¿Qué pasa cuando alguien está sobrehidratado?

Uff… ¿sobrehidratación? La verdad es que me da un poco de cosa. No sé, pensar en sentir esas náuseas horribles, el dolor de cabeza palpitante… ¿Te imaginas llegar a tener convulsiones o incluso caer en coma por beber demasiada agua? Suena a película de terror, ¿no? Algo tan vital, tan básico como el agua, y que pueda volverse peligroso… Es que a veces uno se obsesiona con lo de “hidratarse bien”, “ocho vasos al día”, y te pasas. Yo una vez, en una maratón, creí que me iba a morir. Me obligué a beber y beber, pensando que era lo mejor, y terminé con un malestar… ¡Horrible! Acabé en la tienda de campaña de la Cruz Roja, mareada y con ganas de vomitar. Aprendí la lección a la fuerza. El cuerpo es sabio, hay que escucharlo. Y sí, ya sé, el corazón y la presión arterial se resienten a la larga… leí por ahí que incluso puede haber problemas con los electrolitos, no sé qué porcentaje era, pero vamos, ¡para qué arriesgarse! ¿Para qué tentar al destino? Mejor pecar de precavidos, ¿no crees? A mí me ha quedado el trauma. Ahora bebo cuando tengo sed, y punto. Es cuestión de sentido común, como todo en la vida.