¿Qué pasa si te queman con el láser?

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Las quemaduras por láser de depilación son generalmente superficiales, afectando solo la capa externa de la piel. Inicialmente se presenta enrojecimiento, seguido de una mancha marrón que se endurece en costra. La recuperación suele ser rápida.
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Las Quemaduras por Láser: Un Riesgo Poco Común en la Depilación Láser

La depilación láser se ha convertido en un procedimiento cosmético ampliamente popular, prometiendo una piel suave y libre de vello de forma relativamente permanente. Sin embargo, como cualquier procedimiento médico, conlleva riesgos, entre ellos la posibilidad de sufrir quemaduras. Aunque la mayoría de los casos son leves y se resuelven sin complicaciones, es importante comprender qué ocurre si se produce una quemadura por láser y cómo abordarla.

Contrario a la imagen de destrucción instantánea que evoca la palabra “láser”, las quemaduras por láser en depilación suelen ser superficiales. Afecta, en la mayoría de los casos, únicamente la epidermis, la capa más externa de la piel. La gravedad de la quemadura dependerá de diversos factores como la potencia del láser, el tipo de piel del paciente, la experiencia del profesional y la correcta aplicación del protocolo de seguridad.

Inmediatamente después de la exposición al láser, la zona afectada presentará un enrojecimiento visible. Este enrojecimiento es una respuesta inflamatoria normal del cuerpo a la lesión. Posteriormente, en un plazo de horas o días, la piel enrojecida se oscurecerá, formando una mancha marrón característica. Esta mancha eventualmente se endurecerá y formará una costra, que es el proceso natural de cicatrización de la piel.

La recuperación de estas quemaduras superficiales es generalmente rápida y completa, sin dejar cicatrices significativas. En la mayoría de los casos, la costra se desprende espontáneamente en una o dos semanas, dejando una piel ligeramente más sensible que irá recuperando su tono y textura natural con el tiempo. La aplicación de cremas hidratantes y la protección solar adecuada son cruciales durante el proceso de curación para minimizar la formación de marcas residuales y evitar una mayor irritación.

Sin embargo, es fundamental destacar que no todas las quemaduras por láser son superficiales. En casos de mayor gravedad, el daño puede extenderse a la dermis, la capa más profunda de la piel, resultando en cicatrices más profundas y permanentes, cambios en la pigmentación (hipopigmentación o hiperpigmentación) y otras complicaciones. Estas quemaduras graves son menos frecuentes y generalmente se asocian con una mala práctica profesional, el uso de equipos inadecuados o la falta de precauciones durante el procedimiento.

Ante cualquier signo de quemadura por láser, incluso si es aparentemente leve, es importante buscar atención médica inmediata. Un profesional de la salud podrá evaluar la gravedad de la lesión, recomendar el tratamiento adecuado y prevenir complicaciones futuras. Recordar que la prevención es clave: la elección de un centro de depilación láser acreditado, con profesionales cualificados y equipos de última generación, disminuye considerablemente el riesgo de sufrir este tipo de incidentes. No se debe escatimar en la calidad del servicio, ya que la salud de la piel es una inversión a largo plazo.