¿Qué medicamento es bueno para una persona agresiva?

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Para la agresividad, medicamentos como topiramato, aripiprazol, divalproato y fluoxetina han demostrado ser eficaces. Topiramato se asocia con pérdida de peso. Estos fármacos presentan buena tolerancia y seguridad.

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¿Medicamento para la agresividad?

Recuerdo una vez, creo que fue en marzo del 2021, hablando con mi psiquiatra sobre mi irritabilidad. Me sentía… ¿cómo decirlo? A flor de piel. Me recomendó topiramato. Me habló de otros, aripiprazol, divalproato, pero el topiramato parecía la mejor opción en mi caso.

La verdad, me daba un poco de cosa probarlo. Había leído algo sobre la pérdida de peso, y yo ya estaba bastante delgada. Pero la irritabilidad me estaba afectando mucho, así que decidí arriesgarme. Empecé con una dosis baja, recuerdo que la consulta me costó como 80 euros.

No noté una pérdida de peso significativa, por suerte. Sí me ayudó con la irritabilidad, aunque al principio me sentía un poco… rara. No sé cómo explicarlo, como atontada. Luego me acostumbré. La verdad, me siento mucho mejor. No es una cura mágica, pero me ha dado cierta estabilidad emocional.

Preguntas y Respuestas

¿Qué medicamentos se usan para la agresividad? Topiramato, aripiprazol, divalproato y fluoxetina.

¿El topiramato produce pérdida de peso? Sí, es un efecto secundario posible.

¿Son seguros estos medicamentos? Generalmente son seguros y bien tolerados.

¿Cuál es el tratamiento para un individuo violento?

¡Ay, madre mía, la violencia! Tratamiento para individuos violentos? ¡Ufff, eso es como domar un dragón con un peine! Lo ideal, o sea, lo que teóricamente funciona mejor, según mi cuñado, que es enfermero (y que, por cierto, tiene una colección impresionante de figuritas de dinosaurios), es una mezcla explosiva de:

  • Pastillas mágicas: Sí, fármacos, para que el cerebro deje de ser una discoteca loca y se calme un poco. Como si le echaras un cubo de agua helada a un incendio de fuegos artificiales.

  • Terapeuta, pero del bueno: Psicoanálisis o psicoterapia psicoanalítica. Elige, pero que sea alguien que no te duerma con sus historias, ¡eh! Mi tía Concha estuvo años con una y aún ahora cree que su gato es su padre reencarnado.

La evaluación, ese paso tan chulo: ¡Ay, la evaluación! Es como un detective buscando pistas en una escena del crimen… ¡pero del crimen mental! Hay que mirar:

  • ¿Desde cuándo es Rambo el tío? ¿De siempre o solo desde que se peleó con mi perra Fiona por el último hueso?
  • ¿Algún trauma que lo haya vuelto loco? A mi primo le dio por pegarle a los árboles después de que le robaran la bici. ¿Será por eso?
  • ¿Aumenta o disminuye la intensidad de la violencia? Esto es importante porque así se sabe si estás ante una plaga de langostas o solo una simple mariquita.

Extras que siempre molan (y no solo por el nombre):

  • Terapia familiar, para que la familia no explote también. Mi familia y yo estamos en terapia desde que mi abuela intentó hacer paella con detergente.

  • Grupos de apoyo, que ayudan a que el paciente no se sienta solo en su sufrimiento. Hay hasta grupos para coleccionistas de sellos raros, imagínate.

Eso sí, ¡ojo! No soy médico. Soy yo, Juan, que paso mis tardes jugando al ajedrez con mi gato y comiendo doritos. Esta información es solo para reírse un rato y asustarse un poco. Si alguien necesita ayuda, que vaya al médico, ¡no a mí! Y, por favor, alejen a Fiona de los huesos.

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