¿Qué órganos se inflaman con la gastroenteritis?

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En la gastroenteritis, se inflaman las mucosas gástrica, yeyunal, ileal y colónica. Esta inflamación, habitualmente infecciosa, puede ser también consecuencia de la ingesta de sustancias nocivas.
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La Gastroenteritis: Una Inflamación Silenciosa del Tracto Digestivo

La gastroenteritis, comúnmente conocida como “gripe estomacal”, es una inflamación del tracto gastrointestinal que provoca una serie de síntomas desagradables. Si bien la imagen popular se centra en las náuseas y el vómito, es crucial comprender la base fisiológica de la enfermedad: la inflamación de las mucosas que recubren diferentes partes del sistema digestivo. Esta inflamación, lejos de ser un proceso superficial, afecta directamente la capacidad de absorción de nutrientes y la integridad de la barrera protectora del intestino.

Concretamente, en la gastroenteritis, la inflamación se centra principalmente en las mucosas de cuatro regiones clave:

  • Mucosa gástrica: Esta capa, que reviste el estómago, es responsable de la producción de ácido clorhídrico y enzimas digestivas. Su inflamación contribuye a las náuseas, vómitos y, en algunos casos, a la sensación de ardor o dolor estomacal. La reducción de la capacidad de secreción ácida puede interferir en la digestión inicial de los alimentos.

  • Mucosa yeyunal: El yeyuno, parte del intestino delgado, es fundamental para la absorción de nutrientes. La inflamación de su mucosa dificulta este proceso, llevando a deshidratación, malnutrición e incluso diarrea acuosa. La mucosa inflamada también es más permeable, permitiendo el paso de bacterias y toxinas al torrente sanguíneo.

  • Mucosa ileal: Similar al yeyuno, el íleon (la porción final del intestino delgado) también contribuye a la absorción de nutrientes y agua. Su inflamación exacerba los síntomas de diarrea y deshidratación, afectando la absorción de vitamina B12 y sales biliares.

  • Mucosa colónica: El colon, responsable de la absorción de agua y electrolitos, es el último punto afectado. La inflamación de su mucosa se manifiesta como diarrea, que puede ser acuosa o sanguinolenta dependiendo de la severidad de la inflamación y la causa subyacente. La inflamación también puede provocar calambres abdominales y tenesmo (necesidad urgente e ineficaz de defecar).

Es importante recordar que la inflamación de estas mucosas en la gastroenteritis suele tener un origen infeccioso, causado mayoritariamente por virus (rotavirus, norovirus), bacterias ( Salmonella, Campylobacter, Escherichia coli) o parásitos. Sin embargo, también puede ser consecuencia de la ingestión de sustancias nocivas, como ciertas toxinas presentes en alimentos contaminados o medicamentos. En estos casos, la intensidad y la localización de la inflamación pueden variar.

En conclusión, comprender que la gastroenteritis no es simplemente una “molestia estomacal” pasajera, sino una inflamación significativa de las mucosas gástrica, yeyunal, ileal y colónica, es fundamental para abordar su tratamiento y prevención. La deshidratación es una de las complicaciones más graves, por lo que la rehidratación oral o intravenosa es crucial en los casos severos. Ante la presencia de síntomas persistentes o severos, es indispensable buscar atención médica profesional.