¿Qué pasa si mi corazón no deja de latir rápido?

¡Ay, Dios mío, el corazón! A veces me da cada susto… ¿A quién no le ha pasado, verdad? Pero, ¿qué pasa si no es solo un sustillo puntual, sino que el corazón se embala y no hay quien lo pare? Un “run-run” constante ahí dentro, ¿os imagináis?

Vamos, que si notas que tu corazón va a mil por hora y no se calma, no te lo tomes a la ligera. Lo que dice ahí arriba, de la taquicardia persistente, es serio. Y ojo, no es para meter miedo, pero sí para estar atentos.

A ver, que a todos nos ha dado un vuelco el corazón por algo, ¡qué sé yo, por una sorpresa, un flechazo, o incluso por un café cargado! Pero una cosa es eso y otra que el corazón vaya a toda pastilla sin motivo aparente y durante mucho tiempo.

Lo de los coágulos… ¡Uf! A mí me da una cosa solo pensarlo. Parece ser que cuando el corazón va muy rápido, puede que la sangre no circule bien y eso puede llevar a que se formen coágulos, con el riesgo de un infarto o un ictus. ¡Madre mía! Menos mal que existen los anticoagulantes, ¿no? Aunque claro, mejor evitar llegar a eso.

Y lo del síncope… a una amiga le pasó una vez. Se desmayó de repente y menudo susto nos dio. Luego le dijeron que era por el corazón, que iba demasiado rápido y se mareó. No se lo deseo a nadie.

Y ya la insuficiencia cardíaca… eso sí que da miedo de verdad. Es como si el corazón se cansara y ya no pudiera bombear la sangre como debe.

Así que, mira, sinceramente, si sientes que tu corazón no deja de latir rápido, no lo dejes pasar. No te quedes con la duda. Busca un médico, cuéntale lo que te pasa y que te revise bien. Más vale prevenir que curar, ¿no os parece? Porque al final, ¿qué hay más importante que nuestro corazón? Es el motor de nuestra vida, ¡así que a cuidarlo!

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