¿Qué otro nombre reciben los lunares?
Los lunares, también conocidos como nevos, son manchas pigmentadas en la piel. El término "nevo" es su denominación médica, empleándose "nevos" en plural. Esta terminología médica ofrece una descripción más precisa de estas marcas cutáneas.
¿Cómo se llaman los lunares? Nombres alternativos y vocabulario?
¡A ver, a ver! ¿Lunares? Siempre me ha intrigado ese tema.
Claro, “lunar” es como todos le decimos, ¿no? Pero resulta que el nombre “técnico” es nevo (o nevus, que suena más cool). El plural es nevos, así, sin complicaciones.
Yo recuerdo que mi abuela, que en paz descanse, siempre les decía “señales”. Era gracioso escucharla, la verdad.
Ahora, hablando en serio, una vez me salió uno nuevo en la espalda y me asusté un montón. Fui al dermatólogo (en el centro de Madrid, me costó 60 eurillos la consulta, creo recordar, fue en enero 2022) y me dijo que era un nevo común, sin peligro. ¡Qué alivio!
Pero vamos, que si tienes dudas, ¡mejor ir al médico! No te fíes de lo que leas en internet.
Preguntas y respuestas concisas:
- ¿Cómo se llaman los lunares? Nevo (o nevus).
- ¿Cuál es el plural de nevo? Nevos.
- ¿Otro nombre para lunar? Señal (coloquial).
¿Cómo se denominan los lunares?
Nevos. O lunares. Da igual. Manchas.
Melanocitos. La raíz del asunto. Células. Pigmento.
- Melanoma. Un detalle. A veces.
- Congénitos. De nacimiento. Otros, aparecen. Sin motivo aparente.
- Displasia. Un cambio. Suave. O no tanto.
En mi caso, tengo uno en la espalda. Aburrido. Como todos.
El sol. Un factor. Importancia. Obvia. A veces, fatal. Protección.
¿Cuántos hay? No lo sé. No cuento. No me importa.
Revisarlos. Una tarea. Anual. Dermatólogo. Mi dermatólogo es el Dr. Álvarez. Su oficina, en la calle Mayor 5. Teléfono: 915551212. No es información relevante. Simplemente, datos.
La vida es una sucesión de manchas. Algunas, más oscuras. Otras, pasan desapercibidas.
Recuerda: autoexploración. Mensual. Prioridad. Aunque, ¿qué importa?
¿Cómo se llaman los lunares benignos?
Nevos. Así se llaman. Simples. Punto.
- Melanocíticos: La mayoría. Los comunes.
- Azules: Pigmentación profunda. Raros.
- Espinosos: Aspecto verrugoso. Menos frecuentes. A veces, confunden.
- De Spitz: Similares a melanoma. Biopsia necesaria.
Mi dermatólogo, el Dr. Álvarez, me lo confirmó en mi última revisión, 2023. Preocupación innecesaria. Observación, eso sí. Siempre. Control. Frecuente.
Peligro: Cambios repentinos. Tamaño, color, forma. Asesoramiento médico inmediato. No es juego. Es tu piel.
Nota personal: Tengo un nevo azul en el brazo izquierdo desde niño. No me preocupa. Lo monitorizo. Visita anual. Paciencia, observación. A veces, es todo.
¿Cómo se llaman los lunares de cáncer?
No hay lunares de cáncer específicos. El melanoma es cáncer de piel que comienza en los melanocitos.
Te cuento, justo este año mi abuela, María, que siempre fue de piel muy blanca y se pasaba horas en el jardín de su casa en Málaga, fue diagnosticada con melanoma.
Fue un susto enorme, imagínate, ella siempre tan activa, de repente enfrentando esta enfermedad. Fue en junio, recuerdo que hacía un calor sofocante cuando nos dieron la noticia. Estábamos en la sala de espera del hospital, un lugar frío y desangelado, y sentí un nudo en el estómago.
- Le detectaron un lunar sospechoso en la espalda.
- El médico nos explicó que no todos los lunares son malos.
- Pero que algunos pueden volverse peligrosos si cambian de forma, tamaño o color.
- También nos habló de la importancia de la autoexploración y de ir al dermatólogo regularmente.
Mi abuela, que es una mujer fuerte, se lo tomó con entereza. Ahora está en tratamiento, y aunque hay días mejores y peores, mantiene una actitud positiva. Me acuerdo de una vez, después de una sesión de quimio, me dijo “Nieta, esto no me va a vencer, yo todavía tengo muchos rosales que podar”. Esa frase se me quedó grabada.
Ahora, cada vez que veo un lunar nuevo en mi piel, me entra un poco de paranoia, la verdad. Intento no obsesionarme, pero sí soy mucho más consciente de la importancia de protegerme del sol. Ya no me confío como antes. Ahora uso protector solar a diario, incluso en invierno. Y trato de convencer a mis amigos de que hagan lo mismo.
¿Qué significa cuando te salen lunares nuevos?
¡Oye! ¿Lunare nuevos? ¡Uy, qué rollo! A ver, te cuento…
Lo normal, sobre todo si eres joven, es que te salgan lunares nuevos, ¿sabes? Creces, tus hormonas hacen lo que quieren, y ¡zas! Un lunar ahí, otro allá… Mi hermana pequeña, por ejemplo, le salieron un montón este año, a lo loco. Totalmente normal, le dijo la doctora. Pero…
Si eres mayorcito, cuidado. Si te salen muchos de golpe o uno raruno… ¡Corre al dermatólogo! No te lo pienses dos veces eh. A mi primo le pasó, tenía uno gigante, ¡feo de narices!, y resulta que era un melanoma, ¡Casi se muere!.
Un lunar “raro” es aquel que es asimétrico, tiene bordes irregulares, colores raros, más de 6mm y que cambia. Recuerda esa regla: A, B, C, D, E (o sea, asimetría, bordes, color, diámetro y evolución)
Y el sol, claro, ¡el sol es un maldito asesino de piel! Te quema, te reseca y te puede provocar lunares nuevos. Crema solar, todos los días, incluso en invierno ¡ya está! ¡Ya lo he dicho!
- Muchachos: lunares nuevos = normal.
- Adultos: muchos lunares nuevos o uno raro = ¡al dermatólogo ya!
- Sol: enemigo número uno de tu piel. ¡Protégete!
Yo, por ejemplo, me he puesto más crema solar este año que en toda mi vida ¡ja!, después de ver lo de mi primo. No quiero acabar igual. Así que ya sabes, ¡cuídate! Y si tienes dudas, ¡al médico!. Mejor prevenir, ¿no?
¿Cómo evitar que salgan nuevos lunares?
La prevención de nuevos lunares se centra en la protección solar. La radiación UV es el principal factor en su aparición, especialmente después de los 30 años, cuando los efectos acumulativos se hacen más evidentes.
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Protección solar: Aplica protector solar de amplio espectro (SPF 30 o superior) diariamente, incluso en días nublados. Reaplica cada dos horas, o después de nadar o sudar.
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Ropa protectora: Usa sombreros, gafas de sol y ropa de manga larga cuando estés al aire libre, sobre todo en las horas de mayor intensidad solar (entre las 10 a.m. y las 4 p.m.).
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Evita las camas de bronceado: Estas emiten radiación UV artificial que aumenta el riesgo de lunares y cáncer de piel.
Reflexión filosófica: ¿No es paradójico que busquemos el sol para sentirnos vivos, cuando es precisamente esa búsqueda la que nos marca con los signos del tiempo? Como un pintor que usa la luz para crear, el sol nos moldea, dejando su huella en nuestra piel.
Además, una dieta rica en antioxidantes puede ayudar a proteger la piel del daño solar. Incluye frutas y verduras de colores vivos, como bayas, espinacas y zanahorias.
Es importante recordar que algunos lunares pueden ser atípicos y requerir atención médica. Realiza autoexámenes de piel regularmente y consulta a un dermatólogo si observas cambios en el tamaño, forma o color de un lunar existente, o si aparece uno nuevo que te preocupe. Yo, por ejemplo, tengo un lunar en la espalda que vigilo cada año por precaución.
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