¿Qué parte del cerebro se regenera?

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En el cerebro adulto, la neurogénesis, o la creación de nuevas neuronas, ocurre principalmente en dos áreas específicas: el hipocampo, crucial para la memoria, y la zona subventricular (SVZ). Estas regiones albergan células madre neurales (NSC) que permiten esta regeneración neuronal. Fuera de estas zonas, la neurogénesis es limitada o prácticamente inexistente.

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La sorprendente capacidad regenerativa del cerebro: más allá del mito

Durante mucho tiempo se creyó que el cerebro adulto era incapaz de generar nuevas neuronas, una idea que limitaba las expectativas sobre la recuperación tras lesiones o enfermedades neurodegenerativas. Sin embargo, la ciencia ha demostrado que esta afirmación es errónea. Si bien la regeneración neuronal no se produce de forma generalizada como en otros tejidos, el cerebro adulto posee una asombrosa, aunque localizada, capacidad de neurogénesis.

Esta capacidad reside principalmente en dos zonas específicas: el hipocampo y la zona subventricular (ZSV). El hipocampo, estructura clave en la formación de nuevos recuerdos y el aprendizaje espacial, funciona como un verdadero semillero neuronal. Allí, células madre neurales (NSC) se dividen y diferencian, dando lugar a nuevas neuronas que se integran en los circuitos existentes. Este proceso es fundamental para la plasticidad cerebral y la adaptación a nuevos aprendizajes a lo largo de la vida.

La zona subventricular (ZSV), ubicada en las paredes de los ventrículos laterales, es la otra región con capacidad neurogénica confirmada. Aquí, las NSC generan nuevas neuronas que migran hacia el bulbo olfatorio, la región cerebral encargada del procesamiento de los olores. Esta continua renovación neuronal en el bulbo olfatorio podría explicar la notable capacidad del sistema olfativo para adaptarse y recuperarse tras daños.

Si bien estas dos áreas son los principales focos de neurogénesis en el cerebro adulto, la investigación actual explora la posibilidad de que exista neurogénesis limitada en otras regiones, como el hipotálamo, implicado en la regulación hormonal, o incluso en la corteza cerebral, responsable de funciones cognitivas superiores. Sin embargo, estos hallazgos aún son objeto de debate y requieren mayor investigación para ser confirmados.

Entender los mecanismos que regulan la neurogénesis en el hipocampo y la ZSV, así como la posibilidad de estimularla en otras zonas cerebrales, abre prometedoras vías para el desarrollo de terapias para enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o el Parkinson, e incluso para la recuperación tras lesiones cerebrales traumáticas. El cerebro, lejos de ser una estructura estática, posee una dinámica capacidad de regeneración que la ciencia continúa descifrando, abriendo un abanico de posibilidades para el futuro de la neurociencia.