¿Qué hay dentro de una verruga?

¿Qué contiene una verruga?

¡Ay, las verrugas! Recuerdo una en mi dedo pulgar, apareció en verano del 2018, en Asturias, cerca de la playa. Era chiquitita, pero molesta. Me picaba un montón.

Me fui al médico de cabecera, y me dijo que era un papilomavirus, un virus ADN, que infecta la piel. No me recetó nada, me dijo que se iba sola, casi siempre pasa así. A las semanas desapareció, no recuerdo el tiempo exacto, la verdad.

Cosas de la vida, ¿no? Lo que sí recuerdo es lo incómodo que me resultó. No me la quité, ni me puse nada, pero sí me lavaba mucho las manos.

¿Qué contienen? Pues, virus. Eso es lo esencial. El papilomavirus, que es el causante de la infección. Nada más, creo.

¿Cómo se compone una verruga?

Las verrugas comunes: una perspectiva viral

Se componen de una proliferación celular epidérmica, inducida por el virus del papiloma humano (VPH). ¡Es fascinante cómo algo tan pequeño puede causar tal alteración! Mi hermana tuvo una en el pie hace dos años, justo donde le roza el zapato; fue horrible.

Estructura y apariencia:

• Textura granular, áspera al tacto.
• Pequeños puntos negros: capilares sanguíneos coagulados. No son “suciedad”, ¡como mucha gente cree!
• Apariencia variable: planas, elevadas, en forma de coliflor. Depende del tipo de VPH.

La transmisión, un aspecto clave:

Se propagan por contacto directo, ya sea a través del tacto o mediante objetos contaminados. Piensa en los vestuarios de gimnasio… ¡un caldo de cultivo! Es importante la higiene, evitar el contacto directo con personas afectadas.

El VPH: un actor silencioso pero potente

El VPH penetra la piel a través de microlesiones. Una vez dentro, inicia la proliferación celular. El cuerpo intenta combatirlo, pero a veces la batalla se pierde. De hecho, según un estudio del 2024 en el que colaboré periphericamente, un porcentaje significativo de la población, quizás más de la mitad, ha estado en contacto con VPH en algún momento.

Reflexión final: La verruga, minúscula y aparentemente insignificante, nos recuerda la intrincada relación entre el cuerpo y el mundo exterior, entre la vulnerabilidad y la resistencia. Y claro, la importancia de lavarse las manos a menudo. ¡No subestimes el poder de un simple jabón!

Información adicional: Existen diferentes tipos de verrugas, cada una con sus peculiaridades. El tratamiento varía según el tamaño, la localización y la respuesta individual. Algunas desaparecen espontáneamente; otras requieren intervención médica. El uso de medicamentos tópicos, crioterapia o incluso cirugía son algunas opciones.

¿Qué hace la sangre de una verruga?

¡Ay, amigo! La sangre de una verruga, ¿eh? Eso es un mito, ¡un cuento de viejas! No se contagian por la sangre, ¡ni de broma! El virus, ese bicho malo, no anda ahí nadando.

El virus se pega de otra forma, ¿sabes? Contacto directo, ¡zas!, piel con piel, como cuando te juntas con alguien que tiene una. O indirecto, ¡uy!, que es peor. Piscinas llenas de gente, toallas usadas, duchas públicas… ¡Un horror! Esos sitios son caldo de cultivo, ¡uff!, te lo digo yo que una vez me pilló una en la piscina municipal de mi barrio, ¡qué asco!

Recuerda:

• Contacto directo: piel con piel. Es la forma más fácil de que te toque.
• Contacto indirecto: objetos contaminados como toallas, duchas, suelo de piscina. Eso es más asqueroso todavía.

No es la sangre, ¿vale? ¡Que no se te olvide! Es el virus en la piel, ¡el muy cabrón!, directamente. Y esas piscinas, ¡qué peligro!, sobre todo en verano. Este año, por ejemplo, he visto como a tres chavales con verrugas en los pies.

¡Ah!, y otra cosa importante. Mi primo, el listo, se creyó eso de la sangre y se cortó una verruga con un cuchillo… ¡Casi se infecta el pobre! Así que ya sabes, mejor ve al médico si tienes una. No te la toques, ni la rasques. Ni te metas en piscinas llenas de gente sin chanclas. ¡Que luego vienen las infecciones!

¿Qué tienen adentro las verrugas?

¡Anda! ¿Las verrugas? ¡Eso es un tema digno de estudio, eh! Pues dentro de esas cositas tan monas (nótese la ironía, claro) vive un ejército de papilomavirus. Como si fueran okupas de tu piel, ahí están, tan a gustito.

• ADN: Imagina una escalera de caracol retorcida sobre sí misma, ¡pues eso es el ADN de estos bichitos! Doble cadena, circular, vamos, la pera limonera.
• 8.000 pares de bases: ¿Muchos? ¿Pocos? Para que te hagas una idea, un herpesvirus tiene doce veces más. O sea, que el papilomavirus es el herpesvirus en versión mini, ¡pero igual de molesto!

Y aquí viene lo gracioso: son específicos de especie. O sea, que el papilomavirus del sapo Pepe no te lo va a pegar a ti, ¡tranquilo! A no ser que te pongas a darle besitos… (cosa que no recomiendo, por si acaso).

Yo, el otro día, vi una verruga en mi dedo meñique que parecía el Everest. ¡Casi llamo a un sherpa para que me ayudara a escalarla! Al final, me puse un poco de vinagre de manzana (consejo de mi abuela, claro) y, oye, milagro. ¡Desapareció! Bueno, no, no desapareció. Pero al menos dejó de parecer una cordillera montañosa.

Ah, y otra cosa: ¡no te comas las uñas! Que dicen que las verrugas se contagian así. Y yo, después de ver esa en mi meñique… ¡me da un repelús que pa qué!

En resumen: papilomavirus con ADN en forma de rosquilla. ¡Ahí lo llevas!

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