¿Qué es lo que más contiene la sangre?

¿Qué es lo que más abunda en nuestra sangre? Suena a pregunta de Trivial, ¿no? Pero, ¿realmente lo sabemos? Yo, la verdad, no me lo había planteado hasta hace poco. Pensaba, ingenuamente, que serían los glóbulos rojos, esos transportistas de oxígeno incansables. Pero resulta que no. Lo que más hay, lo que la compone mayoritariamente, es el plasma. ¡Plasma! Suena a algo futurista, ¿verdad? Pues es simplemente la parte líquida, como el caldo de un buen cocido (aunque no tan apetecible, claro).

Más de la mitad de nuestra sangre es este plasma, y a su vez, ¿sabéis qué es lo que más contiene? ¡Agua! Sí, agua, como la que bebemos. Parece mentira que algo tan esencial para la vida esté pululando por nuestras venas. Además del agua, también hay sales y proteínas, como una especie de sopa nutritiva, pero para nuestras células. Imagináos la de cosas que lleva disueltas…

Claro, también están los glóbulos rojos, esos pequeñines que me imagino como furgonetas repartiendo oxígeno por todo el cuerpo. Sin ellos, apaga y vámonos. Recuerdo una vez que doné sangre y me dijeron que tenía pocos glóbulos rojos. Me sentí un poco… ¿defectuosa? No sé, una sensación rara. Me mandaron comer más hierro, espinacas, como Popeye.

Y no nos olvidemos de los glóbulos blancos, los guerreros que nos defienden de las infecciones. ¡Menudos son! Y las plaquetas, esas que se encargan de taponar las heridas. Una vez me corté cocinando, un corte tonto, pero sangraba bastante. Me acuerdo de pensar: “¡Vamos, plaquetas, a currar!”.

En fin, que la sangre es un mundo, ¿eh? Mucho más que un líquido rojo. Es un cóctel vital, una obra de ingeniería de la naturaleza. Y pensándolo bien, es bastante alucinante que algo tan complejo y esencial esté fluyendo constantemente dentro de nosotros, ¿no creéis?

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