios sobre esto, pero a mí me funcionó, al menos en parte.

Beneficios de no cenar: control de peso, mejor sueño, sensación de limpieza.

¿Qué le pasa a tu cuerpo si dejas de cenar?

¡Ay, amigo, si dejas de cenar, prepárate para el festival! Tu cuerpo se pone más lento que una tortuga con reuma, ¡y engordas como si te alimentaras a base de donuts!

• Metabolismo en modo caracol: Imagínate tu metabolismo echándose una siesta eterna, ¡adiós quema de calorías! Es como si tu cuerpo pensara: “¡Uy, racionamiento! ¡A guardar energía como ardilla en invierno!”.

• Gases a tutiplén: Tu estómago, vacío, empieza a producir gases como un volcán en erupción. ¡La indigestión y la irritación serán tus nuevos mejores amigos! Es peor que un concierto de gaitas dentro de tu tripa.

• ¡Y no te olvides del mal humor! ¿Quién puede ser feliz con el estómago gruñendo más que un perro rabioso?

Como consejo adicional, te diré que una vez intenté saltarme la cena para “estar a dieta” y terminé comiéndome una pizza entera a las 3 de la mañana. ¡La ironía! ¡Fue como intentar apagar un fuego con gasolina! ¡No sigas mi ejemplo!

¿Qué tan efectivo es no cenar?

¡Ay, la cena! ¡Ese enemigo público número uno de la operación bikini, o eso dicen! No cenar, ¡ni tan efectivo ni tan maravilloso como pintan! Es como creer que si te saltas la revisión del coche, este volará. No vuela, se rompe.

¿Efectivo para adelgazar? ¡Ni de broma! Mi prima Pepa lo intentó y terminó comiendo un paquete entero de galletas María a las 3 de la mañana. ¡El hambre es un lobo con traje de Chanel, y se las arregla para desvalijar tu nevera a cualquier hora! Es más, a veces, hasta te da ansiedad.

Riesgos de saltarte la cena: parece que es como jugar a la ruleta rusa con tu metabolismo.

• Mal humor de campeonato: te conviertes en un ogro gruñón, más irritable que un gato siamés sin su siesta. ¡Hasta el gato te ignora!
• Problemas de sueño: dormirás como un bebé… ¡un bebé con cólicos! Te despiertas cada dos horas con un hambre feroz.
• Baja energía: te arrastras como un caracol, y hasta subir las escaleras es un maratón.
• Problemas digestivos: ¡Un espectáculo! Estomago revuelto, acidez… ¡hasta las ranas se ríen!
• Pérdida de masa muscular: ¡Adiós músculos, hola flacidez! Igual que perder peso sin perder grasa es posible pero muy complicado, esto es otra liga. Como decía mi abuela, “el cuerpo es sabio”. No te quites lo que necesita para funcionar.

¡No te creas todo lo que lees en internet! El ayuno intermitente tiene sus pros y sus contras, pero hacerlo sólo saltándose la cena es un poco… ¡caótico!

Consejo experto (el mío): cena ligero, pero cena. Un yogur con frutos rojos, una tortilla francesa, un poco de queso fresco… algo, algo que te mantenga feliz y satisfecho. Y si tienes antojos nocturnos, ¡mira, un puñado de almendras, que a veces el hambre es sed! Recuerdo que mi tía Emilia juraba que las almendras la ayudaban con las digestiones… ella es una experta en esto. ¡Experta en comer, quiero decir!

#Beneficios Salud #No Cenar #Salud Nocturna