¿Qué hacer después de una limpieza periodontal?

Ay, Dios mío, ¿qué hago ahora? Acabo de salir de esa limpieza periodontal… ¡qué experiencia! Sentí como si me hubieran hecho un pequeño terremoto en la boca, jeje. Pero bueno, al menos ya pasó lo peor, ¿verdad? Ahora, ¿qué toca? El dentista me dijo unas cuantas cosas, pero entre el dolor y el zumbido de la maquinita… ¡casi no escucho nada!

Así que, a ver si me acuerdo bien… Primero, reposo. Reposo, ¿eh? Como si pudiera hacer otra cosa con esa boca que parece un campo de batalla. Me dijo que una hora sin comer ni beber… ¡una hora! Pero bueno, ¿qué es una hora comparada con la eternidad de la limpieza? Me tomé un té de manzanilla bien suavecito después, como a las dos horas, y vaya alivio.

Luego, recuperación. Eso sí que es un concepto ambiguo, ¿no crees? ¿Recuperación de qué? ¿Del trauma? ¡Claro que sí! Me acuerdo de la última vez, después de una limpieza similar, me dolió bastante al comer durante unos días. Entonces, me pasé a la dieta de puré de papas, ¡qué delicia! Bueno, delicia… lo importante es que no irritaba nada.

Por eso, alimentos blandos, es la clave. Ahora mismo, sólo puedo pensar en yogures, puré de calabaza, ¡y sopa de pollo, claro! Eso sí que es reconfortante. Nada de cosas duras, ¡ni se me ocurre! Recuerdo cuando intenté morder una manzana al día siguiente de otra limpieza… ¡Casi me desmayo del dolor! Aprendí la lección.

Y finalmente, la higiene. Ah, la higiene. Esto es lo más importante, porque si no… ¡vuelta a empezar! El dentista me dijo que el cepillado debe ser impecable, suave pero firme, con un cepillo suavecito, y un poco de hilo dental, ¡con mucho cuidado! Eso es lo que aprendí con el tiempo, por la vía dura, claro, después de un par de recaídas… porque la verdad, a veces se te olvida lo importante que es.

En fin, todo un proceso. Pero bueno, con un poco de paciencia, mucho descanso y una buena alimentación, todo vuelve a la normalidad. ¡Ya veréis que sí! ¡Ánimo a todos los que estáis pasando por lo mismo!