¿Qué hace el agua de mar en el cuerpo humano?
El agua de mar, rica en sales y minerales, no debe ingerirse directamente por su alta salinidad y riesgo de deshidratación. Diluida y aplicada en la piel, puede favorecer la cicatrización y aliviar afecciones como la psoriasis por sus propiedades antiinflamatorias y antisépticas. Consulta a un profesional médico.
¿Qué efectos tiene el agua de mar en el cuerpo humano?
A ver, te cuento mi experiencia con el agua de mar.
El agua de mar, sí que tiene sales y minerales, pero beberla directamente… ¡mala idea! Te deshidrata, vaya que sí. Recuerdo una vez en Chipiona, un amigo se bebió un trago por “probar” y estuvo con sed toda la tarde. No lo hagas, en serio.
Pero, ¡ojo!, no todo es malo. Si la diluyes, y la usas en heridas pequeñas, ayuda a cicatrizar. Yo lo probé en una rozadura que me hice en la playa (julio 2022, creo) y noté que se curó antes.
He leído por ahí que podría ayudar con problemas de la piel como la psoriasis, por sus propiedades antiinflamatorias y antisépticas, pero vamos, no lo tomes como si fuera un tratamiento médico eh. Todavía están estudiando estas cosas.
No sustituyas nunca tus tratamientos por agua de mar. ¡Consulta siempre a un médico!
¿Se puede utilizar agua del mar para cocinar?
¡Agua de mar en la paella? ¡Ni de broma!
El agua salada, un enemigo culinario. Es como intentar apagar un incendio con gasolina, solo que en lugar de tu casa, arruinas tu plato. La sal, en cantidades industriales como en el mar, transforma cualquier manjar en un monumento a la sobresa-salada. Olvídate del sabor sutil, aquí solo hay un tsunami salino. Anoche mismo, mi vecina intentó hacer un arroz con leche usando agua de mar (ella jura que se confundió!), el resultado: una obra maestra de la desolación salina. Recuerdo el experimento con mi primo en 2024, con una sopa de miso; fue desastroso.
Peligro para la salud: Además de ser un crimen contra el paladar, beber o cocinar con agua de mar es una invitación a un encuentro íntimo con bacterias que no te harán sentir en tu salsa. Imagina una invasión de microbios festivos en tu estómago… ¡Fiesta inolvidable, pero no precisamente la que quieres!
- Sabor: Desastre garantizado. ¡Más salada que las lágrimas de un pirata!
- Salud: ¡Riesgo de diarreas, vómitos, y otros eventos estomacales poco agradables!
- Conclusión: Mejor usa agua potable, es más barato y más seguro. ¡A disfrutar de la cocina sin dramas!
Mi consejo: agua del grifo o embotellada. Punto. El agua de mar es para surfear, no para sofreír. ¡Y si alguien insiste en usarla, que lo haga con su propio estomago!
Nota personal: Siempre tuve una fascinación por el mar, pero la cocina es mi territorio. Son mundos que no se tocan. Y mi estómago agradece que sea así.
¿Qué pasa si cocino con agua de mar?
Si decides cocinar con agua de mar, debes saber lo siguiente:
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Potencial fortalecimiento del sistema inmune: La composición mineral del agua de mar, rica en elementos como magnesio y potasio, podría, en teoría, tener un efecto positivo en nuestras defensas. Sin embargo, es crucial no idealizar este punto; la salinidad extrema podría ser contraproducente. Cuidado con las exageraciones.
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Uso tópico con beneficios: El agua de mar, aplicada directamente sobre la piel, muestra potencial en el tratamiento de ciertas afecciones cutáneas. De hecho, yo mismo la he usado para aliviar picores después de alguna que otra escapada playera un tanto imprudente. Lo que sí es innegable es su capacidad para aliviar síntomas respiratorios leves, aunque no esperes milagros.
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¡Ojo con la contaminación! No todo lo que brilla en el mar es oro. La creciente contaminación de los océanos introduce un factor de riesgo considerable al cocinar con agua de mar. Metales pesados y microplásticos son peligros silenciosos que podrían terminar en tu plato. Hay que tomar conciencia de que no vale usar cualquier agua de mar.
Reflexión filosófica rápida: El mar, fuente de vida y misterio, nos invita a reflexionar sobre nuestra relación con la naturaleza. Extraer sus beneficios requiere un profundo respeto y comprensión de sus límites. No todo vale, ni todo es tan sencillo como parece.
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