¿Qué pasa si no sé drena la ascitis?

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Si no se drena la ascitis, se acumula líquido en el abdomen, lo que puede causar dolor, hinchazón y dificultad para respirar debido a la presión sobre el diafragma y los pulmones.

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Las Consecuencias de la Ascitis No Drenada: Un Riesgo Creciente

La ascitis, la acumulación de líquido en la cavidad abdominal, es una condición seria que, si no se trata adecuadamente, puede desencadenar una cascada de complicaciones potencialmente mortales. Simplemente no drenar la ascitis no es una opción viable, y las consecuencias de ignorar este problema pueden ser devastadoras para la salud.

Como se indica correctamente, la acumulación de líquido causa hinchazón abdominal, a menudo significativa, que puede ir acompañada de un dolor sordo y constante. Esta distensión abdominal no solo es incómoda, sino que también interfiere con las funciones digestivas, provocando náuseas, vómitos y una disminución del apetito que, a su vez, puede conducir a la malnutrición.

La presión ejercida por el líquido sobre el diafragma, el músculo que separa el tórax del abdomen, es una de las preocupaciones más graves. Esta presión limita la expansión pulmonar, dificultando la respiración y provocando disnea (falta de aire), incluso en reposo. En casos severos, la dificultad respiratoria puede ser extrema, llevando a la insuficiencia respiratoria.

Pero las complicaciones no se limitan a los problemas respiratorios y digestivos. El líquido ascítico es un caldo de cultivo ideal para bacterias, aumentando significativamente el riesgo de infección peritoneal o peritonitis. Esta infección es una emergencia médica que requiere tratamiento inmediato con antibióticos intravenosos y, en muchos casos, drenaje quirúrgico.

Además, la ascitis no drenada puede contribuir a la formación de hernias umbilicales o inguinales, debido a la presión intraabdominal excesiva. La circulación sanguínea también se ve afectada, lo que puede resultar en un aumento del riesgo de trombosis venosa profunda y embolia pulmonar. Finalmente, la constante presión sobre los órganos abdominales puede comprometer su función, afectando el funcionamiento renal y hepático, entre otros.

La ascitis es un síntoma, no una enfermedad en sí misma. Su presencia indica un problema subyacente, a menudo relacionado con una enfermedad hepática crónica como la cirrosis. Por lo tanto, el tratamiento no se limita al simple drenaje del líquido; es crucial identificar y abordar la causa raíz para prevenir la recurrencia de la ascitis. El drenaje, ya sea mediante paracentesis (punción con aguja) o procedimientos más complejos, es una medida paliativa, fundamental para aliviar los síntomas, pero no una cura.

En conclusión, ignorar la ascitis no drenada conlleva graves riesgos para la salud, que van desde la dificultad respiratoria y las infecciones hasta la insuficiencia orgánica y, potencialmente, la muerte. Si se experimenta hinchazón abdominal persistente, dificultad para respirar o cualquier otro síntoma asociado con la ascitis, es imperativo buscar atención médica inmediata para un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado. El retraso en el tratamiento puede tener consecuencias devastadoras.