¿Qué pasa si no se filtra bien la sangre?

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Si los riñones no filtran bien, los desechos se acumulan en la sangre, alterando su equilibrio químico y provocando insuficiencia renal aguda.

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Si la sangre no se filtra correctamente, el organismo enfrenta graves consecuencias que pueden poner en peligro la vida. La filtración sanguínea, un proceso vital realizado principalmente por los riñones, elimina los desechos y toxinas, manteniendo el equilibrio químico necesario para el funcionamiento óptimo del cuerpo. Si este proceso falla, se desencadena una cascada de eventos perjudiciales.

Más allá de la insuficiencia renal aguda, mencionada anteriormente, la acumulación de desechos en la sangre, conocida como uremia, afecta a múltiples sistemas. El corazón, por ejemplo, se ve forzado a trabajar más intensamente debido al exceso de líquido que los riñones no pueden eliminar, lo que puede derivar en hipertensión arterial e insuficiencia cardíaca. El sistema nervioso también se ve afectado, manifestándose en síntomas como confusión, letargo, convulsiones e incluso coma.

La incapacidad de filtrar adecuadamente el potasio de la sangre puede provocar arritmias cardíacas potencialmente fatales. Asimismo, la acumulación de fósforo altera el metabolismo del calcio, debilitando los huesos y aumentando el riesgo de fracturas. La eritropoyetina, hormona producida por los riñones que estimula la producción de glóbulos rojos, disminuye su producción cuando la filtración es deficiente, conduciendo a anemia y fatiga crónica.

La gravedad de las consecuencias depende de la rapidez con la que se instaura la disfunción renal y de la causa subyacente. Infecciones, enfermedades autoinmunes, obstrucciones en las vías urinarias, medicamentos nefrotóxicos y traumatismos, entre otros factores, pueden comprometer la función renal.

Es fundamental destacar la importancia de la prevención y la detección temprana. Mantener una hidratación adecuada, controlar la presión arterial, evitar la automedicación y realizar chequeos médicos regulares, incluyendo análisis de sangre y orina, son medidas cruciales para proteger la salud renal. Ante la presencia de síntomas como hinchazón en las piernas, cambios en la micción, fatiga persistente o dolor lumbar, es imperativo consultar a un médico para una evaluación exhaustiva.

El diagnóstico precoz de la disfunción renal permite implementar tratamientos que retrasen la progresión de la enfermedad y mejoren la calidad de vida. Desde modificaciones en el estilo de vida y manejo farmacológico hasta terapias de reemplazo renal como la diálisis o el trasplante, existen opciones para abordar la problemática y minimizar las complicaciones asociadas a la insuficiencia renal. La información y la atención médica oportuna son las mejores herramientas para preservar la salud de este órgano vital.