¿Qué hacer si no me para la sangre?

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Ante una hemorragia, aplique presión firme y continua sobre la herida con un paño limpio durante 15 minutos exactos, elevando la zona afectada si es posible. Evite interrumpir la presión para comprobar el sangrado. Si el paño se empapa, coloque otro encima sin retirar el anterior, manteniendo la presión ininterrumpida.

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¡La Sangre No Para! Guía Práctica para Actuar ante una Hemorragia

En la vida cotidiana, pequeños cortes y rasguños son inevitables. Generalmente, nuestro cuerpo se encarga de detener el sangrado en cuestión de minutos. Sin embargo, ¿qué sucede cuando la sangre no para y la hemorragia persiste? La situación puede generar ansiedad y preocupación, pero mantener la calma y actuar con rapidez y siguiendo los pasos adecuados es crucial para controlar la situación y evitar complicaciones.

Lo Primero: Evaluar la Gravedad

Antes de entrar en pánico, determina la magnitud del problema. ¿Es un sangrado leve, moderado o abundante? ¿De dónde proviene la sangre exactamente? Esta evaluación inicial te ayudará a decidir el mejor curso de acción.

El Método Clave: Presión Directa y Elevación

La medida más importante y eficaz para detener una hemorragia es la presión directa y continua sobre la herida. Aquí te detallamos cómo aplicarla correctamente:

  1. Prepara el Escenario: Busca un paño limpio, una gasa estéril o incluso una prenda de ropa limpia. Lo importante es que el material esté lo más limpio posible para minimizar el riesgo de infección.

  2. Aplica Presión Firme y Continua: Coloca el paño directamente sobre la herida y aplica presión constante con la mano. Mantén la presión durante 15 minutos exactos. Este es un punto crítico: no cedas a la tentación de levantar el paño para comprobar si la hemorragia ha cesado. Interrumpir la presión puede deshacer los coágulos que se están formando.

  3. Elevación: Si es posible, eleva la zona afectada por encima del nivel del corazón. Esto ayuda a disminuir el flujo sanguíneo hacia la herida, facilitando la coagulación.

  4. Si el Paño se Empapa: Si la sangre empapa el paño, no lo retires. Simplemente coloca otro paño limpio encima del primero y continúa aplicando presión firme durante los 15 minutos completos. Retirar el paño empapado puede interrumpir el proceso de coagulación y reanudar el sangrado.

Más Allá de la Presión: Otros Factores a Considerar

Si después de aplicar presión y elevación durante 15 minutos la hemorragia persiste, es importante considerar lo siguiente:

  • Objetos Incrustados: Si un objeto está incrustado en la herida (por ejemplo, un fragmento de vidrio o metal), no intentes retirarlo. La extracción podría empeorar la situación y provocar un sangrado aún más abundante. Aplica presión alrededor del objeto, intentando estabilizarlo, y busca ayuda médica de inmediato.

  • Medicamentos: Ciertos medicamentos, como los anticoagulantes (warfarina, aspirina, clopidogrel), pueden dificultar la coagulación. Informa a los profesionales médicos si estás tomando alguno de estos fármacos.

  • Condiciones Médicas Preexistentes: Algunas condiciones médicas, como la hemofilia o los trastornos de la coagulación, pueden afectar la capacidad del cuerpo para detener el sangrado. Si conoces tu condición, infórmalo a los profesionales médicos.

Cuándo Buscar Ayuda Médica Urgente

En los siguientes casos, es crucial buscar atención médica inmediata:

  • Sangrado Abundante e Incontrolable: Si la sangre brota a borbotones o la hemorragia no disminuye significativamente después de 15 minutos de presión directa.
  • Dificultad para Respirar o Mareos: Estos pueden ser signos de shock hipovolémico, una condición grave causada por la pérdida excesiva de sangre.
  • Herida Profunda o Extensa: Heridas que alcanzan músculos o huesos, o que cubren una gran área, requieren atención médica profesional.
  • Objeto Incrustado en la Herida.
  • Lesiones en la Cabeza, el Cuello o el Tórax: Estas áreas son especialmente sensibles y requieren una evaluación médica urgente.
  • Sospecha de Fractura: Si la hemorragia está acompañada de dolor intenso, deformidad o incapacidad para mover la extremidad afectada.
  • Si la herida se infecta. Los signos de infección incluyen enrojecimiento, hinchazón, calor, dolor, pus y fiebre.

En Resumen: Calma, Presión y Acción Rápida

Enfrentar una hemorragia puede ser alarmante, pero recuerda mantener la calma. Aplica presión firme y continua durante 15 minutos, eleva la zona afectada y evalúa la situación con cuidado. Si la hemorragia persiste o si observas alguno de los signos de alerta mencionados anteriormente, busca ayuda médica urgente. La acción rápida y adecuada puede marcar la diferencia en el resultado.