¿Qué hacer si no deja de salir sangre?

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Ante un sangrado persistente, la medida fundamental es aplicar presión directa y firme sobre la herida. Utilice una gasa estéril o, en su defecto, una tela limpia y doblada. Mantenga la presión constante hasta que el sangrado disminuya o hasta que llegue ayuda médica profesional, asegurándose de no interrumpir la presión para verificar el estado de la herida.

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¿Qué hacer si la sangre no deja de salir?

En caso de un sangrado persistente, es crucial tomar medidas inmediatas para detener la pérdida de sangre y prevenir complicaciones graves. Aquí tienes una guía paso a paso sobre qué hacer:

  1. Aplica presión directa: Aplica presión directa y firme sobre la herida con una gasa estéril o, en su defecto, con una tela limpia doblada. Asegúrate de cubrir completamente la herida y presiona con fuerza. Mantén la presión constante durante un mínimo de 10 minutos, o hasta que el sangrado disminuya significativamente.

  2. No interrumpas la presión: Es importante evitar interrumpir la presión sobre la herida para comprobar su estado, ya que esto puede romper el coágulo que se está formando y provocar un sangrado más intenso. Si la gasa se empapa de sangre, coloca una nueva encima sin retirar la anterior.

  3. Eleva la zona afectada: Si es posible, eleva la zona afectada por encima del nivel del corazón para reducir el flujo sanguíneo hacia la herida. Esto ayudará a disminuir el sangrado.

  4. Utiliza un torniquete solo como último recurso: Un torniquete debe usarse solo como último recurso cuando otras medidas no han detenido el sangrado. Aplica el torniquete por encima de la herida, lo más cerca posible de ella. Aprieta el torniquete hasta que el sangrado se detenga, pero no lo aprietes demasiado, ya que esto puede cortar la circulación y causar daño a los tejidos.

  5. Busca ayuda médica profesional: Una vez que se haya controlado el sangrado, busca atención médica profesional lo antes posible. Esto es especialmente importante si el sangrado es intenso, persiste después de aplicar presión o si hay signos de infección, como enrojecimiento, hinchazón o secreción. El personal médico podrá evaluar la herida, detener el sangrado y proporcionar tratamiento adicional según sea necesario.

Recuerda: La aplicación de presión directa y firme es la medida más importante para controlar el sangrado. Es crucial mantener la presión constante y evitar interrumpirla para comprobar el estado de la herida. Si el sangrado continúa a pesar de aplicar presión, busca asistencia médica profesional de inmediato.