¿Qué hacer si no me deja de salir sangre?

2 ver

Si tienes una hemorragia intensa, busca ayuda médica urgente. Esto es crucial si sospechas que hay hemorragia interna, ya que puede ser mortal rápidamente.

Comentarios 0 gustos

Sangrado persistente: ¿Cuándo preocuparse y qué hacer?

Un sangrado, por pequeño que parezca, siempre genera preocupación. Mientras que una pequeña herida superficial se cura con rapidez, un sangrado que persiste o es abundante exige atención inmediata. Determinar cuándo un sangrado requiere ayuda médica profesional es crucial para prevenir complicaciones, incluso potencialmente mortales.

Este artículo se enfoca en cómo actuar frente a un sangrado que no cesa, diferenciando situaciones de baja y alta gravedad, y ofreciendo consejos prácticos sin pretender reemplazar la consulta con un profesional médico. Recuerda: si tienes dudas, siempre es mejor consultar a un médico o acudir a urgencias.

Sangrado leve y prolongado:

Si el sangrado es leve, proviene de una herida superficial (corte menor, raspadura) y se detiene con presión directa durante 10-15 minutos con un apósito limpio, pero vuelve a aparecer posteriormente, debes tomar las siguientes medidas:

  • Limpieza: Lava la herida con agua fría y jabón antibacteriano. Evita usar alcohol o peróxido de hidrógeno, ya que pueden irritar la herida e impedir la coagulación.
  • Presión: Aplica presión directa sobre la herida con un apósito limpio y seco. Si el apósito se empapa, coloca uno nuevo encima, sin retirar el anterior.
  • Elevación: Si es posible, eleva la parte del cuerpo afectada por encima del nivel del corazón para reducir el flujo sanguíneo.
  • Observación: Monitoriza el sangrado. Si continúa o aumenta, busca atención médica.
  • Compresas frías: Las compresas frías pueden ayudar a reducir la inflamación y el sangrado, pero no deben aplicarse directamente sobre la herida abierta.

Sangrado abundante o intenso (urgencia médica):

Un sangrado abundante o intenso requiere atención médica inmediata. Esto incluye, pero no se limita a:

  • Sangrado que empapa rápidamente varios apósitos: Si necesitas múltiples compresas para controlar el sangrado en poco tiempo.
  • Sangrado acompañado de mareos, debilidad o desmayo: Estos son signos de pérdida significativa de sangre.
  • Sangrado de orificios corporales (nariz, oídos, boca, recto, vagina): Especialmente si es abundante o inexplicable.
  • Hemorragia interna sospechosa: Dolor intenso en el abdomen, pecho o cualquier otra zona del cuerpo, acompañado de signos de shock (piel fría y pegajosa, pulso rápido y débil, respiración rápida y superficial).
  • Heridas profundas o laceraciones: Heridas que exponen hueso, tendones o músculos.
  • Sangrado que no se detiene después de 15 minutos de presión directa.

En estos casos, llama al servicio de emergencias médicas inmediatamente. Mientras esperas la ayuda, continúa aplicando presión directa a la herida y trata de mantener a la persona tranquila y en una posición que facilite la respiración.

Consideraciones adicionales:

  • Toma nota de cualquier medicación que estés tomando, ya que algunos medicamentos pueden afectar la coagulación sanguínea.
  • Si el sangrado está relacionado con un accidente, intenta recordar los detalles del mismo para informar a los servicios de emergencia.

Este artículo proporciona información general y no debe considerarse un sustituto del consejo médico profesional. Ante cualquier duda o preocupación relacionada con un sangrado persistente, consulta a un médico o profesional de la salud. Tu salud es lo primero.